Poborsky y Gronkjaer, cara y cruz
Los checos fueron incontenibles para los daneses, vulnerables en la defensa y romos en el ataque
La Rep¨²blica Checa abati¨® a Dinamarca en un saque de esquina y, una vez abierto el marcador y por extensi¨®n el campo, la martiriz¨® con dos acciones terminales. Parada o en carrera, la selecci¨®n de Br¨¹ckner fue incontenible. Morten Olsen se equivoc¨® en el planteamiento y su equipo expres¨® una gran vulnerabilidad defensiva y una sorprendente esterilidad en ataque.
- Poborsky. Un volante estupendo. Tuvo una actuaci¨®n completa. En la jugada previa al descanso se arranc¨® por su flanco derecho hasta tirar el centro al larguero; bot¨® el c¨®rner que Koller cabece¨® a la red y habilit¨® majestuosamente a Baros en la jugada del segundo tanto. Muy r¨¢pido e imparable en carrera. Falto de ayudas de los medios, Bogelund fracas¨® como lateral frente al endiablado futbolista de la Rep¨²blica Checa.
- Baros. No desmay¨® cuando el partido transcurr¨ªa cerrado y estuvo sensacional a partir del gol de Koller. Al inicio del segundo tiempo, por ejemplo, se recorri¨® la banda derecha de c¨®rner a c¨®rner, una forma de anunciar su protagonismo: se perfil¨® muy bien en la acci¨®n que supuso su primer tanto, despu¨¦s de ganarle la espalda a su marcador, y remat¨® como los buenos delanteros en su segundo particular y tercero del equipo. Din¨¢mico, veloz y certero, el entrenador le premi¨® con la sustituci¨®n a la que el partido estuvo resuelto para que la hinchada le ovacionara. La condici¨®n de m¨¢ximo goleador del torneo, con cinco tantos, acredita su excelente momento de forma. Jugar de segundo delantero le vino ayer que ni pintado.
- Rosicky. Tuvo unas cuantas irrupciones de m¨¦rito y manej¨® con criterio el partido. Le dio presencia a su equipo al principio con unos cuantos cambios de ritmo y despu¨¦s asegur¨® un buen manejo de la pelota. Tuvo su importancia en el partido al igual que Nedved, displicente en el primer acto y m¨¢s implicado en el segundo, sobre todo al asistir a Baros en el 3-0.
- Koller. De nuevo certific¨® que es un estupendo cabeceador, no s¨®lo en el gol sino tambi¨¦n cuando el partido estaba sin decidir, momento en que no se cans¨® de descolgar balones incluso como medio centro. No fall¨® con la cabeza pero estuvo mal con los pies.
- Gravesen. Espl¨¦ndido tanto por su despliegue f¨ªsico como por su capacidad para tocar en largo y en corto durante el primer tiempo. Aguant¨® en la divisoria la presi¨®n inicial del contrario y descongestion¨® despu¨¦s el juego. Incluso sorprendi¨® con un par de cambios de orientaci¨®n hacia los extremos. Perdi¨® protagonismo en el segundo tiempo. Los errores defensivos de su equipo y el mal planteamiento del partido le condenaron a un papel menor, cosa que tambi¨¦n le compromete como medio centro.
- Gronkjaer. Una de las decepciones del choque. Fue de la banda derecha a la izquierda, se intercambi¨® a menudo la posici¨®n con Jorgensen, y nunca pareci¨® estar a gusto. Apenas pudo desbordar y, adem¨¢s, no precis¨® el centro. Mal cuando el partido estaba incierto, tampoco se manej¨® bien con el marcador en contra porque el rival procur¨® defenderle siempre con ventaja num¨¦rica de dos contra uno.
- Tomasson. La ausencia de Ebbe Sand, referente ofensivo, o en su defecto otro delantero centro,perjudic¨® a los dos extremos daneses y, muy en especial, a su media punta, que qued¨® aspirado por los centrales. Impagable como segundo delantero, pierde efectividad y encanto como punto final del equipo. No es su sitio. Demasiado adelantado, sin espacio para maniobrar, no pudo conectar con los jugadores de las dos bandas y tampoco encontr¨® facilidad para el re- mate.
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