Una cuna de altos estudios fabriles
La emblem¨¢tica Escuela Industrial de Barcelona celebra su centenario con el reto de la convergencia europea universitaria
En la novela La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, un empresario catal¨¢n es supuestamente asesinado por un grupo anarcoterrorista en la convulsa Barcelona del decenio 1910-1920. El personaje de Savolta parece estar basado en la figura de Josep Albert Barret (1865-1918), un influyente ingeniero y uno de los impulsores de la Escuela Industrial, junto a la cual muri¨® tiroteado.
Literatura al margen, esta escuela ha estado siempre inexorablemente ligada a su realidad circundante. El patronato de esta instituci¨®n celebra este a?o el centenario de su creaci¨®n, en 1904. El centro naci¨® porque los poderosos empresarios del textil estaban cansados de contratar trabajadores cualificados y t¨¦cnicos extranjeros para sus pujantes f¨¢bricas, y clamaban por una urgente formaci¨®n de cuadros aut¨®ctonos para llevar la producci¨®n de estas empresas. La Mancomunitat Catalana, el antecedente inmediato de la Generalitat republicana, recogi¨® la demanda e impuls¨® la Escuela Industrial, situada en unas instalaciones fabriles de la familia Batll¨® en la calle Urgell, en el centro de la ciudad. Con la puesta en marcha de la Escuela, que supuso el espaldarazo definitivo para la modernizaci¨®n de la industria textil catalana, se cre¨® tambi¨¦n uno los primeros campus universitarios espa?oles. Su completa infraestructura, repartida en casi 15.000 metros cuadrados, estaba pensada para responder a todas las necesidades de los alumnos como laboratorios, gimnasios o talleres.
Los mayores recuerdan la expectaci¨®n que caus¨® la visita de Einstein al centro en 1923
Otra de las iniciativas pioneras de la instituci¨®n fue su proyecto pedag¨®gico, que desde un principio asumi¨® la necesidad de incorporar las pr¨¢cticas en el aula. Una prueba de ello es que se compr¨® a Inglaterra la maquinaria textil equivalente a una secci¨®n industrial completa para que los alumnos pudieran aprender a utilizarla. Adem¨¢s, la escuela ofrec¨ªa un Instituto de Orientaci¨®n Profesional con gabinete psicol¨®gico incluido. El recinto, subdividido en varios centros como la Escuela de Industrias Textiles, de Agricultura, del Trabajo, de Industrias Qu¨ªmicas o el instituto de Electricidad y Mec¨¢nica, vivi¨® su particular periodo de excelencia en los a?os veinte y treinta, cuando se convirti¨® en un vivero de t¨¦cnicos y cient¨ªficos y donde conviv¨ªan alumnos, profesores, empresarios de la Siemens o la Hispano-Suiza que daban clase. All¨ª acud¨ªan tambi¨¦n para dar conferencia personalidades internacionales como el f¨ªsico Arnold Sommerfeld, el matem¨¢tico Tullio Levi-Civita o el mismo Albert Einstein, que visit¨® la escuela en 1923. El proyecto, ligado irresolublemente a la historia, se trunc¨® tras la Guerra Civil y entr¨®, como tantas otras instituciones, en un periodo gris.
Con m¨¢s de 20.000 estudiantes a sus espaldas, esta escuela ha formado a profesionales tan diversos como el editor Jorge Herralde, el fil¨®sofo Salvador P¨¢niker o el periodista Manuel Campo Vidal, todos ellos ingenieros industriales. "La verdad es que recuerdo el centro con unos profesores de alta calidad, muy serios y formales", recuerda Campo Vidal, que se licenci¨® a principios de los a?os setenta: "El aprendizaje del razonamiento l¨®gico o el an¨¢lisis de los problemas de organizaci¨®n industrial me han servido much¨ªsimo en mi vida period¨ªstica", explica.
En el a?o 1976, la instituci¨®n se adscribi¨® a la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC) como Escuela Universitaria de Ingenier¨ªa T¨¦cnica Industrial de Barcelona (EUETIB). Ahora, su pr¨®ximo reto es la convergencia europea en educaci¨®n superior. Con las miras puestas en 2010, la escuela debe adaptar y homologar sus t¨ªtulos y sus estudios de Ingenier¨ªa T¨¦cnica Industrial y las especialidades de electricidad, electr¨®nica, mec¨¢nica y qu¨ªmica a Europa. El actual director del centro, Mart¨ª Llorens, reconoce que son carreras "dif¨ªciles" de adaptar, pero se declara "un entusiasta" de la convergencia europea en materia universitaria. Una vez m¨¢s, la nueva realidad y sus cambios mandan.
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