La ¨²ltima morada de Materno Cinegio
Una villa romana y una bas¨ªlica del siglo IV ennoblecen la ribera del r¨ªo Guadarrama, en el norte de Toledo
D¨®nde naci¨® Materno Cinegio, no se sabe. S¨ª que fue valido del emperador Teodosio el Grande, que era hispano: de Coca, para m¨¢s se?as. Tambi¨¦n que arras¨® un mont¨®n de templos paganos en los confines orientales del orbe romano, demostrando un ardor cristiano que a los espa?oles nos resulta familiar. Y que al a?o de su muerte, acaecida en Egipto en 388, su viuda, Acadia, lo traslad¨® desde la iglesia de Santa Sof¨ªa, en Constantinopla, donde hab¨ªa sido enterrado provisionalmente, hasta Hispania, efectuando un viaje a pie de m¨¢s de 2.000 millas romanas.
Del finado prefecto nada m¨¢s se supo hasta que, en 1983, Samuel L¨®pez, vecino del pueblo toledano de Carranque, arando a orillas del Guadarrama, exhum¨® un mosaico con una cartela: "Usa feliz, Materno, esta habitaci¨®n". A 400 metros de la villa reci¨¦n descubierta, entre las ruinas de la ermita de Santa Mar¨ªa de Abajo, aparecieron luego las de una gran bas¨ªlica, tumba ad hoc para aquel cristian¨ªsimo colaborador de Teodosio. Y, en los cerros circundantes, otras que sugieren que por aqu¨ª anduvo la ciudad de Titulcia, cruce de calzadas y centro de la Hispania romana, que se perdi¨® en la pleamar de la barbarie como agua en el agua.
"Se tiene la ilusi¨®n de hallarse en un buc¨®lico rinc¨®n de la Hispania de finales del siglo IV"
Abierto al p¨²blico en mayo de 2003, el yacimiento estupefacta por la riqueza de lo sacado a la luz en s¨®lo dos d¨¦cadas, que en arqueolog¨ªa son sendos suspiros. Por eso, y por su entorno natural de alamedas, tarayales, saucedas y junqueras hirvientes de ¨¢nades reales, pollas de agua, lavanderas y martines pescadores: un paisaje que basta, por s¨ª solo, para justificar el viaje. Ni siquiera el moderno puente para los peatones de tirantes de acero que brinda el ¨²nico acceso al yacimiento mengua la ilusi¨®n de hallarse en un buc¨®lico rinc¨®n de la Hispania de finales del siglo IV, lejos de las guerras en que se consum¨ªa el resto del imperio y que precipitaron su ca¨ªda.
No m¨¢s cruzar el puente, en el centro de interpretaci¨®n, puede verse una amplia muestra de los objetos hallados: piezas tan suntuosas como un pie de mesa en forma de garra leonina de p¨®rfido rojo egipcio, marfiles primorosamente labrados -sin duda, por los eborarii de Mil¨¢n- y m¨¢rmoles los m¨¢s caros que pod¨ªan encontrarse en todo el imperio romano: los de las canteras de Afyon (Turqu¨ªa), a las que s¨®lo ten¨ªan acceso el emperador y sus enchufados.
De esas canteras asi¨¢ticas salieron las columnas de la cercana bas¨ªlica, donde se supone que fue sepultado Materno. Dos de ellas y un muro de la cabecera son cuanto queda en pie del m¨¢s antiguo templo cristiano de Hispania, cuya pasada grandeza puede empero deducirse por los 2.000 metros cuadrados de planta desenterrada. Ocupado por godos, ¨¢rabes y templarios, el edificio devino en una ermita que acab¨® siendo dinamitada en 1920 para aprovechar los materiales de construcci¨®n. ?Y dicen que en Espa?a se recicla poco!
Al sur de la bas¨ªlica, desc¨²brense los raigones de un ninfeo, o fuente ornamental, y 70 metros m¨¢s all¨¢, la estrella del yacimiento: la villa de Materno, con sus mil metros de estancias alicatadas con mosaicos de asunto mitol¨®gico: el rapto de Hilas, el ba?o de Diana, la devoluci¨®n de Briseida a Aquiles por Ulises... Escenas que contradicen la imagen furibundamente antipagana de Materno y confirman lo que ya dec¨ªa S¨¦neca: Fallaces sunt rerum species; las apariencias enga?an. Adem¨¢s, la choza ten¨ªa bodega, calefacci¨®n y agua corriente, un agua que nada cuesta imaginar cayendo a chorro sobre el barbudo Oceanus, el m¨¢s bello mosaico de Carranque.
Buscar los restos del molino romano del arroyo de la Sacristana (diez minutos a pie desde el yacimiento) puede ser un grato colof¨®n para esta jornada arqueol¨®gica. Eso, o dar un largo paseo aguas abajo por la orilla izquierda del r¨ªo Guadarrama, ese viejo amigo del ¨¢lamo, del Populus, del ¨¢rbol del pueblo de los romanos.
Obras de El Greco
- C¨®mo ir. Carranque dista 41 kil¨®metros de Madrid yendo por la autov¨ªa de Toledo (A-42) hasta Illescas y luego por la CM-4008. El yacimiento est¨¢ a cuatro kil¨®metros del pueblo, bien se?alizado.
- Qu¨¦ ver. Parque Arqueol¨®gico de Carranque (Tel. 925 59 20 14): abierto de 10 a 21 horas; cierra los lunes; entrada, 3 euros. Fuera del yacimiento se puede visitar el molino romano del arroyo de la Sacristana y pasear por la margen izquierda del Guadarrama.
- Alrededores. Carranque (a 4 km): iglesia de Santa Mar¨ªa Magdalena, del siglo XVI. Illescas (a 10 km): cuadros de El Greco en el hospital de Nuestra Se?ora de la Caridad, del siglo XVI; parroquia de la Asunci¨®n, con torre mud¨¦jar del XIV. Esquivias (a 18 km): casa donde vivi¨® Cervantes e iglesia en la que se cas¨®. Batres (a 13 km): castillo medieval y mud¨¦jar, del siglo XIII.
- Restaurantes. El Zagal (Tel. 925 54 41 94): setas con almejas y bonito al Zagal; precio medio, 16 euros. Carranque (Tel. 925 54 48 12): conejo con caracoles y judiones del Barco con rabo de toro; 20 euros. Los Hornos (Tel. 91 814 10 46): especialidad en lechazo asado; 30 euros. El Boh¨ªo (Illescas; Tel. 925 51 11 26): cocina castellano-manchega actualizada, con platos como la pringada del cocido con garbanzos y su caldo; 65 euros. Coque (Humanes de Madrid; Tel. 91 604 02 02): cochinillo y platos de autor; 50 euros.
- Alojamientos. Complejo Par¨ªs (Illescas; Tel. 925 51 27 87): hotel de tres estrellas con 68 habitaciones, 13 apartamentos, amplio jard¨ªn y piscina; doble, 63 euros. Carlos I (Yuncos: Tel. 925 55 79 19): reci¨¦n inaugurado, con 52 habitaciones bien equipadas; 56 euros.
- Compras. Bollos tontos en varios comercios de Carranque. Tienda del Parque Arqueol¨®gico: reproducciones de piezas y recuerdos.
- M¨¢s informaci¨®n. Oficina de Turismo de Carranque (plaza de las Eras, 5; Tel. 925 54 42 40; www.turismocarranque.com).
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