La cordura del 'loco' Maniche
Dentro del campo, el autor del segundo gol portugu¨¦s es todo racionalidad y sensatez, pero fuera surge un hombre euf¨®rico o depresivo al que unos creen rebelde y otros sincero con su origen humilde
Entre Figo y Deco, en el mismo equipo de Carvalho y Andrade y tambi¨¦n de Cristiano Ronaldo, hay un jugador excelente de nombre Maniche. A d¨ªa de hoy, podr¨ªa decirse incluso que debe de ser el futbolista m¨¢s sensato del torneo. Regula el juego con criterio, recupera la pelota cuando Portugal no la tiene y se descuelga en el ataque para ayudar a los delanteros o rematar en persona. La pega con las dos piernas y su disparo desde media distancia es considerable. Dif¨ªcilmente pierde la posici¨®n. Es tan vitalista y din¨¢mico que transmite energ¨ªa desde el portero hasta el delantero centro y llena el campo como ning¨²n otro. Todo cuanto hace parece tener sentido.
Frente a Holanda, por ejemplo, a la salida de un saque de esquina botado en corto desde la izquierda del ataque, recibi¨® el bal¨®n y amag¨® con arrancarse un par de veces para despu¨¦s levantar la cabeza como si ejerciera de volante zurdo por el callej¨®n del 10 y poner el cuero con la diestra en el palo izquierdo de Van der Sar, incapaz de responder al efecto del remate, a la par¨¢bola que describi¨® el bal¨®n. "Ha sido el gol m¨¢s bonito de mi vida", certifica Maniche; "sobre todo, por su importancia". Ya est¨¢ Portugal por vez primera en la final y ¨¦l se siente dichoso porque puede ser doble campe¨®n de Europa. Ya lo es con el Oporto.
Todav¨ªa est¨¢ abierto un proceso por su pase irregular al Oporto, que encoleriz¨® al Benfica
Una apuesta final de Scolari: "Necesito un centrocampista ofensivo, valiente, de gatillo f¨¢cil..."
"?nicamente ten¨ªa dos alternativas cuando recib¨ª la pelota: o centraba o remataba", recuerda Maniche cuando se le pregunta por el gol; "decid¨ª chutar y me siento feliz por haber tomado la mejor decisi¨®n". Y a?ade: "Me complace haber satisfecho a ese mar de gente que en cada partido nos acompa?a en el camino de Alcochete [sede de la concentraci¨®n de Portugal] y el campo. Merecen que ganemos el pr¨®ximo domingo en el estadio Da Luz".
Triunfa Maniche y Luiz Felipe Scolari se siente feliz: "Le quiero como a un hijo". Felip?o le convoc¨® a ¨²ltima hora en una decisi¨®n sorprendente. Se supon¨ªa adem¨¢s que ser¨ªa el suplente de Petit y que tendr¨ªa un peso menor en el equipo. Pero lleg¨® el primer partido y anunci¨® que iba a alinearle: "Grecia se cierra muy atr¨¢s y necesito a un centrocampista ofensivo, valiente, agresivo, de gatillo f¨¢cil... Maniche me da cuanto necesito". Desde entonces ya nadie le ha quitado el puesto. Potente f¨ªsicamente y muy vers¨¢til t¨¢cticamente, asegura el pase, juega sencillo, de primera siempre que puede y resulta tremendamente eficaz.
Ya lo advirti¨® el t¨¦cnico alem¨¢n Jupp Heynckes cuando lleg¨® al Benfica y pidi¨® un v¨ªdeo para poder conocer a los futbolistas cedidos. "Quiero a Maniche porque puede jugar en cualquier puesto. No porque sea polivalente, sino porque es excelente". Maniche militaba por entonces en el Alverca, un equipo sat¨¦lite del lisboeta, el club de su vida, el mismo que le hab¨ªa fichado a los nueve a?os, reclutado en las calles del barrio de Boavista de la capital portuguesa.
Nuno Ricardo Oliveira Ribeiro, como figuraba en su partida de nacimiento, era de joven tan benfiquista que sus amigos le pusieron Maniche porque su figura, presidida por una larga cabellera, evocaba la de Michael Manniche, un jugador dan¨¦s que fue campe¨®n con el Benfica en 1983 y 1987. Hab¨ªa cumplido s¨®lo 17 a?os cuando debut¨® como profesional. Las penalidades se sucedieron despu¨¦s con la cesi¨®n al Alverca, equipo en el que cay¨® nuevamente en la suplencia hasta que se produjo la llamada de Heynckes.
Maniche marc¨® diez goles en su regreso al Benfica. Igual jugaba de 10 que como segundo delantero. Importante como se sent¨ªa, pidi¨® que le mejoraran el contrato y, entre las dudas, apareci¨® el Oporto, club con el que lleg¨® a un acuerdo de forma irregular. Todav¨ªa hoy el proceso est¨¢ abierto porque el Benfica mont¨® en c¨®lera cuando se descubri¨® el pacto y mand¨® al futbolista al equipo B. Maniche no s¨®lo aguant¨®, sino que se dise?¨® un plan de preparaci¨®n especial y particular para llegar a Oporto y ser "titular indiscutible".
Feliz y satisfecho, despu¨¦s de conquistar esta temporada la Liga y la Copa de Europa, sentenci¨® antes de la Eurocopa: "He ganado m¨¢s en un a?o en el Oporto que en 15 en el Benfica". Y argument¨® Jos¨¦ Mourinho, su entrenador entonces: "Maniche s¨®lo juega bien conmigo porque yo s¨¦ comprenderle", nada extra?o si se atiende a que los dos llegaron al equipo al mismo tiempo, hace dos temporadas. Mourinho le sustituy¨® de forma consecutiva en dos partidos, circunstancia que permiti¨® conocer a un personaje histri¨®nico, entre buf¨®n y col¨¦rico, muy teatral. La racionalidad y la sensatez que muestra como futbolista contrasta con su controvertida personalidad. A la que sale del campo, desaparece el jugador estable y puede comparecer un hombre de 27 a?os euf¨®rico o depresivo. No hay acuerdo para definirle: unos le llaman rebelde, otros d¨ªscolo y hay quien sostiene que es sincero con su origen humilde. Su vida es un misterio.
La ¨²ltima noticia al respecto es que dio positivo en un control de alcoholemia en el Algarve cuando festejaba el ¨²ltimo t¨ªtulo conseguido en el Oporto. Le gusta divertirse y es tan apasionado del snooker que se ha puesto uno en su casa.
A fin de cuentas, una vez que Nuno Ribeiro ha superado ya el personaje de Manniche, que jam¨¢s jug¨® en el Oporto, puede que hoy se tengan serias dudas sobre la identidad del doble goleador de la selecci¨®n portuguesa -marc¨® un tanto a Rusia- y, por lo dem¨¢s, hermano de Jorge Ribeiro, lateral internacional sub 21 del Gil Vicente. En cualquier caso, ha respondido por encima de las expectativas m¨¢s optimistas. Su gran m¨¦rito es que nunca, ni dentro ni fuera de la cancha, tuvo miedo a equivocarse. Se llame Nuno, Manniche o Maniche.
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