Naomi Shemer, la gran se?ora de la canci¨®n israel¨ª
Naomi Shemer, de 74 a?os, casada, madre de dos hijos, abuela de cuatro nietos, la gran se?ora de la canci¨®n de Israel, falleci¨® la semana pasada en el hospital Ichilov de Tel Aviv tras una larga enfermedad. De acuerdo con sus designios fue enterrada con discreci¨®n y sin elogios f¨²nebres en el cementerio del Kibbutz de Kinneret, donde hab¨ªa nacido en 1930. Su testamento es ese centenar de canciones que escribi¨® durante el medio siglo que trabaj¨® como compositora, pero su mejor epitafio ser¨¢ para siempre Jerusal¨¦n de oro, una composici¨®n escrita en 1967, por encargo del entonces alcalde laborista de la ciudad Teddy Kolleck, traducida a todas las lenguas y convertida en una de las baladas m¨¢s conocidas y tarareadas del pa¨ªs.
La canci¨®n Jerusal¨¦n de oro se present¨® en p¨²blico en un festival de la canci¨®n israel¨ª tres d¨ªas antes de que estallara la Guerra de los Seis D¨ªas, y las tropas hebreas conquistaran el este de Jerusal¨¦n, recuperaran el Muro de las Lamentaciones y unificaran la ciudad bajo la bandera de la estrella de David. Fue as¨ª como la tonada empez¨® a convertirse en el himno nacional de un pa¨ªs que se cre¨ªa entonces invencible, hasta el punto que al a?o siguiente, en 1968, el ex diputado Uri Avnery present¨® ante el Parlamento de Jerusal¨¦n una proposici¨®n de ley pidiendo que Jerusal¨¦n de oro se convirtiera en el himno nacional de Israel, en lugar de Hatikvah (La esperanza).
Pero Jerusal¨¦n de oro no es la ¨²nica, otras muchas canciones escritas por Naomi Shemer est¨¢n tambi¨¦n vinculadas a la historia actual de Israel. As¨ª, por ejemplo, en 1973 escribi¨® Lu Yehi (D¨¦jalo ser), atenazada por el dolor de la Guerra del Yom Kippur de 1973, que lanzaron por sorpresa Egipto y Siria y que cost¨® tantas vidas para su pa¨ªs. Volvi¨® a escribir en torno a la historia de Israel en 1982 dos canciones, Oddball y Paranoia, convertidas en himnos del movimiento colono que trat¨® de enraizarse en el Sina¨ª, e incluso tuvo una canci¨®n para los resistentes del ¨²ltimo asentamiento de Yamit, a los que dedic¨® No arranques lo que ha sido plantado.
A pesar de todas estas canciones no puede considerarse a Naomi Shemer como una compositora de la derecha. Su composici¨®n Oh, capit¨¢n, mi capit¨¢n, escrita con ocasi¨®n del asesinato del primer ministro Isac Rabin tras la firma de los Acuerdos de Oslo por un fan¨¢tico jud¨ªo en Tel Aviv y basada en la obra que Walt Whitman escribi¨® en 1865 tras el asesinato del presidente norteamericano Abraham Lincoln, demuestran que tambi¨¦n es y ha estado con la izquierda.
Solo as¨ª se explica que la muerte de Naomi Shemer se haya convertido en Israel en un duelo nacional, a pesar de que su ata¨²d no fuera expuesto ni en Jerusal¨¦n ni en Tel Aviv y que nadie en la Knesset pronunciara en su recuerdo un elogio f¨²nebre. La sencillez y austeridad con que fue enterrada en su Kibbutz de Kinneret nos record¨® a todos que esta mujer forma parte de esa generaci¨®n heroica, que un d¨ªa crey¨® en la utop¨ªa sionista.-
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