La artista instaladora
Hay exposiciones que obligan a pensar. ?sta es una de ellas. Sin embargo, los pensamientos que sugiere la colecci¨®n de obras reunidas aqu¨ª me induce a la pregunta: c¨®mo se ha llegado a materializar un desprop¨®sito de semejante calibre. Vamos por partes. Primero, se trata de una exposici¨®n de obras de artistas del siglo XX que han sido realizadas en un ¨²nico color. Para mostrarlas, en un principio, no ser¨ªa necesario justificar nada, ya que la monocrom¨ªa puede ser entendida sin dificultad como un tema importante en el arte del siglo XX, no obstante, la comisaria norteamericana Barbara Rose ha venido a las colonias a explicarnos c¨®mo se hacen las cosas bien, realizando, tal como cuenta sin pudor en el cat¨¢logo, nada menos que "la primera exposici¨®n muse¨ªstica concebida como instalaci¨®n". Semejante arrogancia s¨®lo tiene parang¨®n en la torpeza con que han sido colocadas las obras en las salas. Si la comisaria quiere transmutar su papel de historiadora del arte por el de "artista instaladora" se ha estrellado ya que las obras, ubicadas en seis estancias seg¨²n su afinidad crom¨¢tica, se anulan unas a otras y, lo que es peor, no explican al p¨²blico en qu¨¦ consiste su excelencia, cosa lamentable, ya que algunas de ellas son, ciertamente, excelentes. La justificaci¨®n que se ofrece de estas seis mon¨®tonas y aburridas estancias raya con el rid¨ªculo ya que la "artista instaladora" se reconvierte entonces en historiadora del arte y explica que esta disposici¨®n, siguiendo el viaje espiritual de Dante y Virgilio, "...ha sido ideada para evocar asociaciones espec¨ªficas y sugerir la progresi¨®n desde la oscuridad y la muerte a la iluminaci¨®n, la trascendencia y el renacimiento", casi nada.
MONOCROMOS. DE MALEVICH AL PRESENTE
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa. Santa Isabel, 52 Madrid. Hasta el 6 de septiembre
Segundo, la exposici¨®n se titula
Monocromos. De Malevich al presente, con lo que cualquiera podr¨ªa intuir que un museo nacional, como el Reina Sof¨ªa, para una muestra con este tema y este t¨ªtulo, al menos habr¨ªa conseguido el Blanco sobre blanco de Malevich, o cualquier otro cuadro suyo de esa categor¨ªa, lo que justificar¨ªa el ¨¦nfasis que cobra el nombre del artista en el t¨ªtulo, pero del pintor suprematista s¨®lo se exhibe un peque?o cuadrito de la ¨¦poca posimpresionista que ni siquiera es monocromo.
Tercero, lo m¨¢s irritante es la amalgama realizada de obras realmente importantes y significativas del g¨¦nero con otras de injustificable presencia en esta muestra, a no ser que hayan llegado hasta aqu¨ª como "cuota de participaci¨®n" de las galer¨ªas espa?olas que han logrado colocar sus piezas en concepto de "impuesto revolucionario" de la diferencia espa?ola. Esa diferencia que ha conducido a que los artistas espa?oles est¨¦n ausentes de las grandes exposiciones internacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.