Muere Marlon Brando, la cumbre del cine
El genio que dio vida a Stanley Kowalski y Vito Corleone fallece en Los ?ngeles a los 80 a?os
Marlon Brando, el actor que revolucion¨® el arte dram¨¢tico en la pantalla de cine, muri¨® el jueves, en un hospital de Los ?ngeles, seg¨²n informaron sus abogados en varias declaraciones a diversas cadenas de televisi¨®n. Brando, con 80 a?os cumplidos, sufr¨ªa problemas cardiacos y respiratorios derivados de una obesidad incontenible. Sus amigos le rogaban que se cuidase pero el actor rechazaba ese consejo y apenas permit¨ªa las visitas m¨¦dicas.
Con su car¨¢cter exc¨¦ntrico, apartado del mundo en su casa de California o en su atol¨®n de Tahit¨ª, Brando lamentaba su fama y despreciaba su profesi¨®n. El hombre que posiblemente m¨¢s ha influido en el trabajo de varias generaciones de actores confesaba abiertamente que de su profesi¨®n s¨®lo le gustaba el dinero. Tal era el volumen de sus deudas que Brando hab¨ªa escondido sus dos oscars (logrados por La ley del silencio y El padrino) para que no fueran embargados.
Paramount le pidi¨® a Coppola cualquier opci¨®n menos Brando. Coppola apost¨® por ¨¦l. Y gan¨®
Tal era el volumen de sus deudas que hab¨ªa escondido sus dos 'oscars' para que no fueran embargados
Esa an¨¦cdota -esconder las estatuillas de la Academia del Cine de Hollywood para evitar que fueran subastadas- refleja muy bien la contradicci¨®n vital de Marlon Brando: proteg¨ªa un trofeo que en 1973 se hab¨ªa negado a aceptar como protesta por el tratamiento a los indios nativos americanos. Nunca renunci¨® a esa reivindicaci¨®n pero lo cierto es que el Oscar acab¨® en sus manos y aparentemente lo proteg¨ªa como un tesoro. Lo hab¨ªa ganado por el El padrino y era el segundo Oscar de su carrera, despu¨¦s de lograr otro por su papel de boxeador en La ley del silencio (1954).
Felicidad infantil
Marlon Brando, nacido el 3 de abril de 1924 en Omaha (Nebraska), muri¨® el jueves en un hospital de Los ?ngeles, en el centro m¨¦dico de la UCLA, seg¨²n algunas televisiones locales. El actor hab¨ªa ingresado en la noche del mi¨¦rcoles con problemas respiratorios. Su abogado, David J. Seeley, declin¨® informar sobre las razones m¨¦dicas de la muerte porque "era un hombre muy celoso de su privacidad".
Tan reservado era Brando que desapareci¨® en los a?os setenta despu¨¦s de gastar buena parte de su fortuna en la compra del atol¨®n Tetiaroa, en las Islas Tahit¨ª. All¨ª, Brando inici¨® una vida en la que trataba de recrear, seg¨²n cont¨® despu¨¦s, una especie de felicidad infantil. Se hab¨ªa enamorado de esos mares durante el rodaje del desastroso remake de Rebeli¨®n a bordo. Y de all¨ª s¨®lo sali¨® para trabajar como mercenario del cine, dispuesto a romper su paz espiritual para resolver, a golpe de talonario, su crisis financiera.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la vida de Brando era un desastre. Hab¨ªa gastado una fortuna en defender a su hijo Christian en el juicio por el asesinato del novio de su hermanastra, Cheyenne. Era el a?o 1990. Christian fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel; cinco a?os despu¨¦s, Cheyenne se suicid¨®.
La prensa hab¨ªa comenzado a indagar en la vida del actor, protegida hasta entonces por una especie de leyenda no escrita. La revista People public¨® que Brando ten¨ªa 11 hijos de sus tres mujeres (las actrices Anna Kashfi y Movita Castaneda, y la tahitiana Tarita Tariipia) y de m¨²ltiples relaciones extramatrimoniales. La madre de tres de ellos era una empleada de hogar, una mujer guatemalteca llamada Cristina Ruiz que en los ¨²ltimos meses reclamaba al actor la pensi¨®n mensual que hab¨ªa dejado de pagarle.
En una entrevista, Christian Brando reconoci¨® que su familia "cambiaba cada d¨ªa. A veces me siento en la mesa durante el desayuno y tengo que preguntar a alguien: ?Y t¨² qui¨¦n eres?". Christian, igual que Cheyenne antes de morir, le despreciaban como padre. "Intent¨¦ ser un buen padre, lo hice lo mejor que pude", lloraba Brando cuando testific¨® en el juicio contra su hijo.
El actor parec¨ªa haber superado aquella crisis existencial por la v¨ªa del absurdo y el rid¨ªculo. En sus dos ¨²nicas entrevistas en profundidad en los ¨²ltimos a?os, ambas en la CNN y con Larry King, Brando se mofaba de su carrera, se descalzaba para ense?ar los pies ante las c¨¢maras y besaba en la boca al presentador. Larry King cont¨® ayer que Brando le hab¨ªa llamado hace un mes para proponerle una entrevista en lo alto de una monta?a en su isla de Tahit¨ª en la que ambos estar¨ªan obligatoriamente en ba?ador. "Puede ser discutible, pero yo creo que es el mejor actor que ha dado este pa¨ªs", dijo el periodista al conocer la noticia de la muerte de Brando.
Para muchos lo era. Incapaz de aprenderse los textos del gui¨®n, Brando colocaba tarjetones sujetos con cinta adhesiva con las frases que ten¨ªa que pronunciar. Para muchos directores, su vagancia era intolerable y desesperante; para otros, su desprecio hacia su profesi¨®n le permit¨ªa actuar con una naturalidad fuera de lo com¨²n.
Los cr¨ªticos hab¨ªan descubierto a Brando en Broadway, especialmente por su papel como veterano de la Segunda Guerra Mundial en la obra Trackline Caf¨¦, en 1946. Un a?o despu¨¦s, el escritor y dramaturgo Tennessee Williams seleccion¨® personalmente a Brando para interpretar a Stanley Kowalski en el estreno teatral de Un tranv¨ªa llamado deseo. Brando retom¨® ese mismo papel cuatro a?os despu¨¦s cuando Elia Kazan llev¨® la obra al cine.
El actor acababa de llegar a Hollywood y ya era uno de los m¨¢s reclamados y aclamados de su generaci¨®n. Viva Zapata, El salvaje, y, por encima de todo, La ley del silencio, considerado por muchos su mejor trabajo, lanzaron a Marlon Brando al lugar que ocupa desde entonces. Hab¨ªa conseguido demostrar la validez y el realismo del m¨¦todo Stanislavski que hab¨ªan importado a Nueva York Lee Strasberg y la profesora de Brando, Stella Adler, en el c¨¦lebre Actor's Studio.
'El padrino'
A partir de ah¨ª, y salvo excepciones memorables como El padrino o Apocalypse now, Brando se comprometi¨® con proyectos irrelevantes en los que arrastraba su mito a cambio de dinero. Tal era la antipat¨ªa que se hab¨ªa ganado el actor que Paramount Pictures le pidi¨® a Francis Ford Coppola cualquier otra opci¨®n menos Brando para el papel de Vito Corleone. Le pusieron en bandeja a Burt Lancaster, a Orson Welles, George C. Scott o Edward G. Robinson. Coppola apost¨® por Brando. Y gan¨®.
Despu¨¦s de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs ("todav¨ªa hoy no s¨¦ de qu¨¦ va esa pel¨ªcula", dijo Brando a?os despu¨¦s sobre el filme de Bertolucci), y definitivamente recluido, Brando cobr¨® 14 millones de d¨®lares por unos minutos de trabajo en Superman. Lo hac¨ªa s¨®lo para pagar deudas.
El resto de sus papeles en otras producciones de los ¨²ltimos a?os son igualmente olvidables. En una de sus ¨²ltimas actuaciones, en el triste remake de La isla del doctor Moureau, Brando rompi¨® 14 pares de pantalones el¨¢sticos al sentarse con sus 150 kilos de peso. "La profesi¨®n de actor es la que me da m¨¢s dinero hasta que decida qu¨¦ quiero hacer con mi vida", sol¨ªa decir el actor.
Babelia
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