Euskera y trabajo
Si tenemos en cuenta que el porcentaje del profesorado con titulaci¨®n en euskera (hoy perfil ling¨¹istico) ha pasado del escaso 5% de comienzos de los 80 al 83% actual, es evidente que el camino recorrido en la euskaldunizaci¨®n de la ense?anza p¨²blica de Euskadi es espectacular. Una transformaci¨®n de esas dimensiones, en un colectivo de m¨¢s de 18.000 personas, no hubiera sido posible sin un alto grado de compromiso de la mayor¨ªa y la combinaci¨®n de dosis de exigencia y de generosidad. Un equilibrio ciertamente delicado.
La reciente pr¨®rroga por dos a?os del acuerdo de estabilidad en el que est¨¢n incluidos 1.500 interinos prescinde de todo equilibrio: los 183 ense?antes menores de 55 a?os que carecen de PL2 quedar¨ªan fuera de las garant¨ªas laborales que el mismo supone y s¨®lo podr¨ªan reincorporarse en caso de conseguir dicho perfil.
No vamos a molestarnos en calificar a unas leyes laborales que permiten que alguien que lleva de 15 a 20 a?os trabajando en la misma empresa lo siga haciendo sin ser fijo de plantilla. Ni a entrar en la bizantina discusi¨®n de si la edad adecuada para poder ser eximido del aprendizaje del euskera deber¨ªan ser los 55 a?os que marca ahora Iztueta o los 45 que aparecen en el decreto de perfiles ling¨¹¨ªsticos. Habl¨¢bamos de exigencia y de generosidad. No todo el mundo posee las destrezas necesarias para aprender una lengua al nivel que precisa dar clases en ella. El profesorado que no consigue su titulaci¨®n de euskera lo vive muchas veces como un fracaso personal. S¨®lo falta que encima lo conviertan ahora en fuente de inseguridad laboral. El decreto de perfiles ling¨¹¨ªsticos, por cierto, ya ten¨ªa en cuenta las salidas a estas situaciones contemplando la exenci¨®n de aquellas personas en las que concurra carencia manifiesta y contrastada de las destrezas necesarias para el proceso de aprendizaje del idioma.
Todav¨ªa hay tiempo para buscar soluciones, porque todo el colectivo tendr¨¢ a¨²n contrato anual para el pr¨®ximo curso. Pero esas soluciones s¨®lo pueden venir de la mano de la sensatez, del equilibrio, del acuerdo, de no aplicar la apisonadora cuando se est¨¢ en mayor¨ªa y saber atender las situaciones particulares. Justo lo que, en medio de la tremenda demagogia de un lado y del otro, algunos hemos echado de menos.
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