Los parlamentos de las religiones
"Sin di¨¢logo, el ser humano se asfixia y las religiones se anquilosan", afirma Raimon Panikkar. Precisamente para que los seres humanos no nos asfixiemos y las religiones no se anquilosen va a celebrarse en Barcelona el IV Parlamento de las Religiones del Mundo, del 7 al 13 de julio de 2004, bajo el lema Senderos de paz: el arte de saber escuchar, el poder del compromiso, con la participaci¨®n de mil ponentes, entre ellos l¨ªderes religiosos, expertos de las distintas tradiciones religiosas y espirituales, como Hans K¨¹ng y el Dalai Lama, y personalidades relevantes en la lucha por la paz y los derechos humanos, como la premio Nobel iran¨ª Shir¨ªn Ebad¨ª. Voy a hacer un breve recorrido por la historia de los parlamentos, ejemplos de di¨¢logo interreligioso y de trabajo por la paz.
El primero tuvo lugar en 1893 en Chicago con motivo de la Exposici¨®n Colombina, conmemoraci¨®n del IV Centenario. Constituye el comienzo del movimiento interreligioso moderno. Con el nombre de parlamento se pretend¨ªa subrayar la igualdad de todos los participantes, no su capacidad de legislar o de ejecutar acuerdos. Congreg¨® a cerca de cincuenta religiones. Los jud¨ªos, en su mayor¨ªa reformistas, pero tambi¨¦n los ortodoxos, contaron con una presencia importante y tuvieron una participaci¨®n relevante. El islam tuvo una exigua representaci¨®n: su principal exponente fue un norteamericano convertido. Los negros norteamericanos fueron pr¨¢cticamente excluidos. Destac¨® la presencia de los budistas, que contaron con 12 ponentes procedentes de Asia, entre ellos Dharmapala, y de los hind¨²es, con la asistencia del joven Swami Viverkananda, portavoz espont¨¢neo del movimiento interreligioso que entonces empezaba a caminar: "El cristiano -dijo- no debe hacerse hind¨² ni budista, ni el hind¨² y el budista deben ser cristianos. Cada uno ha de asimilar el esp¨ªritu de los otros al mismo tiempo que ha de perseverar en su particularidad, y creer seg¨²n su propia ley de crecimiento".
El comit¨¦ estuvo formado por un rabino reformista, un unitarista, catorce pastores protestantes y el arzobispo cat¨®lico de la arquidi¨®cesis de Chicago. En el saludo dirigido a los participantes, el impulsor del parlamento, Charles Carroll Bonney, anunciaba el nacimiento de una nueva fraternidad en el mundo del progreso humano: "La fraternidad entre las religiones". El presidente del parlamento, John Henry Barrows, adopt¨® un tono ecum¨¦nico y se refiri¨® al sabio Buddha; al S¨®crates buscador de la verdad; a Pablo de Tarso, predicador de Jes¨²s "a la sombra del Patern¨®n", y a los ap¨®stoles de la tolerancia Jeremy Taylor, John Milton, Abraham Lincoln, sin olvidarse de Lessing, quien un siglo antes hab¨ªa escrito Nat¨¢n el sabio, la obra que en plena Ilustraci¨®n abr¨ªa el camino del di¨¢logo interreligioso desde la tolerancia y el respeto al pluralismo. Las cuarenta y cinco religiones presentes concurr¨ªan en igualdad de condiciones. Ninguna se presentaba como superior a las dem¨¢s. Con todo, no lleg¨® a ser un parlamento intercultural, ya que estuvo marcado por el protagonismo anglosaj¨®n y por la centralidad del cristianismo.
Justo un siglo despu¨¦s, en 1993, se celebraba en la misma ciudad norteamericana el II Parlamento de las Religiones del Mundo, al que asistieron 8.000 personas pertenecientes a numerosas tradiciones religiosas y espirituales: hinduismo, budismo, tao¨ªsmo, jainismo, islam, juda¨ªsmo, cristianismo, neopaganismo, sijs, teosof¨ªa, Bahai, Brahma Kumaris y otras muchas cuyas firmas no son identificables. Este segundo Parlamento constat¨® la enorme influencia que las religiones siguen ejerciendo en la conducta de gran cantidad de seres humanos y en la marcha de la humanidad. En torno a 4.800 millones de personas est¨¢n vinculadas a alguna tradici¨®n religiosa y espiritual, lo que representa m¨¢s de tres cuartas partes de la poblaci¨®n humana mundial. En un clima de di¨¢logo, y dejando a un lado lo que pudiera separarlas en los terrenos cultual y doctrinal, las religiones tomaron conciencia de su responsabilidad a nivel planetario y vieron la necesidad de asumir como propios los grandes desaf¨ªos de la humanidad, seg¨²n puede leerse en la declaraci¨®n final: "Todos somos responsables en la b¨²squeda de un orden mundial mejor".
En el diagn¨®stico llamaban la atenci¨®n sobre la crisis radical que atraviesa el mundo de la econom¨ªa, de la pol¨ªtica y de la ecolog¨ªa. Visualizaron los dram¨¢ticos enfrentamientos entre los pueblos, las clases sociales, las razas, los sexos y las religiones, y reconocen que a veces son las propias religiones las que provocan o atizan las tensiones al fomentar comportamientos fan¨¢ticos, xen¨®fobos y excluyentes e inspirar y justificar enfrentamientos violentos. Constataron la necesidad de que los hombres y las mujeres de distintas religiones asumieran un compromiso con los derechos humanos al tiempo que mostraron que no es posible un nuevo orden mundial sin una ¨¦tica mundial, como tampoco un derecho sin eticidad. Las religiones asumieron cuatro compromisos fundamentales: a favor de una cultura de la no violencia y de respeto a toda vida, conforme al imperativo ¨¦tico "?No matar¨¢s!", o, formulado en positivo, "?Respeta la vida!"; a favor de una cultura de la solidaridad y de un orden econ¨®mico justo, conforme al imperativo moral "?No robar¨¢s!", o, formulado en positivo, "Obra con justicia y sin doblez"; a favor de una cultura de la tolerancia y de un estilo de vida honrado y veraz, conforme al imperativo "?No mentir¨¢s!", o, formulado en positivo, "Habla y act¨²a desde la verdad"; a favor de una cultura de igualdad y camarader¨ªa entre hombres y mujeres, conforme al imperativo "?No te prostituir¨¢s ni prostituir¨¢s a otros", o, formulado en positivo, "?Respetaos y amaos los unos a los otros!".
El III Parlamento de las Religiones se celebr¨® en Ciudad del Cabo del 1 al 8 de diciembre de 1999 con la participaci¨®n de alrededor de 7.000 personas pertenecientes a m¨¢s de setenta y cinco pa¨ªses. Fue una experiencia de diversidad cultural, religiosa y espiritual, de encuentro e intercambio.
El parlamento hizo un llamamiento a las instituciones dirigentes al di¨¢logo activo y permanente en torno a la creaci¨®n de un "futuro justo, pac¨ªfico y duradero para la prosperidad de toda la comunidad humana", y propuso seis itinerarios a recorrer: creaci¨®n de una comunidad en la diversidad (pluralismo, diversidad y di¨¢logo), compromiso por el sostenimiento (ecolog¨ªa), aspiraci¨®n a la justicia (pobreza y desarrollo), solidaridad y servicio, b¨²squeda de un fundamento espiritual, colaboraci¨®n creativa.
El IV Parlamento de las Religiones del Mundo de Barcelona se celebra en el marco del F¨®rum de las Culturas y espera reunir a varios miles de personas de todos los continentes y de todas las tradiciones religiosas y espirituales. Se dirige tanto a personas creyentes y religiosas como a no creyentes ni religiosas interesadas en conocer mejor las religiones y su aportaci¨®n a la sociedad. Es el mejor ejemplo del cambio de paradigma que estamos viviendo: del anatema al di¨¢logo, del choque de civilizaciones al encuentro entre las religiones. La paz entre las religiones puede abrirse m¨¢s f¨¢cilmente el camino de la paz en el mundo.
Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacur¨ªa, de la Universidad Carlos III de Madrid.
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