El himen de Hadisha
Al terminar la clase de matem¨¢ticas, Hadisha le pregunta a su profesora (una mujer de pelo rizado, grandes gafas y zapatos de color verde) si sabe de alguna cl¨ªnica donde practiquen reconstrucciones de himen. Primero la profesora se r¨ªe, pero despu¨¦s entiende que la pregunta va en serio. Hadisha le cuenta que la van a casar con un chico, tambi¨¦n marroqu¨ª, y est¨¢ asustada porque no es virgen. La profesora de matem¨¢ticas le grita: "?Una operaci¨®n as¨ª me parece una salvajada!". Pero Hadisha no lo ve del mismo modo. "?Por qu¨¦, si puede salvar una vida? Mi padre ser¨ªa capaz de matarme si mi marido me devuelve". Y entonces la profesora no sabe qu¨¦ decir.
Quedamos las tres para comer y me lo cuentan. Ni la profesora ni yo tenemos idea de c¨®mo ayudar a Hadisha, que tiene 18 a?os y vive en Espa?a desde los cuatro. Estamos en un restaurante sencillo de una ciudad del cintur¨®n industrial de Barcelona. En la radio suena Bailar pegados, de Sergio Dalma. "Cu¨¦ntale por qu¨¦ os casan", la apremia, muy seria, la profesora. Pero, sin darle tiempo, es ella misma quien lo hace. "Los casar¨¢n porque los sorprendieron hablando en la calle". Hadisha afirma con la cabeza. "No hac¨ªamos nada, s¨®lo hablar. Nos vio mi padre y... muy mal. Luego nos cogi¨® a los dos, llam¨® a sus padres y ya acordaron lo de casarnos. Yo le dije a mi padre que s¨®lo estaba andando por la calle, fue ¨¦l quien me habl¨® a m¨ª, yo ni le conoc¨ªa. Pero nada. Nos casaremos cuando ¨¦l termine los estudios".
"?l es ¨ªntegro. Me ha besado y ya le parece muy raro que no haya dicho que no. Cuando me habla de la virginidad me pongo muy nerviosa", comenta Hadisha
"Si me enamoro de un espa?ol me matan, no me dejar¨ªan aqu¨ª ni un minuto m¨¢s, me llevar¨ªan a Marruecos. No me faltan ganas de escaparme, pero no puedo"
Soluciones
La profesora me mira y yo la miro a ella. Entre las dos tratamos de dar soluciones. "Tienes que irte de casa, eres mayor de edad, tienes que hablar con tu novio". Al ver su cara de incredulidad pasamos a las soluciones no razonables. "?Puedes fingir que eres virgen? ?Puedes manchar la s¨¢bana con sangre? ?Puedes decir que te has ca¨ªdo con la bicicleta?". Hadisha repite que no, que no, con desgana, con esa cara de hast¨ªo agradecido que ponen los viudos cuando les recomiendan que salgan y se diviertan. "No me creer¨ªa", suspira. "?l dice que me quiere mucho, pero que lo fundamental es que su mujer llegue virgen al matrimonio. Que no sabe lo que har¨ªa si no fuese virgen". Le cuento que yo, cuando perd¨ª la virginidad, no sangr¨¦. "Ya, pero ¨¦l dice que todas las marroqu¨ªes sangran. Que las espa?olas son de otra cultura. Su t¨ªo le ense?¨® a los 14 a?os c¨®mo hay que hacer para que tu mujer, si no es virgen, no te enga?e. Su t¨ªo fue quien le explic¨® todo lo que iba a pasar y todo lo que ten¨ªa que comprobar".
A la profesora le centellean los ojos de ira. Coge mi peri¨®dico, lo dobla con un gesto airado pero pulcro y lo deja en la silla que est¨¢ libre. En las p¨¢ginas de Espa?a hay un reportaje de Miquel Noguer titulado: Baja la tensi¨®n en Barcelona. Se refiere a los inmigrantes sin papeles que se encerraron en las iglesias.
Mediador familiar
Le pregunto a Hadisha si un mediador familiar podr¨ªa ayudar en algo. "Los mediadores familiares no sirven para nada", opina ella. Y chasquea la lengua. "Cuanto m¨¢s tratan de convencer a tus padres de que esto es otra cultura, m¨¢s se aferran ellos a sus costumbres, es como si les quitaran lo que es suyo. Adem¨¢s, yo no me atrever¨ªa a contarle algo as¨ª a seg¨²n qu¨¦ hombre marroqu¨ª, aunque fuera mediador, por si no se pon¨ªa de mi parte. Mi padre tiene lo que tiene en la cabeza y no se lo va a sacar, no quiere escuchar. Al contrario, se engancha m¨¢s a lo suyo. Cree que les van a comer el coco a sus hijos. Si no lo consigui¨® mi hermana, no lo voy a conseguir yo".
La veo tontear con la ensalada. Tiene los ojos verdosos y grandes. Es muy guapa. "Un d¨ªa", explica la profesora, "vi que Hadisha ven¨ªa a clase con un pa?uelo en la cabeza. Le pregunt¨¦ qu¨¦ pasaba, porque ella siempre dec¨ªa que no le gustaba llevarlo". Miro a Hadisha. El pa?uelo que lleva hoy parece el t¨ªpico que usan las chicas modernas. "Tengo que ir as¨ª desde que me prometieron", murmura. Intento adivinar el color de su pelo mientras la oigo contar que, en todo el tiempo que llevan juntos, el chico no ha intentado nada con ella, excepto besos. "?l es ¨ªntegro. Me ha besado y ya le parece muy raro que yo no haya dicho que no. Cuando me habla de la virginidad me pongo muy nerviosa. ?l ve que hay algo raro".
La profesora me explica que las dos se conocen desde hace cuatro a?os, cuando Hadisha ten¨ªa 13. "La he visto convertirse en una mujer. Antes era mi alumna; ahora ya tenemos una relaci¨®n de amigas, de t¨² a t¨². Siempre ha sido muy inteligente". Su amistad empez¨® porque la profesora la invit¨® a ver la pel¨ªcula Oriente, Occidente, una historia muy divertida sobre una familia paquistan¨ª en Londres. Explica los conflictos entre el padre -que sigue aferrado a sus costumbres- y su mujer e hijos, que se sienten londinenses y quieren vivir como londinenses.
La profesora me cuenta que, poco despu¨¦s de ver la pel¨ªcula con Hadisha, descubri¨® que tomaba Tranxilium sin receta m¨¦dica. La llev¨® a un psic¨®logo. "Pero, claro, necesitaban la autorizaci¨®n de los padres para iniciar cualquier tratamiento y los padres no quer¨ªan autorizar nada". Hadisha dice que tomaba Tranxilium porque no pod¨ªa dormir. "Resulta", me aclara entonces la profesora, "que el padre la obligaba a ir a la cama a las ocho de la tarde para que no estuviera en la calle, no quer¨ªa que le ocurriera nada malo". Hadisha baja los ojos. "Ellos no entienden estos problemas. Te dicen que no te falta de nada, que no te puedes quejar". Y de repente suelta una frase que nos hace re¨ªr: "A m¨ª nadie me cont¨® que ten¨ªa que llegar virgen al matrimonio". Pero no es una broma. "Yo no lo sab¨ªa. Al estar tantas horas en la cama sin poder dormir empec¨¦ a chatear con el m¨®vil. ?Qu¨¦ iba a hacer? Conoc¨ª a un chico. Estuvimos envi¨¢ndonos mensajes durante mucho tiempo. No le dije que era ¨¢rabe; a las ¨¢rabes del chat nadie les hac¨ªa caso porque se supone que somos dif¨ªciles, que no vamos a ir a m¨¢s. A m¨ª nadie me avis¨® que ten¨ªa que ser virgen. Me pasaba la mitad de la noche hablando con ¨¦l. Era la oportunidad que ten¨ªa de hablar con personas, de comunicarme, ya que ten¨ªa que estar encerrada". Le digo que hizo bien y contesta con un pse. A?ade: "Me dijo que ten¨ªa 24 a?os, pero me enga?¨®, ten¨ªa 32". Al decir "treinta y dos" habla m¨¢s lentamente y arrastra las consonantes. (Trrreinta y dossss).
"Cabr¨®n...", murmura la profesora. "S¨ª, en ese sentido s¨ª", le da la raz¨®n ella. Le pregunto si, al menos, fue considerado. "No. Qu¨¦ va, qu¨¦ va. Yo en ese momento no pod¨ªa decir que no, te dejas llevar por lo que hay. No es que me arrepienta, no, pero dices: 'Si pudiera echarme para atr¨¢s...'. Nunca se enter¨® de que soy magreb¨ª. Le dije que me llamaba Laura. No s¨¦ por qu¨¦ no le dije que era magreb¨ª. No me lo llegu¨¦ a plantear. Despu¨¦s ya no le vi m¨¢s. Su prop¨®sito era eso, llevarme a la cama y adi¨®s muy buenas. Por eso necesito lo de la cl¨ªnica. Tengo que saber cu¨¢nto vale y todo eso, para empezar a ahorrar. Porque mi padre me mata".
Chilaba y pa?uelo
Explica que su hermana mayor ha cambiado, y que no quiere convertirse en alguien como ella. "Ahora lleva chilaba. Antes dec¨ªa que ni muerta se pondr¨ªa una. Dec¨ªa que no quer¨ªa hijos si no pod¨ªa educarlos como ella quer¨ªa. M¨ªrala ahora. Ya es como mi madre". La profesora menea la cabeza. "Pero, igual es una defensa para no sufrir, menudo car¨¢cter ten¨ªa tu hermana...". Y me explica: "Su hermana tuvo anorexia cuando ten¨ªa la edad de Hadisha, es que estas hermanas han sufrido mucho". La chica baja los ojos. "Yo no puedo llevar chilaba. No podr¨ªa. Me separo. Eso es m¨¢s f¨¢cil. M¨¢s f¨¢cil que irse de la casa del padre. Incluso una mujer que se separa es m¨¢s decente que una que ha tenido relaciones sin estar casada".
Y enseguida vuelve a lo que la preocupa. "S¨¦ que la operaci¨®n se hace mucho en Marruecos. No conozco a nadie que se la haya hecho, pero oyes hablar. El ginec¨®logo me ha dicho que no sufra, que ahora no piense en eso, que ya buscaremos una soluci¨®n cuando llegue el momento, que ahora no piense en eso y disfrute de la edad que tengo. Que hay alternativas, que no me preocupe. Que ¨¦l me hace un certificado falso. Pero con un papel de un m¨¦dico europeo no se demuestra nada. Mi madre no sabe que voy al ginec¨®logo. Estuve ingresada, una vez, por un quiste, pero ellos no saben lo que es un quiste. Yo es que ya paso de todo. Lo de la cl¨ªnica es muy caro, eso ya lo s¨¦. Pero har¨ªa lo que fuera. Trabajar a escondidas de lo que fuera. Quiero a mi novio, me parece. Pero me ha dicho eso. Que a ¨¦l le importa mucho que una mujer llegue virgen al matrimonio, y eso, pues te echa un poco para atr¨¢s. Tienes miedo, intentas hacer algo".
"?Y si te enamoraras de otra persona?", le pregunto. "No s¨¦. Me aguantar¨ªa. No tengo otro remedio. Ya no se puede hacer nada. Si me enamoro de un espa?ol me matan, no me dejar¨ªan aqu¨ª ni un minuto m¨¢s; me llevar¨ªan a Marruecos, tengo una hermana all¨ª. No me faltan ganas de escaparme, pero no puedo. Hace tiempo que he perdido la esperanza".
La profesora vuelve a mover la cabeza. "Le cuesta mucho mentir. Alguna vez, en clase, hemos hecho alguna excursi¨®n. Su padre no la deja ir. Entonces yo le digo: 'Eng¨¢?alo. Necesito el papel firmado. Tu padre no sabe leer. Eng¨¢?alo, lo firmas t¨²'. Pero no. Eso no se atreve a hacerlo. Y, en cambio, tiene tantas ganas de ir a la excursi¨®n". Sonr¨ªe: "Si la vieras jugar al f¨²tbol...". Intento dar m¨¢s soluciones. "?Y si te vas a otra ciudad? ?Y si denuncias a tu padre?". Pero Hadisha niega con la cabeza. La profesora pide caf¨¦ y saca los cigarrillos del bolso, que est¨¢ encima de mi peri¨®dico doblado. Veo una foto que ilustra el art¨ªculo sobre los inmigrantes encerrados en las iglesias de Barcelona. Todos son hombres. ?D¨®nde est¨¢n encerradas las mujeres?
![Hadisha, paseando por un parque.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PDPLGZUWXGBIBD5UYTUPR4SHE4.jpg?auth=67ef7f47d185200882c70f86bd5b99072b2986baad5911f621b35adfddcb906e&width=414)
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