El final de una historia
Santiago Botero, que lleva un a?o sin rendir bien, colgar¨¢ la bicicleta en oto?o
Puede ser una exageraci¨®n m¨¢s guiada por su m¨ªtico ¨¢nimo fatalista, pero Botero ha anunciado que est¨¢ acabado para el ciclismo. Walter Godefroot, un director belga y pragm¨¢tico, dice que todos los males de Botero est¨¢n en la cabeza. "Si pudiera, le pondr¨ªa un entrenador que estuviera con ¨¦l todos los d¨ªas", dice Godefroot, director del T-Mobile, el equipo que fich¨® a Botero en el invierno de 2002 pensando que podr¨ªa suplir la baja de Jan Ullrich. "El ¨²nico problema de Botero es mental. Cuando est¨¢ mal, sufre porque est¨¢ mal, y cuando est¨¢ bien, sufre pensando que llegar¨¢ un momento en que estar¨¢ mal. No puedo hacer vida de ¨¦l".
Santiago Botero (Medell¨ªn, Colombia, 1972) no termin¨® el Tour de 2003. Enfermo y vac¨ªo abandon¨® dos d¨ªas antes de llegar a Par¨ªs. Despu¨¦s ley¨® y oy¨® la falacia de que se hab¨ªa ido antes de tiempo porque hab¨ªa dado positivo en un control antidopaje. "As¨ª que ultrajado y sin moral me fui a Colombia", dice. "Estuve agosto, septiembre y la mitad de octubre sin tocar la bicicleta". Botero, pesimista hasta cuando gana, corre su quinto Tour. Lo corre como hombre de equipo en el T-Mobile de Ullrich. Lo corre sin moral y mal de forma. "La ¨²ltima vez que me sent¨ª Santiago fue en la Vuelta a Asturias de 2003". "Si no ando bien, dejo el ciclismo, cierro la p¨¢gina".
As¨ª de sencillo. Botero, rey de la monta?a del Tour de 2000, campe¨®n del mundo contrarreloj en 2002, tres veces clasificado entre los 10 primeros del Tour, ganador de tres etapas de la grande boucle, el colombiano rubio y at¨ªpico, el que gan¨® una contrarreloj a Armstrong en Breta?a en 2002, cree que ya ha llegado el momento de colgar la bicicleta cuando a¨²n no ha cumplido los 32 a?os. "Mi vida deportiva ha sido una miseria desde junio de 2003. La bicicleta siempre es sufrimiento. Y sufrir est¨¢ bien si acabas ganando, pero no tiene sentido sufrir simplemente para intentar aguantar el ritmo del pelot¨®n", afirma. "Adem¨¢s, Catalina, mi mujer, est¨¢ esperando un hijo y yo soy un hombre muy familiar. Y tengo estudios de postgrado en administraci¨®n de empresas. As¨ª que me volver¨¦ a Colombia y empezar¨¦ a trabajar".
Botero no encuentra explicaci¨®n a unos males que comenzaron el a?o pasado. "Estuve tres meses entren¨¢ndome en Colombia y cuando baj¨¦ a Espa?a, en mayo, y anduve bien, pero sufr¨ª una enfermedad intestinal y del est¨®mago poco despu¨¦s y enfermo corr¨ª la Vuelta a Alemania, cosa que no deber¨ªa haber hecho, pero quise agradecer al equipo que me hubieran dejado estar en Colombia", explica. "Y enfermo tambi¨¦n corr¨ª el Tour. Y como los m¨¦dicos no me encontraban nada extra?o en los an¨¢lisis, y siguen sin encontr¨¢rmelo, todo el mundo ha decidido que es un problema de la cabeza. Pero yo no me recupero de un d¨ªa para otro, me quedo sin fuerzas, y eso no es mental. Ojal¨¢ fuera un problema mental. Cuando estaba en el Kelme, Eufemiano Fuentes, que era tambi¨¦n el psic¨®logo del equipo, siempre me dec¨ªa que mis mejores victorias llegaban cuando pensaba que estaba mal. Porque yo soy pesimista por naturaleza".
Pero por si acaso ten¨ªan raz¨®n los partidarios del argumento psicol¨®gico, Botero busc¨® la soluci¨®n en Colombia, trabajando con un especialista. "Se llama Pedro y trabaj¨® con la selecci¨®n cubana de b¨¦isbol y con el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Cubano", dice. "Trabajaba sobre todo la relajaci¨®n con ejercicios de respiraci¨®n, con m¨²sica m¨ªstica... Me ayudaba a conciliar el sue?o. Y, cuando tocaba competir, trabajaba la activaci¨®n nerviosa. Pero sigo igual. Esto me mina la moral. Y as¨ª llevo un a?o, levant¨¢ndome por la ma?ana y dici¨¦ndome, a ver hoy, a ver hoy. Pero ni hoy, ni ayer, ni ma?ana".
Y hoy se levantar¨¢ Botero y saldr¨¢ de Waterloo pensando que estar¨¢ bien. Y si no, ma?ana, para la contrarreloj por equipos, su objetivo m¨ªnimo este Tour.
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