Arranca el Festatut

El Festatut es una iniciativa de la Generalitat de Catalunya que, en forma de espect¨¢culo de calle, pretende propiciar la participaci¨®n ciudadana en la redacci¨®n del nuevo Estatut. Un total de 21 poblaciones acoger¨¢n el montaje a lo largo de los pr¨®ximos dos meses, en una gira en autob¨²s que arranc¨® el martes en Igualada. La gracia del evento es que en cada poblaci¨®n ser¨¢ distinto, porque el Festatut se acaba de montar sobre la marcha, en apenas dos d¨ªas, a partir de las ideas y propuestas de los ciudadanos de cada municipio. La Companyia d'Aigua Teatre Ciutad¨¤ -responsable del trabajo actoral- se asegura, sin embargo, la mitad del espect¨¢culo, que ya tiene montado de antemano. Las cinco escenas restantes se preparan a partir de las preocupaciones que expresan las entidades comarcales y los ciudadanos inscritos. La iniciativa est¨¢ abierta a todo el mundo, sin l¨ªmites de edad ni requisitos de experiencia teatral previa. S¨®lo hace falta tener ganas y algo de tiempo, claro, para seguir los ensayos.

La idea es utilizar el teatro para implicar a los ciudadanos en la elaboraci¨®n del Estatut. La iniciativa comenz¨® en Igualada

A lo largo del martes, la plaza del Ayuntamiento de Igualada se fue transformando, con focos, pancartas y cintas en el suelo, en un enorme escenario, ante la mirada esc¨¦ptica de los transe¨²ntes, al tiempo que los 18 ciudadanos participantes segu¨ªan los ensayos que marcaba la Companyia d'Aigua. La mayor¨ªa de los inscritos eran de Barcelona, con s¨®lo cuatro ciudadanos de la comarca de Anoia, de los cuales ¨²nicamente dos residen en Igualada, lo que hace sorprendente que la organizaci¨®n (la Direcci¨®n General de Participaci¨®n Ciudadana de la Generalitat y la Fundaci¨® Societat i Cultura) haya escogido Igualada como ciudad de partida de este nuevo experimento.

Los dos igualadinos que se apuntaron a la iniciativa son Mustaf¨¢ y su hijo Osama, de cinco a?os. Durante una pausa en los ensayos, ambos manifestaron su entusiasmo con la propuesta. Mustaf¨¢ es un inmigrante que lleva 13 a?os en Igualada, entiende el catal¨¢n y lo chapurrea bastante bien. Es alba?il y tiene claro que hay que tomar parte de estas actividades colectivas. Su reivindicaci¨®n est¨¢ directamente vinculada a lo suyo: "Queremos m¨¢s viviendas y m¨¢s baratas", dijo.

De momento, en Igualada la organizaci¨®n del Festatut no ha recibido ninguna propuesta que pueda ser tachada de pol¨ªticamente incorrecta. Lo que m¨¢s se acerca es la inquietud de algunos habitantes por las ayudas sociales destinadas a los inmigrantes si ¨¦stas se dan en detrimento de los catalanes nacidos y criados aqu¨ª. ?Qu¨¦ pasa si, por ejemplo, un colectivo apoya la discriminaci¨®n racial o sexual? "Nosotros haremos llegar todas las propuestas al Parlament", declar¨® Manel Pons.

La funci¨®n empez¨® con media hora de retraso y con la plaza del Ayuntamiento medio vac¨ªa. Las terrazas que la rodean estaban ocupadas, y no del todo, por familias y grupos que estaban all¨ª para cenar o picar algo. Los que estaban sentados de espaldas al show ni siquiera se giraron para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. S¨®lo la explosi¨®n de alg¨²n petardo a lo largo de la funci¨®n hizo que algunos desviaran su atenci¨®n de la tertulia que manten¨ªan con los suyos. Una decena de personas, a lo sumo, parec¨ªan seguir el Festatut.

La trama viene a ser la siguiente: los ciudadanos reciben una carta de la Generalitat en la que se les pide que participen en la reforma del Estatut. Una actriz, desde un balc¨®n que da a la plaza, muestra su carta a los vecinos. Otros actores, desde otros balcones, manifiestan su curiosidad por el significado de esta carta que tambi¨¦n ha llegado a sus manos. Todos juntos bajan a la plaza y ah¨ª empiezan a abordar la cuesti¨®n. A esta escena inicial le siguen otras que quieren plasmar las propuestas lanzadas por los ciudadanos. En el caso de la comarca de Anoia, uno de los temas por el que parece interesarse la poblaci¨®n es el desarrollo del transporte ferroviario. As¨ª es que una de las escenas era la de un supuesto tren -una plataforma con ruedas- impulsado por Mustaf¨¢ y otros participantes, al que se iban subiendo los m¨¢s peque?os mientras gritaban "?Volem m¨¦s trens!". El resto de las escenas ten¨ªan una estructura similar. Ejemplo: si los vecinos reivindican un carril para las bicicletas, aparecen unos cuantos participantes en bici que gritan: "?Volem un carril bici!".

La energ¨ªa de Manel Pons alentando la improvisada troupe de actores es encomiable. Provisto de un micr¨®fono oculto, del que s¨®lo ¨¦l y el resto de los actores de la Companyia d'Aigua disponen, Pons intenta explicar las acciones que se suceden sobre el terreno. Algunas parten de ideas graciosas, como es el baile que se marcan un actor con la etiqueta de "Estatut" y una actriz con la de "Constituci¨®n" al son de Quiz¨¢s, quiz¨¢s, quizas. Sin embargo, la mayor¨ªa de las escenas no se entienden -como la del partido de f¨²tbol entre el equipo de la Llibertat y el de la Igualtat, que acaba en penalti, aunque no sabr¨ªa decir a favor de qui¨¦n- o son tremendamente pobres esc¨¦nicamente hablando.

El Festatut es un montaje de la Companyia d'Aigua en el que los ciudadanos participantes funcionan exclusivamente como relleno. Un trabajo al que le falta todav¨ªa mucho rodaje para superar los tiempos muertos entre escena y escena, y para corregir los defectos de sonido, pero al que, sobre todo, le falta un contenido elaborado para que tenga cierta entidad como espect¨¢culo de calle y consiga captar la atenci¨®n de la gente.