La invasi¨®n de los nuevos programas esp¨ªa
EL SPAM, O CORREO BASURA, que nos invade con informaci¨®n in¨²til representa dos terceras partes de todo el correo electr¨®nico. Por otra parte, los virus se multiplican amenazando con destruir el contenido de nuestras computadoras. La empresa brit¨¢nica Sophos registr¨® 959 nuevas variedades en mayo, el mayor incremento en un mes desde 2001. Esas dos amenazas, sin embargo, pueden parecer anodinas comparadas a lo que pueden hacer los programas esp¨ªas conocidos como spyware. En su forma extrema permiten recoger la informaci¨®n necesaria sobre un usuario para poder robarle su identidad y hacerse pasar por ¨¦l frente a un comercio o a un banco. Lo peor es que act¨²an con total sigilo.
El spyware es lo suficientemente peligroso para que el Congreso de Estados Unidos est¨¦ previendo prohibirlo. Una propuesta de ley al respecto ha sido adoptada el 17 de junio por una subcomisi¨®n de la C¨¢mara de Representantes. En su versi¨®n m¨¢s severa, exige que toda empresa que instale programas en una computadora ajena obtenga la autorizaci¨®n del usuario. Prev¨¦ multas de hasta tres millones de d¨®lares.
Los fraudes cometidos en cuentas bancarias en red en los ¨²ltimos 12 meses se elevan a 2,4 millones de d¨®lares. Las v¨ªctimas llegan a dos millones de americanos
El Congreso de EE UU prev¨¦ prohibir el spyware. Tambi¨¦n puede exigir que toda empresa que lo instale en una computadora ajena tenga el permiso expreso del usuario.
En su sentido m¨¢s amplio el spyware es cualquier programa instalado en una computadora sin la autorizaci¨®n de quien la usa. La forma m¨¢s inocua (aunque puede ser insoportable) se encuentra en los cookies puestos por ciertos sitios para identificarnos. Algunas empresas poco escrupulosas van m¨¢s all¨¢ con f¨®rmulas conocidas como adware (ad de advertising o publicidad) para obligarnos a ver anuncios diferentes de los programados por los sitios que visitamos. El caso m¨¢s conocido se dio hace algunos meses en Alemania, cuando quienes visitaban el sitio de Hertz ve¨ªan publicidad de su competidor directo, Avis. Claria, la m¨¢s conocida de las empresas de adware prepara su salida a Bolsa. M¨¢s peligrosos, ciertos programas monitorean tecla por tecla el sistema de los PC que invaden. Los troyanos (considerados virus por ciertos programas de protecci¨®n) pueden recoger esa informaci¨®n y transmitirla a sus autores.
De manera general, el spyware llega a una computadora cuando el internauta copia ciertos programas como el de Kazaa, popular entre los amantes de intercambio gratuito de m¨²sica. Otros se instalan solos cuando uno visita un sitio. Y lo peor: se est¨¢n multiplicando.
Una encuesta realizada en abril sobre 420.000 m¨¢quinas por el proveedor de servicio Earthlink y el fabricante de programas de protecci¨®n Webroot revel¨® que la tercera parte estaban infectadas, cada una con un promedio de 30 programas esp¨ªas.
Los fraudes cometidos en cuentas bancarias en la Red en los ¨²ltimos 12 meses se elevan a 2,4 millones de d¨®lares, seg¨²n la consultor¨ªa Gartner. Dos millones de norteamericanos han sido v¨ªctimas de ellas (con un costo medio de 1.200 d¨®lares por persona). El spyware apenas es responsable de una parte de esos robos. La modalidad de mayor desarrollo ¨²ltimamente es el phishing (de fishing, pescando). Consiste en enviar un correo que parece ser del banco del usuario para pedirle que confirme sus datos en un sitio que... no es del banco. El cuidado del usuario es su ¨²nica defensa.
Existen protecciones, a veces gratis, contra el spyware. Varios sitios, como Geek.com o Flexbeta.net, se han dedicado a comparar las diferentes soluciones. Siguiendo los consejos m¨¢s comunes copi¨¦ el programa de protecci¨®n de Spybot.com. Encontr¨® 49 intrusos en una computadora normalmente protegida contra los virus. Una nueva pasada (despu¨¦s de un d¨ªa de trabajo) encontr¨® 12 fisgones m¨¢s. En el marco de una conferencia sobre correo electr¨®nico en San Francisco, Vinton Cerf, uno de los padres de Internet, invit¨® a la pr¨¢ctica asidua de la ciberhigiene, que consiste en usar diferentes programas de protecci¨®n. "Al igual que nos cepillamos los dientes, necesitamos entrenarnos para pasar con frecuencia estos filtros", declar¨®.
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