Asesino acorralado
En el final de su carrera, un verdugo revive su historia para entender el presente
Agonizando, en una h¨²meda habitaci¨®n de un hotel parisino rodeado de gendarmes, la carrera del agente 47 parece haber llegado a su fin. Algo no encaja en la cabeza de este asesino a sueldo: ?c¨®mo ha llegado a esta situaci¨®n alguien con tanta experiencia como ¨¦l? La sangre evidencia su rastro y no quiere abandonar este mundo, por injusto que haya sido con su vida, sin saber qu¨¦ ha truncado sus planes para conseguir una larga jubilaci¨®n en un c¨¢lido pa¨ªs tropical. Sentado sobre la pegajosa moqueta, apoya la desierta testa en la pared iluminada por los destellos rojos y azules de las sirenas. En esta postura tan poco noble el protagonista intenta ordenar sus recuerdos que parecen proyectarse distorsionados sobre el anticuado papel que recubre toda la estancia. Uno a uno, aparecen los encargos m¨¢s relevantes de los que se ha ocupado, desde que escap¨® del psiqui¨¢trico donde le entrenaron, hasta la misi¨®n que est¨¢ a punto de acabar con su vida. En este flash-back continuo, el jugador deber¨¢ resolver cada trabajo del agente 47 con empe?o para ir avanzando hasta el presente a pesar de que pr¨¢cticamente ya sepa c¨®mo va a terminar la historia.
Hitman: Contracts
Desarrolla: IO Interactive
Distribuye: Proein
Plataforma: Windows, PlayStation 2, Xbox
G¨¦nero: Acci¨®n
Edad recomendada: Mayores de 16 a?os
Precio: 45, 60, 50 euros
Internet: www.hitmancontracts.com
El original planteamiento que propone IO Interactive permite descubrir toda la historia de este personaje, mago del disfraz, que con esta tercera entrega de sus cr¨ªmenes se consolida como el verdugo m¨¢s eficaz de los videojuegos. Su vida es tan contradictoria como interesante. Cualquier objeto en manos de un agente especial como ¨¦ste es susceptible de ser convertido en un arma. El robo de documentos, fotograf¨ªa de armas clandestinas y dem¨¢s tonter¨ªas se reserva para los finolis del servicio de inteligencia. Cuando un hitman entra en acci¨®n es porque debe correr la sangre. Sus tarifas est¨¢n a disposici¨®n tanto para gobiernos como para adinerados inconformes con resoluciones judiciales. El equipo no hace distinciones. A pesar de que el trabajo sucio siempre lo realiza solo, detr¨¢s de ¨¦l existe una organizaci¨®n que re¨²ne datos y planos para elaborar un detallado informe que asegure el ¨¦xito de la misi¨®n.
Desde una vista trasera o con la nueva visi¨®n subjetiva, hay que controlar al agente 47 para que lleve a cabo su objetivo, a ser posible, sin levantar sospechas. Si tiene que escapar del psiqui¨¢trico rodeado por las fuerzas especiales y buscado por los propios enfermeros, podr¨¢ hacerlo de dos formas. Por la salvaje: disparando a diestro y siniestro y con pocas posibilidades de llegar a la salida con vida; o por la sigilosa: visti¨¦ndose con la bata de un paciente para acercarse a un confiado enfermero por detr¨¢s y acabar con su vida con un simple cable el¨¦ctrico. A continuaci¨®n se le quita la ropa al enfermero y se usa como disfraz, sin olvidar esconder el cad¨¢ver para no levantar sospechas. Se roban las llaves del coche del despacho del director y acto seguido se procede a buscar a un SWAT solitario para aplicarle el mismo cuento que al enfermero. Vestido como un agente especial nadie impedir¨¢ que salga hasta el patio, coja el coche y desaparezca en la oscuridad quemando goma entre los veh¨ªculos de los antidisturbios.
As¨ª es Hitman Contracts, desde Ruman¨ªa a Siberia pasando por Hong Kong; las v¨ªctimas caer¨¢n una tras otra. Traficantes de droga, chantajistas, ladrones de arte religioso, secuestradores... El gui¨®n lleva a pensar que esos desgraciados no merecen otra cosa. Pero el agente 47 sufre con cada cad¨¢ver que a?ade a su conciencia. Fue modificado gen¨¦ticamente para hacer esta labor, pero no consiguieron librarle de estos dolorosos remordimientos que le indican que no est¨¢ haciendo lo correcto.
Traducida y doblada al castellano, la nueva entrega s¨®lo cojea de unos gr¨¢ficos algo simples debido al lanzamiento simult¨¢neo para PC y consolas que los ha rebajado al m¨ªnimo com¨²n denominador. De las pocas cr¨ªticas que se pueden arrojar sobre Contracts, una consiste en que alg¨²n escenario se repite ya que hab¨ªa aparecido en el primer t¨ªtulo de la serie, pero al tratarse de un viaje al pasado, es l¨®gico que as¨ª sea. Est¨¢ recomendado para mayores de 16 a?os y ser¨ªa bueno que los padres lo respetasen ya que adem¨¢s de sangre, las escenas obscenas aunque con ropa hacen aparici¨®n expl¨ªcita en misiones que representan desfasadas fiestas.
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