El tercer hombre
El portavoz parlamentario de los socialistas se convierte de nuevo en protagonista del Congreso Regional de su partido
Jos¨¦ Caballos no es Orson Wells, pero como ¨¦ste en la pel¨ªcula de Carol Reed quiere ser el tercer hombre del PSOE de Andaluc¨ªa. Manuel Chaves tampoco es Graham Greene pero su tercer hombre no es Caballos. Y lo que est¨¢ en juego en el 10? Congreso Regional no es la Viena de la postguerra, sino el reparto de puestos y del poder org¨¢nico para los pr¨®ximos cuatro a?os y, por lo tanto, el estar en buena situaci¨®n para engancharse a otro cuatrienio en el que a¨²n no est¨¢ escrito si Manuel Chaves ser¨¢ de nuevo candidato socialista a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa.
El pr¨®ximo jueves 15 de julio 569 delegados socialistas se dar¨¢n cita en el Palacio de Congresos de Granada para aprobar la gesti¨®n de la ejecutiva saliente, elegir al ¨²nico candidato a la secretar¨ªa general, Manuel Chaves, votar la nueva direcci¨®n que ¨¦ste presente y aprobar una ponencia, cuyas propuestas han sido refrendadas por los andaluces en las recientes elecciones auton¨®micas, ya que en su mayor¨ªa estaban incluidas en el programa electoral del PSOE.
La cita se aventuraba del tipo ?qu¨¦ bien, qu¨¦ bien que nos llevan de excursi¨®n!, pero al congreso tranquilo dise?ado por sus organizadores se la ha puesto encima un nubarr¨®n imprevisto, cosa que, por otra parte, es habitual en los congresos socialistas.
El protagonista es, una vez m¨¢s, Jos¨¦ Caballos, el h¨¢bil y admirado presidente-portavoz del grupo parlamentario socialista; el hombre que sin necesidad de ser secretario general, lidera la potente agrupaci¨®n del PSOE de Sevilla; el hombre que es capaz de estar cinco a?os en silencio, cuando Alfonso Guerra orden¨® su decapitaci¨®n en 1985, y de formar un equipo de confianza -que se ha mantenido inc¨®lume- hasta ganar en 1993 a los guerristas la direcci¨®n provincial.
Es la persona que tambi¨¦n protagoniz¨® hace cuatro a?os el anterior congreso cuando aguant¨® sin rechistar que Manuel Chaves eliminara la secretar¨ªa de Pol¨ªtica Institucional que ¨¦l ocupaba (el n¨²mero tres del partido) para hacer ver que sintonizaba con el cambio tranquilo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, despu¨¦s de que la mayor¨ªa de la federaci¨®n andaluza apostase por Jos¨¦ Bono para liderar el PSOE.
En aqu¨¦l momento Caballos reconoci¨® a un grupo de periodistas que hab¨ªa visto la operaci¨®n con "desconcierto", pero "con la cabeza y no con el h¨ªgado". "Si estoy en el n¨²cleo duro o en el blando a la gente le importa un r¨¢bano. Estoy a lo me diga el partido y el secretario general. Siempre voy a arrimar el hombro". Caballos es el hombre que ahora reclama ser repuesto en esa posici¨®n y que no est¨¢ dispuesto a aceptar "argumentos de autoridad, sino pol¨ªticos", seg¨²n personas de su entorno, las cuales precisan que pidi¨® al secretario general "asumir alguna responsabilidad" y que Chaves no le cerr¨® ninguna puerta.
La mesa camilla
Todo empez¨® hace dos meses cuando Manuel Chaves da a conocer los primeros cap¨ªtulos de c¨®mo se va a administrar y gestionar el PSOE, tras ganar las elecciones del 14 de marzo por mayor¨ªa absoluta: a Mar Moreno, a la que muchos ven como el futuro del PSOE, la saca de la vida org¨¢nica y la sit¨²a al frente de la presidencia del Parlamento; a Gaspar Zarr¨ªas lo mantiene como hombre fuerte en el Gobierno andaluz; a Luis Pizarro, como n¨²mero dos del partido; y a Jos¨¦ Caballos como portavoz de un grupo de 61 diputados. Estas cuatro personas, m¨¢s el consejero de Econom¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, integran lo que se llama la mesa de camilla de Chaves. Asisten a las reuniones de coordinaci¨®n que se celebran todos los lunes en el palacio de San Telmo.
Ya entonces Caballos plantea, seg¨²n fuentes pr¨®ximas hace un mes y no dos, volver a ser el tercer hombre de la ejecutiva. Manuel Chaves y Luis Pizarro, secretario de Organizaci¨®n y mano derecha del secretario general, le dan una negativa, por cuando consideran que volver a la situaci¨®n anterior puede ser interpretado como una rectificaci¨®n y, por lo tanto, debilitar la autoridad de Chaves. Insiste una vez m¨¢s dos d¨ªas antes del 36? Congreso Federal y la respuesta es la misma. Y es entonces cuando Caballos pone a rodar una bola que al d¨ªa de hoy no ha hecho sino aumentar de tama?o, para desconcierto de todos, y en la que, a juicio de muchos, no mide bien que "la jerarqu¨ªa en el PSOE es la jerarqu¨ªa" y que la posici¨®n del l¨ªder del partido es inatacable.
La teor¨ªa de los globos
En una reuni¨®n de delegados previa al Congreso Federal el secretario provincial, Luis Navarrete, hace saber que Sevilla no se siente representada en los ¨®rganos de decisi¨®n del partido, una sensaci¨®n que "con raz¨®n o sin ella", como se afirma en un documento dado a conocer el viernes, est¨¢ muy interiorizada en esta agrupaci¨®n y de la que casi todos con mayor o menor intensidad participan. Sevilla, recuerdan, aporta el 30% de los votos del conjunto regional y el 21% de los delegados al 10? Congreso Regional.
Navarrete, que suele cuidar las formas, no se mete en muchos charcos, pero Caballos -cuyas calificativos desde?osos hacia dirigentes del PSOE durante el Congreso Federal corren de boca en boca- hace unas declaraciones en las que dirige sus quejas y advertencias no a la direcci¨®n regional sino al propio secretario general al afirmar que, aunque "como siempre", Manuel Chaves es el que mueve ficha, Sevilla "no saluda con simpat¨ªa" el encaje de su agrupaci¨®n en la direcci¨®n federal y hace ver que el nombre de la nueva responsable de Igualdad "es una persona propuesta" por los sevillanos , "no lo de la vez anterior que fue propuesta por Chaves".
La delegaci¨®n sevillana tambi¨¦n deja patente su malestar por el modo de c¨®mo se han repartido territorialmente los cargos: "Aqu¨ª le han dado a cada una de las provincias un globo. ?ste para t¨ª y este para ti. Siempre va a haber un discriminaci¨®n negativa con Sevilla porque no se va a respetar exactamente su proporci¨®n, pero una cosa es ¨¦sa y otra que entremos en una especie de confederalismo org¨¢nico y cada uno se le d¨¦ un globo para que est¨¦ contento".
Los pilotos rojos se encienden a partir de entonces en la sede socialista y empieza a circular la teor¨ªa de si las advertencias de Caballos es un zambombazo, para luego destensar la cuerda -lo normal en un congreso- o, como mantienen algunos, es "una operaci¨®n de largo alcance".
La batalla de Pirro
A partir de entonces se han sucedido las declaraciones, bajo el manto protector del anonimato, de unos y otros, en las que circula mucha opini¨®n y menos informaci¨®n; muchas advertencias y amenazas del siguiente tipo: "A ver si a Chaves le va a pasar como a Pirro contra los romanos"; "Va a ser muy complicado que cuando Manuel Chaves se siente en el Parlamento tenga detr¨¢s a Caballos";
"est¨¢ claro que ellos tienen la mayor¨ªa de apoyos de los delegados, pues muy bien pero, el congreso no se habr¨¢ cerrado bien".
Nadie sabe cu¨¢l va a ser la soluci¨®n y si va a haberla, de ah¨ª que las fuentes no se quieran identificar. Temen que si lo hacen luego se produzca un acuerdo de aqu¨ª paz y luego gloria entre los principales protagonistas de la partida que los deje a la intemperie y con un enorme nubarr¨®n sobre sus cabezas.
Pero lo que tambi¨¦n es cierto es que se ha generado, como se?ala un veterano dirigente, "una serie de impulsos secundarios" dif¨ªcil de frenar en la que, explica, "los liderazgos ponen en pr¨¢ctica la teor¨ªa del corralito para asegurar lealtades: t¨² tienes unas vacas y si no les das de comer se van a otro corralito".
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