El naufragio legal de los beb¨¦s del Estrecho

La presencia de beb¨¦s y mujeres embarazadas a bordo de pateras ya no asombra a los voluntarios de la Cruz Roja de Tarifa (C¨¢diz) que prestan asistencia humanitaria ante los desembarcos. Desde 2002, cuando la ONG comenz¨® a censar estos casos, han sido interceptadas en la zona 230 gestantes y 69 ni?os que no superaban los dos a?os. Las cifras reales son mayores, pero se desconocen. Los ¨²nicos dispositivos de atenci¨®n que reciben son prestados por organizaciones humanitarias, pues no existe ning¨²n centro bajo control p¨²blico que atienda a las madres inmigrantes y sus beb¨¦s ni tampoco se ha dispuesto de un protocolo de actuaci¨®n que facilitase el seguimiento de estos ni?os.

Esto ha propiciado una batalla judicial entre varias familias del Campo de Gibraltar, convertidas en guardadores de hecho de peque?os africanos a petici¨®n de sus padres biol¨®gicos, y la Junta de Andaluc¨ªa, que exige su ingreso en un centro de protecci¨®n tras declarar el desamparo al comprobar que no eran atendidos por sus progenitores.

Una de las situaciones m¨¢s pol¨¦micas que se vivi¨® en el Campo de Gibraltar fue la de la peque?a africana que vive en la casa de Virgilio Moreno, de 64 a?os, y Remedios Bejar, de 62, en Algeciras (C¨¢diz). La ni?a hizo su primer viaje con un mes escaso, acomodada entre los brazos de su padre, un nigeriano que asegur¨® al llegar a tierra en diciembre de 2000 que la madre hab¨ªa fallecido durante un naufragio en el Estrecho. Durante seis meses residieron en el albergue de los hermanos de la Cruz Blanca, que gestiona Isidoro Mac¨ªas. De all¨ª marcharon a la parroquia de San Pedro, en la barriada de los Pescadores, donde el padre entreg¨® la ni?a al p¨¢rroco, que pidi¨® auxilio a una familia de impecable trayectoria humanitaria.

Virgilio, un guardia civil en la reserva que lleva d¨¦cadas de di¨¢cono en una parroquia del barrio de La Bajadilla, y su esposa Remedios no dudaron ni un segundo asumir el cuidado de la ni?a. El matrimonio goza de acreditada experiencia en la crianza: tienen tres hijos biol¨®gicos -de 32, 29 y 21 a?os en la actualidad- y han acogido a cuatro menores saharauis. En honor del algecire?o se bautiz¨® a un ni?o saharaui en los campamentos como Mohamed Virgilio.

Como la familia pretend¨ªa que su actuaci¨®n fuese transparente formalizaron la guarda de hecho ante el juzgado de acuerdo con el padre. "A partir de ah¨ª hay una persecuci¨®n grand¨ªsima de la Junta", sostiene el guardia civil retirado, espantado a¨²n por la visita de siete polic¨ªas para retirar a la peque?a, a la que no encontraron en la casa. Asuntos Sociales declar¨® el desamparo de la ni?a el 26 de agosto de 2002 por el incumplimiento del padre biol¨®gico de la patria potestad y exigi¨® su ingreso en un centro de protecci¨®n, a lo que se neg¨® la familia, que recogi¨® 6.500 firmas en su apoyo.

La jueza Mar¨ªa Esther Mart¨ªnez Saiz, titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 4 de Algeciras, dio la raz¨®n a Asuntos Sociales en la declaraci¨®n del desamparo de la peque?a pero desestim¨® el acogimiento residencial, que habr¨ªa significado ingresarla en un centro, en favor del "acogimiento simple y provisional" de Virgilio y Remedios. "Nos han tratado peor que a un delincuente peligroso", se queja el hombre. Su esposa critica que todo ese sinsentido administrativo deje en una especie de limbo a la ni?a: "No podemos inscribirla en el Registro Civil porque no tiene papeles". La menor de 3 a?os est¨¢ escolarizada y empadronada.

El caso de Isabel Due?as, que cuida en su casa a un peque?o nigeriano de tres a?os desde que se lo pidi¨® la madre biol¨®gica, no difiere demasiado. Due?as ayud¨® durante un periodo como voluntaria en el centro de la Cruz Blanca de Algeciras, donde se aloj¨® la madre del menor. En un primer momento se hizo cargo temporalmente hasta que la madre biol¨®gica se llev¨® a su hijo a Almer¨ªa, donde hab¨ªa encontrado trabajo. Un agravamiento de la enfermedad del ni?o la decidi¨®, sin embargo, a pedir apoyo de nuevo a Due?as. Finalmente, ambas familias formalizaron ante un notario la situaci¨®n. "Mi sorpesa lleg¨® un d¨ªa con un polic¨ªa que me toc¨® a la puerta, y ah¨ª empez¨® mi calvario, me citaron en C¨¢diz, fueron los padres biol¨®gicos y nos dijeron que era ilegal lo que hac¨ªamos", relata.

La Junta declar¨® al menor en desamparo, pero la familia, que reside en Castellar de la Frontera, se neg¨® a entregarlo, incluso cuando acudieron a reclamarlo t¨¦cnicos y polic¨ªas en junio de 2003. Isabel Due?as, que tiene dos hijos biol¨®gicos, desapareci¨® con el peque?o hasta el juicio, que confirm¨® el desamparo y mantuvo el acogimiento familiar. "Si le pago por el ni?o a la madre es l¨®gico que se lo lleven, pero le estoy ayudando y volver¨ªa a hacerlo", concluye.