Los 'neocons' castizos
EN LAS PAREDES de una instituci¨®n conocida est¨¢n enmarcadas las portadas de algunos peri¨®dicos franceses posteriores a las elecciones espa?olas de marzo. En la de Le Monde se lee a toda p¨¢gina: "Espa?a sanciona las mentiras de Estado", y acompa?a al titular un dibujo de Plantu en el que sobre la nariz de Pinocho de Aznar se balancea Bin Laden. La primera plana de Liberation titula: "Espa?a, el precio de la mentira". Hace pocos d¨ªas, el conservador Times, de Londres, al analizar el factor X -por el que pierden las elecciones los pol¨ªticos en el poder, sean del signo pol¨ªtico que sean-, dec¨ªa: "No fueron tanto los atentados de Madrid... como la reacci¨®n de los votantes a la forma en que el Gobierno de Aznar culp¨® de manera inmediata y falsa a ETA".
?Qu¨¦ tipo de derecha va a ser el PP? ?El centro derecha europeo al que un d¨ªa aspir¨®, o la derecha ultraconservadora americana que representan Bush y su equipo? Las relaciones de Aznar con los ¨²ltimos son notorias
En el frente interno tenemos los ejemplos m¨¢s actuales de esa pol¨ªtica que ech¨® al PP del Gobierno en la comisi¨®n de investigaci¨®n de los atentados del 11-M (todav¨ªa en barbecho) y en el esc¨¢ndalo del Yak 42, en el que al parecer no hubo una sola verdad predicada.
En ese contexto reaparece Aznar para inaugurar un curso de la Fundaci¨®n para el An¨¢lisis y los Estudios Sociales (FAES), el tanque de pensamiento en el que, seg¨²n sus propias palabras, quiere dar la "batalla de las ideas". Aznar, en una intervenci¨®n catastrofista, lo descalific¨® todo: el resultado de las elecciones, los intentos de reformar y actualizar la Constituci¨®n espa?ola, la Constituci¨®n europea y el proyecto del PSOE.
M¨¢s all¨¢ de la tosquedad del discurso, la intervenci¨®n de Aznar remite a una cuesti¨®n m¨¢s importante: ?qu¨¦ es el PP?, ?qu¨¦ tipo de derecha va a ser en el futuro: una derecha centrada, a la europea, o una derecha ultraconservadora, como la de Bush? Vistas las reacciones molestas de Rajoy y otros a las palabras de Aznar, las preguntas no son balad¨ª. La pr¨¢ctica pol¨ªtica del ex presidente y su grupo m¨¢s cercano (algunos de cuyos componentes, como los neocons genuinos, provienen de la izquierda) denota su cercan¨ªa al movimiento neoconservador.
Rafael Bardaj¨ª, hasta hace poco n¨²mero dos del Instituto Elcano, ide¨®logo de la guerra contra Irak y acompa?ante de Aznar en su ¨²ltimo viaje a EE UU, particip¨® en un suplemento cultural de La Vanguardia dedicado a Leo Strauss, el profeta de los neocons, en el que dec¨ªa: "Espa?a ha despertado como una naci¨®n que vuelve a jugar en el tablero internacional. Los neocons espa?oles, que los hay, han sido tal vez los ¨²nicos capaces de presentar un curso de acci¨®n coherente para las circunstancias del momento... Mis amigos americanos, como Bill Kristol, bromean pensando que la Espa?a de Aznar es el para¨ªso conservador hecho realidad". La pieza se titulaba Ser Wolfowitz en Espa?a.
El citado Kristol ha sido invitado por Aznar a participar en un seminario de la FAES (?qui¨¦n financia la FAES m¨¢s all¨¢ del PP?). Director del muy conservador semanario The Weekly Standard, propiedad de Rupert Murdoch, Kristol fue uno de los valedores del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, el documento base de los neocons. Kristol es coautor del libro La guerra de Irak. En defensa de la democracia y la libertad, recientemente editado en Espa?a (editorial Almuzara). En la introducci¨®n a la edici¨®n espa?ola, escrita junto a Robert Kagan (otro intelectual neocons, que fue recibido por Aznar en La Moncloa cuando present¨® en Madrid su libro Poder y debilidad), se critica a ZP por haber sacado a las tropas espa?olas y se dice que la batalla de Irak "ha sido una importante victoria en la guerra en la que Occidente al completo est¨¢ o deber¨ªa estar comprometido, una guerra contra el terror, contra la proliferaci¨®n de armas y en pos de un nuevo Oriente Medio".
El destino de los neocons depende directamente de las elecciones de noviembre en EE UU. Si la gente de Bush abandona la Casa Blanca, ello tendr¨¢ repercusi¨®n tambi¨¦n en Espa?a. Quiz¨¢ veamos a Aznar tarareando la canci¨®n de Sabina: "Y cuando por la calle pasa la vida como un hurac¨¢n, el hombre del traje gris grita: '?Qui¨¦n me ha robado el mes de abril?, ?c¨®mo pudo sucederme a m¨ª?".
Los neocons no son conservadores, sino radicales.
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