Valencia, capital de Silicon Valley
Cuando ?scar Pastor y su equipo empiezan una reuni¨®n para vender su revolucionario producto a una empresa alemana o de EE UU, lo primero que hacen es poner una transparencia que sit¨²a a Valencia y a Denia en un mapa del mundo. A la mayor¨ªa de los directivos les cuesta creer que un programa que parece llamado a transformar la industria del software no haya nacido en Silicon Valley (California), sino en el Mediterr¨¢neo.
?En qu¨¦ consiste su descubrimiento? En esencia, Pastor ha inventado un programa de ordenador que genera otros programas mucho m¨¢s r¨¢pidamente y con menos errores que los programadores humanos. Con el a?adido de que resultan m¨¢s baratos y se ajustan como un guante a las necesidades de los clientes.
El sue?o de Pastor habr¨ªa quedado s¨®lo en eso de no haber sido por la aparici¨®n del alem¨¢n Siegfried Borho, un mecenas singular
OlivaNova funciona con modelos conceptuales. Cuando se re¨²nen con un cliente, ¨¦ste da un 'universo de discurso' para explicar el 'software' que necesita
Una lecci¨®n m¨¢s que puede extraerse de OlivaNova es la de su creaci¨®n por medio de una 'spin off', un acuerdo de investigaci¨®n universidad-empresa
El asunto tiene que ver con un cambio de perspectiva. Cuando era estudiante, Pastor, de 42 a?os, catedr¨¢tico de Inform¨¢tica en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, imagin¨® un sistema para programar que se elevara por encima de los lenguajes inform¨¢ticos, todos ellos una incomprensible sucesi¨®n de n¨²meros, letras y s¨ªmbolos que suenan a german¨ªa. Se dedic¨® entonces a investigar un modo de humanizar el mundo del software. Con ¨¦l, cualquier persona podr¨ªa obtener el programa que precisase con s¨®lo enumerar sus caracter¨ªsticas. De la larga y tediosa tarea de convertir ese deseo en un producto inform¨¢tico -mediante la introducci¨®n de l¨ªneas de c¨®digos inteligibles para los ordenadores- se ocupar¨ªan las propias m¨¢quinas.
Tras ocho a?os de trabajo, ya existe una versi¨®n de la idea de Pastor. Se llama OlivaNova Model Execution (ONME). Su comercializaci¨®n corre a cargo de Care Technologies, del grupo CHG. Fundada en Denia en 1999, esta empresa tiene desde este a?o sedes en M¨²nich y San Francisco, y cuenta entre sus clientes a Iberia, Fujitsu, Indra y Deutsche Telekom.
El sue?o de Pastor habr¨ªa quedado probablemente en s¨®lo eso de no haber sido por la aparici¨®n de Siegfried Borho, un mecenas singular. Borho, seg¨²n cuenta, lleg¨® a Espa?a en 1970 cansado de vender fondos de inversi¨®n en Alemania y decidido a enriquecerse con el negocio de las segundas residencias para extranjeros. Recorri¨® las islas Canarias, las Baleares y la costa mediterr¨¢nea peninsular desde Francia hasta la bah¨ªa de C¨¢diz. En 1971 se estableci¨® en Denia (Alicante) y all¨ª empez¨® a cimentar su emporio.
La sede central de su grupo, CHG, est¨¢ a dos kil¨®metros de Denia. El a?o pasado factur¨® 60 millones de euros. Pese a estar diversificado, el centro de gravedad contin¨²a siendo el negocio inmobiliario.
Primero, la casa
CHG empieza por vender casas, casi todas en urbanizaciones. Una vez dentro, y si el comprador se deja, un ej¨¦rcito de peque?as empresas se dedica a cubrir todas sus necesidades: Borho les alquila coches; les da clases de golf; cuida de sus jardines y piscinas; les invita a visitar sus farmacias, tiendas de ropa, restaurantes y supermercados, e incluso les proporciona agua corriente a trav¨¦s de su distribuidora, que da suministro a cerca de 40.000 personas. Los clientes pueden amueblar su casa en la tienda que el grupo tiene en la carretera Denia-Ondara, o alquilarla los meses que permanece vac¨ªa por medio de CHG. Un departamento del grupo suscribe seguros de hogar, y otro funciona como asesor¨ªa jur¨ªdica.
Dada esta tendencia totalizadora, no es raro que Borho quedase seducido con la idea a la que Pastor dedic¨® su tesis doctoral, y decidiese financiarla. Seg¨²n Juan Carlos Molina, gerente de Care Technologies, "OlivaNova es el ¨²nico programa de ordenador que hoy por hoy produce programas completos al 100% y no al 40% o al 80%, como hacen los sistemas de otras empresas". A una conclusi¨®n parecida lleg¨® la consultora Gartner. Compar¨® OlivaNova con productos similares y concluy¨® que el de Care era entre 20 y 47 veces m¨¢s r¨¢pido que el resto.
OlivaNova funciona con modelos conceptuales. Algo as¨ª como los planos que maneja un arquitecto para construir un edificio. Cuando se re¨²nen con un cliente, ¨¦ste da un universo de discurso para explicar el software que necesita. "Te cuenta su vida", aclara Pastor. La tarea de los programadores-analistas de Care consiste en extraer los conceptos esenciales. Una vez definidos, los t¨¦cnicos elaboran un modelo conceptual o el plano de la obra. "Cuando est¨¢ listo, que puede ser cuesti¨®n de unos cinco d¨ªas, introducimos el modelo en OlivaNova, y en pocos minutos el compilador nos devuelve un programa listo para funcionar".
El modelo es traducido por OlivaNova a los lenguajes inform¨¢ticos m¨¢s habituales, como Java, Visual Basic y, dentro de poco, a .Net. Por cada l¨ªnea que los programadores escriben en ingl¨¦s, la m¨¢quina llena una pantalla de c¨®digos en alguna de estas jergas.
En esta simplificaci¨®n radical est¨¢ el secreto de OlivaNova. "La industria inform¨¢tica", opina Pastor, "sigue en cierta forma en la edad de piedra. Empresas y programadores dedican gran parte de sus energ¨ªas a realizar un trabajo mec¨¢nico, laborioso y propenso a los errores humanos, como es el de escribir los c¨®digos". Un trabajo que a veces cuesta meses. "Nuestro sistema, en cambio, es tan r¨¢pido que lo normal es que nuestros interlocutores sospechen que tra¨ªamos el ejemplo ama?ado. As¨ª que les pedimos a ellos que pongan el ejemplo que quieran, y funciona".
Borho cree que lo que se est¨¢ gestando con el sistema de los modelos conceptuales -un campo de investigaci¨®n al que Care no ha sido el primero ni el ¨²nico en llegar- es la industrializaci¨®n de la producci¨®n de software: "Antes de que aparecieran las cosechadoras, el trigo se segaba con guada?as, y esto es lo mismo. Los dem¨¢s contin¨²an con guada?as y nosotros llegamos con la cosechadora".
Arquitectos del 'software'
Este escenario parece amenazar el oficio de programador, que en los ¨²ltimos tiempos ha ostentado el t¨ªtulo de profesi¨®n del futuro. Borho calcula que "aquellos que puedan ver el asunto desde arriba, quiz¨¢ el 10%, el 20% o el 40%", podr¨¢n reciclarse en esta especie de arquitectos del software. Pastor discrepa. De un lado, se?ala, el tiempo que no se destine a introducir c¨®digo permitir¨¢ potenciar la parte creativa de los programadores. Y de otro, el abaratamiento de costes podr¨ªa facilitar una informatizaci¨®n generalizada: "Cada ma?ana, cuando voy a comprar el pan o el peri¨®dico, pienso en la cantidad de ¨¢reas que quedan por cubrir".
Una lecci¨®n adicional que puede extraerse de OlivaNova es la de su creaci¨®n por medio de una spin off acad¨¦mica, un acuerdo de investigaci¨®n entre universidad y empresa. La f¨®rmula, habitual en Estados Unidos, naci¨® en este caso de forma casual, durante los descansos junto a una piscina de un curso que Pastor dio a los directivos de CHG.
El grupo decidi¨® hacer la prueba y financi¨® el proyecto durante seis meses. Pastor no ahorra en comparaciones y describe aquellas semanas en las que trabaj¨® con tres becarios como el "equivalente al garaje del que sali¨® Microsoft".
El pacto se prorrog¨®. La Polit¨¦cnica pon¨ªa los conocimientos, y CHG, que se reservaba los derechos de comercializaci¨®n del producto, la financiaci¨®n. Sus empresas serv¨ªan adem¨¢s como espacio donde medir la solidez del proyecto. Tres a?os despu¨¦s de empezar, Borho fund¨® la empresa Care Technologies, nutrida por antiguos estudiantes del departamento de Pastor. Hoy trabajan all¨ª 40 personas; otras 15 -entre profesores, becarios y alumnos- investigan en la universidad, y las sedes alemana y de EE UU emplean a 10.
Care ha patentado OlivaNova en EE UU en vez de en Espa?a para evitar un mal que puede sonar exagerado: "Si lo tienes registrado aqu¨ª y te lo copia una firma estadounidense importante est¨¢s perdido. Ellas pueden mantener pleitos durante a?os y t¨² acabas arruinado, porque los abogados te cobran m¨¢s de 200 euros la hora. Al patentarlo all¨ª tienes posibilidades de que un despacho importante acepte el caso y espere a cobrar hasta que se fije una indemnizaci¨®n".
A Pastor se le nota ilusionado, pero no oculta que a veces teme estar viviendo el cuento de la lechera: "Todo el mundo sabe, por ejemplo, que el sistema operativo de Apple era mejor que Windows, y aun as¨ª su competidor se impuso con un producto inferior". Asegura que no le importar¨ªa que sus conocimientos se colgaran en Internet, y da por seguro que tarde o temprano se aprovechar¨¢n en el campo del software libre. ?Y hasta entonces? Quiz¨¢ funcione tal y como est¨¢ hoy, o puede que alguna gran empresa consiga hacerse con derechos sobre ¨¦l. "Pero qui¨¦n sabe. IBM hizo eso con uno de los primeros sistemas de Microsoft creyendo que iba a anularlo, y mira ahora d¨®nde est¨¢n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.