La violencia en el idioma
El pasado 19 de mayo, la Real Academia Espa?ola emiti¨® un informe sobre la expresi¨®n violencia de g¨¦nero. A lo largo de sus cinco hojas abogaba por otra expresi¨®n para denominar dicha violencia y atribu¨ªa equivocadamente la irrupci¨®n de la denominaci¨®n violencia de g¨¦nero en la lengua castellana a la Conferencia de Pek¨ªn (1995), cuando se trata de una aportaci¨®n anterior introducida en Espa?a por pensadoras feministas provenientes del ¨¢mbito anglosaj¨®n desde diferentes campos del conocimiento.
Estas l¨ªneas tratan de c¨®mo la Real Academia aborda la violencia contra las mujeres. Para verlo, es especialmente interesante reseguir unas cuantas entradas de la ¨²ltima edici¨®n de su diccionario, el Diccionario de la Lengua Espa?ola (2001). En la pen¨²ltima edici¨®n del diccionario (1992) no aparec¨ªa ning¨²n ejemplo dedicado a los maltratos; como en la ¨²ltima edici¨®n se empieza a encontrar alguna menci¨®n a estos maltratos, se puede afirmar que este tipo de delito o crimen que tiene un gran eco social en nuestros d¨ªas ha originado alg¨²n cambio en el diccionario de la Real Academia.
Cabe preguntarse sobre la competencia de la Real Academia Espa?ola para nombrar material tan sensible y delicado como son los malos tratos a las mujeres
A pesar de ser un t¨¦rmino documentado hasta la saciedad, la RAE se ha negado a introducir en su diccionario la palabra "g¨¦nero" en el sentido de conjunto de diferencias entre ambos sexos
La violencia dom¨¦stica ha entrado en el diccionario con tan s¨®lo un ejemplo nuevo, pero este ejemplo de violencia tiene como protagonista a una mujer que la perpetra contra su marido
Un solo ejemplo
De todos modos, si vamos a los ejemplos, se puede comprobar que no hay ninguno que hable de la violencia contra las mujeres. Es m¨¢s, la violencia dom¨¦stica ha entrado en el diccionario con tan s¨®lo un ejemplo nuevo (concretamente sobre maltratos psicol¨®gicos), pero este ejemplo de violencia tiene como protagonista a una mujer que lo perpetra contra su marido. Es el siguiente.
trapo. || como a un ~, o como a un ~ sucio. Trata a su marido como a un trapo.
A la vista de este ejemplo, se constata que la Real Academia atribuye a las mujeres este tipo de violencia, en concreto, la violencia psicol¨®gica.
Hay otro ejemplo que trata sobre la violencia en el ¨¢mbito dom¨¦stico, pero, aunque pudiera ser f¨¢cil deducir que se est¨¢ hablando de un hombre como ejecutor de la acci¨®n, como es vago y no explicita el sexo de quien lo protagoniza, lo dejaremos aqu¨ª.
desahogar. Suele desahogar su c¨®lera con su familia.
De hecho, otro ejemplo relacionado con los maltratos estuvo ilustrando durante alg¨²n tiempo una de las acepciones del lema b¨¢rbaro, ra en el diccionario colgado de la p¨¢gina web de la Real Academia. De pronto, desapareci¨® de dicha p¨¢gina web y no pas¨® a engrosar ni la edici¨®n en papel del diccionario ni su versi¨®n en disco compacto. Se trataba del siguiente ejemplo:
b¨¢rbaro, ra. Su b¨¢rbaro esposo la golpe¨®.
La Real Academia lo sustituy¨® por este otro:
b¨¢rbaro, ra. Su b¨¢rbaro vecino lo golpe¨®.
As¨ª pues, se cambi¨® por un ejemplo que tiene ¨²nicamente protagonismo masculino y que, adem¨¢s, se aleja totalmente del originario desde el punto de vista conceptual. Con esta decisi¨®n, la Real Academia opt¨® por lo pol¨ªticamente correcto, ya que prefiri¨® ocultar la realidad tal cual es, aunque es bien sabido que dicha realidad no se arregla o se modifica simplemente porque no se hable de ella.
Una tremenda y triste realidad
No es aventurado afirmar que la violencia dom¨¦stica, tanto la f¨ªsica como la psicol¨®gica, habitualmente sigue una determinada direcci¨®n que no es precisamente la que indica el ejemplo de este diccionario. El ¨²nico ejemplo del DRAE respecto a los maltratos no se aviene, pues, con la tremenda y triste realidad: hay un desacuerdo entre el mundo y la manera como ¨¦ste se refleja en el DRAE, ya que evita presentar a un hombre como perpetrador de violencia contra las mujeres.
Si pasamos a las definiciones, vemos que el DRAE define maltrato y maltratar de la siguiente manera.
maltrato. 1. m. Acci¨®n y efecto de maltratar.
maltratar. 1. tr. Tratar mal a alguien de palabra u obra. U. t. c. prnl. 2. tr. Menoscabar, echar a perder.
En el primer lema no se hace alusi¨®n para nada a la violencia contra las mujeres ni en el singular ni en el uso plural ("maltratos"), tan extendido para referirse a las agresiones de las que son v¨ªctimas numerosas mujeres a manos de sus ex parejas o parejas, cuando, por otra parte, el DRAE especifica hasta el hartazgo qu¨¦ defectos, peinados o incluso enfermedades (no siempre acorde con la realidad) son exclusivamente o sobre todo femeninas.
En otra serie de lemas vemos que el diccionario procede de la misma forma, as¨ª lo muestran los siguientes.
agresi¨®n. ~ sexual. 1. f. Der. La que por atentar contra la libertad sexual de las personas y realizarse con violencia o intimidaci¨®n es constitutiva de delito.
abuso. ~s sexuales. 1. m. pl. Der. Delito consistente en la realizaci¨®n de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona sin violencia o intimidaci¨®n y sin que medie consentimiento.
trato. malos ~s. 1. m. pl. Der. Delito consistente en ejercer de modo continuado violencia f¨ªsica o ps¨ªquica sobre el c¨®nyuge o las personas con quienes se convive o est¨¢n bajo la guarda del agresor.
Tres definiciones en las que se puede ver que el diccionario no subraya que tanto las agresiones y abusos sexuales como los malos tratos tienen como v¨ªctima habitual a las mujeres y que su mano ejecutora suele ser masculina. En las dos primeras definiciones, como se usa la palabra "personas" o "persona", el sexo de la v¨ªctima queda enmascarado; no as¨ª en la tercera, en la que habla de "el c¨®nyuge", y no de "la c¨®nyuge" o de una y otro. Es, por tanto, muy dif¨ªcil, por no decir imposible, imaginar en ella a una mujer, sobre todo porque el acad¨¦mico diccionario no siempre redacta de este modo. Se puede ver en otro lema emparentado con estos ¨²ltimos por su contenido.
forzador. 1. m. Hombre que hace fuerza o violencia a otra persona, especialmente a una mujer.
Nos preguntamos la raz¨®n de la expresi¨®n "especialmente a una mujer", a?adida s¨®lo en esta definici¨®n y no en cambio en las tres anteriores. Este comportamiento err¨¢tico lleva a sospechar que la importancia concedida por el diccionario tanto a las experiencias de las mujeres como a las propias mujeres es escasa.
Una brutal agresi¨®n
Sospecha que se agranda cuando se sabe que la Real Academia decidi¨® no incluir un t¨¦rmino como "clitoridectom¨ªa", que es la palabra de una brutal agresi¨®n que actualmente sufren millones de mujeres en el mundo, o introdujo una definici¨®n de infibulaci¨®n insuficiente y poco clara ("f. 1. Acci¨®n y efecto de infibular"), sobre todo teniendo en cuenta que la definici¨®n de infibular es la siguiente: "1. tr. Colocar un anillo u otro obst¨¢culo en los ¨®rganos genitales para impedir el coito".
Asimismo, y a pesar de ser un t¨¦rmino documentado hasta la saciedad, la Real Academia se ha negado a introducir en su diccionario la palabra "g¨¦nero" en el sentido de conjunto de diferencias culturales e hist¨®ricas existentes entre mujeres y hombres que no son gen¨¦ticas ni biol¨®gicas, sino construidas socialmente, o no ha querido introducir la expresi¨®n "estudios de g¨¦nero".
Y ya que este art¨ªculo empezaba mostrando un ejemplo que hablaba de la violencia femenina, acabaremos con una definici¨®n que la Real Academia tambi¨¦n se ha negado modificar aunque ha sido reiteradamente advertida de su presencia en el diccionario. Se trata de una definici¨®n tan violenta y agresivamente err¨®nea como la siguiente, a la cual remite adem¨¢s, por ejemplo, un lema como ninf¨®mana y, pasando por esta ¨²ltima palabra, tambi¨¦n el lema ninfoman¨ªa.
furor. || ~ uterino. Pat. Deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la c¨®pula.
Si se tuviera que destacar uno solo de los rasgos de esta presunta definici¨®n, sin duda se tendr¨ªa que remarcar el hecho de que la violencia sexual (puesto que de "deseo violento" habla el DRAE en esta definici¨®n) se atribuye a las mujeres (con los hombres como v¨ªctimas), cuando el m¨¢s elemental principio de realidad indica que las agresiones sexuales son b¨¢sicamente un crimen masculino. A la vista de estos ejemplos y definiciones, cabe preguntarse sobre la competencia de la Real Academia Espa?ola para nombrar material tan sensible y delicado como son los malos tratos a las mujeres.
Eul¨¤lia Lled¨® es lexic¨®grafa.
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