El exhibicionismo de la decapitaci¨®n
Hay cuestiones desagradables, pero que lo sean no es excusa para no abordarlas y analizarlas. La decapitaci¨®n de rehenes en Irak y en Arabia Saud¨ª por grupos vinculados a Al Qaeda es un fen¨®meno nuevo, que busca generar repugnancia, revolver los est¨®magos de las sociedades abiertas aprovechando su vulnerabilidad psicol¨®gica. Poco tiene que ver con la Invitaci¨®n a una decapitaci¨®n de Vladimir Nabokov, en la que el profesor Cincinnatus es condenado a muerte por "vileza gn¨®stica". Estamos ante la continuaci¨®n de la guerra y del terrorismo por otros medios, menos masivamente mort¨ªferos, pero que apuntan a la voluntad de las audiencias a las que va dirigido este exhibicionismo.
La grabaci¨®n en v¨ªdeo y las fotograf¨ªas de estas ejecuciones, y su difusi¨®n inmediata y global por Internet o por algunas cadenas de televisi¨®n como Al Yazira, persiguen este objetivo. Con la previa muestra de im¨¢genes del reh¨¦n para exigir algo, como la retirada de las fuerzas de su pa¨ªs de Irak. En el caso del secuestro de un filipino, la amenaza ha logrado que Manila anunciara que no enviar¨¢ m¨¢s tropas, aunque ayer manten¨ªa la negativa a retirar las que ya tiene all¨ª. La de la decapitaci¨®n de rehenes Es una t¨¢ctica muy pensada y elaborada, que tiene mucho de ancestral, pero tambi¨¦n mucho de moderno. Es una fase superior del terror, la del horror, que busca a ahuyentar a los extranjeros de Irak o de Arabia Saud¨ª, y como indican algunos expertos, incluso a crear la sensaci¨®n de que el decapitado no es s¨®lo el rehen, sino su pa¨ªs, especialmente la superpotencia estadounidense, para hacerla sentir impotente. Como se?ala un analista en The New York Times, "para algunos islamistas radicales, las decapitaciones son poder". Alan Goglas, de la Universidad de Georgia (Estados Unidos), apunta tambi¨¦n un cierto paralelismo con los v¨ªdeos que los terroristas suicidas graban antes de inmolarse para su posterior difusi¨®n.
No es un fen¨®meno habitual en Oriente Pr¨®ximo, ni siquiera en el auge de los secuestros en L¨ªbano en los ochenta. Como aplicaci¨®n de la pena de muerte, la decapitaci¨®n se remonta a griegos y romanos o incluso antes. Pero hoy en d¨ªa es un sistema de ejecuci¨®n ¨²nicamente vigente en el mundo en cuatro pa¨ªses, todos musulmanes: Qatar, Yemen, Ir¨¢n (el a?o pasado hubo una por primera vez en muchos a?os) y Arabia Saud¨ª, donde se practica p¨²blicamente y en 2003 fueron decapitados por varios tipos de delitos que van de la homosexualidad al asesinato, 52 hombres y una mujer. Es decir, que estos asesinos no han tenido que ir muy lejos para inspirarse, dado el origen saud¨ª de Al Qaeda. Algo de ese aspecto p¨²blico recogen tambi¨¦n la grabaci¨®n y posterior difusi¨®n de las decapitaciones de rehenes.
Ni el islam ni el Cor¨¢n ni la sharia avalan este tipo de ejecuciones, que Europa s¨®lo dej¨® de practicar tard¨ªamente (el ¨²ltimo guillotinado en Francia fue en 1977). Sin embargo, algunos defensores de terroristas islamistas la justifican como la forma "menos dolorosa de ejecuci¨®n". Y en la lucha de im¨¢genes, a veces no nos percatamos de que otras brutales contra musulmanes se difunden por todo ese mundo, revolviendo tambi¨¦n las entra?as de los que las ven, pese a estar acostumbrados a un mayor grado de violencia.
Frente a estas horrendas decapitaciones, en Irak se ha perdido una oportunidad. Una de las primeras medidas del Gobierno provisional de Ayad Alaui ha sido restablecer, aunque sea temporalmente, la pena de muerte, que s¨®lo hab¨ªa desparecido con la administraci¨®n de Paul Bremer pese a provenir el hasta hace poco virrey de un pa¨ªs donde a¨²n hay pena capital. En este terreno podr¨ªan los europeos haber jugado un papel. Pues Europa se ha convertido, recientemente, en una zona del mundo libre de pena de muerte. La transici¨®n a la democracia en Espa?a se benefici¨® de la supresi¨®n de la pena de muerte en hecho y en derecho. ?Por qu¨¦ no Irak? aortega@elpais.es
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