El Senado rechaza la propuesta de Bush de prohibir el matrimonio gay
Dem¨®cratas y republicanos moderados votaron contra el intento de reforma constitucional
La votaci¨®n acab¨® convertida en una pesadilla para el partido que la hab¨ªa convocado, los republicanos de George W. Bush. El Senado de EE UU, con 48 votos a favor y 50 en contra, rechaz¨® ayer la propuesta de modificaci¨®n constitucional con la que el presidente Bush pretend¨ªa bloquear cualquier posibilidad de matrimonio entre homosexuales. El presidente hab¨ªa convertido esta reforma constitucional en uno de los pilares de su campa?a para la reelecci¨®n, pero no contaba con el rechazo proveniente del ala menos conservadora de su partido.
La enmienda para reformar la Constituci¨®n habr¨ªa requerido 60 votos para sobrevivir y 67 para ser aprobada. Entre los 50 votos en contra hubo seis senadores republicanos. Este partido se enred¨® al incluir no s¨®lo una modificaci¨®n constitucional para sentar que "el matrimonio s¨®lo puede estar formado por un hombre y una mujer", sino otra m¨¢s que pretend¨ªa establecer: "Ni la Constituci¨®n federal ni las de cada Estado deben ser interpretadas para precisar que el matrimonio o las incidencias legales del mismo sean concedidas a ninguna uni¨®n que no sea la de un hombre y una mujer". Esta segunda frase se ha interpretado como f¨®rmula encubierta para prohibir las uniones civiles, lo que ha asustado a muchos senadores.
En febrero, en medio de una serie de decisiones judiciales (en Massachussetts) e iniciativas municipales (en San Francisco), Bush prometi¨® poner en marcha en el Congreso el complejo mecanismo que permite modificaciones constitucionales, para proteger as¨ª la santidad del matrimonio, "la instituci¨®n humana m¨¢s duradera" cuya definici¨®n, seg¨²n ¨¦l, "algunos pretenden alterar".
El rechazo de buena parte del Partido Republicano no es ideol¨®gico sino t¨¦cnico: aunque apoyan una definici¨®n del matrimonio estrictamente reducida a la uni¨®n entre hombre y mujer, muchos senadores de ese partido no creen que eso merezca una modificaci¨®n constitucional y, por encima de todo, no desean arrebatar ese poder legislativo a cada Estado.
Para los dem¨®cratas, la cuesti¨®n presenta tambi¨¦n m¨²ltiples contradicciones. Los senadores John Kerry y John Edwards, candidatos a presidente y vicepresidente, no viajaron a Washington para votar contra la enmienda constitucional. Aunque los dos han rechazado esa modificaci¨®n, ambos han repetido insistentemente su apoyo a que el matrimonio se reduzca s¨®lo a la uni¨®n de hombres y mujeres. Con esta postura meliflua pretenden no enfadar al colectivo homosexual (que mayoritariamente apoya a este partido) pero sin alejarse de las encuestas que revelan c¨®mo el 60% de la poblaci¨®n estadounidense se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo. Algunos analistas creen que esta indefinici¨®n dem¨®crata, lejos de contentar a todos, s¨®lo sirve para perder votos.
En algunos momentos el Capitolio se convirti¨® en un circo pol¨ªtico con activistas de signo opuesto. El ex cantante Pat Boone, ultraconservador, defend¨ªa la enmienda en los pasillos mientras varios grupos pro igualdad de derechos abogaban por lo contrario. La organizaci¨®n Human Rights Campaign financi¨® anuncios por televisi¨®n que mostraban unas declaraciones de la esposa del vicepresidente, Lynne Cheney, contra la enmienda. Los Cheney tienen una hija lesbiana que trabaja en defensa de los derechos para las parejas homosexuales.
La modificaci¨®n constitucional habr¨ªa requerido dos tercios de votos favorables en el Senado y la C¨¢mara de representantes y despu¨¦s la aprobaci¨®n en los congresos de al menos 38 estados.
Complejidad
En menos de un a?o, las colas ante el Ayuntamiento de San Francisco y la sentencia del Supremo de Massachusetts han llevado el debate al Senado de EEUU. En junio de 2003, el Supremo de EE UU dictamin¨® que los Estados no pueden prohibir la sodom¨ªa, como decretaban muchas leyes locales.Tres meses despu¨¦s, Phyllis Lyon, de 79 a?os, y Del Martin, de 83, se convirtieron en la primera pareja homosexual de EEUU que logr¨® su licencia matrimonial. El alcalde de San Francisco ofici¨® la boda y cientos m¨¢s en los d¨ªas siguientes, hasta que los jueces frenaron su iniciativa en espera de una decisi¨®n legal.
Actualmente s¨®lo se permite el matrimonio entre homosexuales en Massachusetts y s¨®lo para residentes. En Vermont valen las uniones civiles, pero sin licencia matrimonial y sin igualdad plena de derechos con los heterosexuales. 38 Estados tienen leyes que definen el matrimonio como uni¨®n entre un hombre y una mujer. En otros habr¨¢ consultas en noviembre sobre modificaciones constitucionales a favor o en contra.
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