Rogativas al Am¨¦rica

Hay poco tiempo hasta el 2007 y eso significa que se debe escoger bien en qu¨¦ centrar los esfuerzos. Con todo, lo m¨¢s importante es que las inversiones que haga la ciudad se inscriban en una perspectiva no ef¨ªmera. Dicho de otra manera, que no nos centremos s¨®lo en el escenario y la representaci¨®n, que pensemos en los espectadores y aprovechemos para resolver algunos problemas end¨¦micos de Val¨¨ncia. Me refiero a cuestiones de articulaci¨®n y recualificaci¨®n urbana.

Nos sigue rigiendo el principio de crecimiento sin m¨¢s precisi¨®n, un par¨¢metro que, as¨ª, resulta demod¨¦, siendo Val¨¨ncia una de las capitales m¨¢s retrasadas en calidad ambiental de Europa. Por ejemplo, sabemos que la ciudad est¨¢ lejos de los 10 metros cuadrados m¨ªnimos de zona verde por habitante que recomienda la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. No es f¨¢cil resolver una cuesti¨®n como ¨¦sta en tres a?os, pero s¨ª es posible crear din¨¢micas, en diversos aspectos, que vayan en el sentido de recuperaci¨®n medioambiental.

El recurrente debate sobre la conexi¨®n con el mar menguar¨¢ si la avenida de Francia sigue su traza hasta el puerto

Es el momento de acabar temas pendientes y superar esa sensaci¨®n de ciudad en obras inconclusas que tenemos sus habitantes. Vayamos por partes y con referencia s¨®lo a lo que se puede hacer fuera del escenario, el puerto, sobre el cual gravitan propuestas de cara al evento muy discutibles por lo que vamos conociendo en estas mismas p¨¢ginas.

Finalizar la avenida de Francia puede ser la primera cuesti¨®n. A esa v¨ªa le falta el ¨²ltimo tramo. Despu¨¦s de continuar, ensanchada, la avenida del Regne de Val¨¨ncia, y una vez salve la barrera de la l¨ªnea de ferrocarril de Barcelona, deber¨¢ llegar a la d¨¢rsena portuaria. El recurrente debate sobre la conexi¨®n de la ciudad con el mar me parece que menguar¨¢ sensiblemente si la avenida de Francia continua su traza, pasa por encima de las v¨ªas del tren una vez soterradas y desemboca en el puerto. La operaci¨®n es relativamente sencilla, comparativamente plantea pocos problemas de gesti¨®n urban¨ªstica y resuelve muchos otros. Se trata de una v¨ªa que, a lo largo de todo su desarrollo, enlaza con otras l¨ªneas de comunicaci¨®n y apunta a los centros neur¨¢lgicos de la ciudad. ?Por qu¨¦ no se ha terminado a¨²n? ?Desidia? ?Falta de visi¨®n? En todo caso, concluirla es de pura l¨®gica cara al 2007. Finalizar la avenida dels Tarongers es el otro objetivo que completar¨ªa la conexi¨®n con el mar. Y huelga el empecinamiento en prolongar Blasco Ib¨¢?ez y perforar El Cabanyal.

Ahora bien, esas nuevas v¨ªas, creadas a partir del planeamiento de los ochenta, exigen un tratamiento del tr¨¢fico muy distinto al vigente. En el ¨¢rea metropolitana, el uso del veh¨ªculo privado y motorizado no ha cesado de crecer en la ¨²ltima d¨¦cada, entre otras razones porque las municipalidades hacen bien poco para cambiar un modelo de movilidad pr¨¢cticamente incompatible con criterios de calidad ambiental. La pureza del aire, reducir la congesti¨®n, mejorar la salubridad urbana, economizar energ¨ªa, calmar un ritmo viario estresante o facilitar las relaciones humanas son algunos de los objetivos que las directivas europeas tratan de implementar en nuestras ciudades. El Ayuntamiento sencillamente no se da por enterado.

Puestos a finalizar las avenidas de Francia y dels Tarongers, es el momento de dise?arlas con otros criterios de movilidad. Parcialmente se hizo en Tarongers con el tranv¨ªa o el carril bici, pero no deja de ser una v¨ªa r¨¢pida incompatible con la seguridad ciudadana. Se puede acabar dise?¨¢ndolas de otra manera: basadas en un tr¨¢fico calmado, articuladas por buenas l¨ªneas de transporte p¨²blico, con carriles seguros para bicicletas que formen parte de una red urbana completa. Y protagonizadas por los ¨¢rboles. Imaginemos que los espectadores que llegan al puerto el 2007 lo hacen masivamente en nuevas l¨ªneas de tranv¨ªas y otros transportes p¨²blicos; y en bicicleta, como se desplazan en muchas ciudades del norte de Europa que no cuentan con un clima y una topograf¨ªa tan benignos. Imaginemos tambi¨¦n una avenida del Puerto reurbanizada, que deja de ser una carretera, que recupera ¨¢rboles de gran porte que alg¨²n visionario mand¨® cortar hace unas d¨¦cadas y que se convierte en la calle mayor del distrito mar¨ªtimo sin dejar de albergar una parte del tr¨¢fico actual. As¨ª ser¨ªa razonable aspirar a un 2007 con aire limpio y sin atascos en El Grau. Cambiar los criterios de la movilidad,gran asignatura pendiente desde hace a?os, puede ser un buen objetivo cara al 2007, un objetivo de cultura urbana que mejorar¨ªa sensiblemente la imagen de la ciudad.

Para dejarla presentable habr¨ªa que abordar tambi¨¦n el estado de dos de sus ¨¢mbitos patrimoniales: el centro hist¨®rico y el Cabanyal-Canyamelar, donde la mugre y los solares a¨²n son protagonistas. Resulta inexplicable que el Cabanyal no cuente con programa espec¨ªfico de inversiones para su rehabilitaci¨®n, as¨ª como el ritmo lento de intervenciones en Ciutat Vella. Y en la periferia de la ciudad, por ejemplo en barrios como Malva-rosa o Nazaret, quedan muchas cosas pendientes de adecentar. A beneficio de residentes y visitantes, los espectadores del 2007.

Carles Dol? es arquitecto urbanista.