"Venezuela es la mayor victoria de la izquierda tras Cuba y Nicaragua"
Un cuarto de siglo despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n que derroc¨® a Anastasio Somoza, Daniel Ortega contin¨²a como l¨ªder del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN). El ex presidente de Nicaragua ha perdido tres elecciones consecutivas y ha sido acusado de corrupci¨®n y de haber abusado sexualmente de su hijastra. Sus niveles de popularidad, adem¨¢s, van en descenso. ?l, sin embargo, dice ser el mejor candidato del FSLN.
En esta entrevista, Ortega habla de los a?os revolucionarios y de la situaci¨®n de un pa¨ªs maltratado por la corrupci¨®n de sus gobernantes. Tambi¨¦n afirma no haber cambiado en nada desde aquel 19 de julio de 1979 en el que entr¨® triunfante en Managua.
Pregunta. ?Qu¨¦ queda hoy de la revoluci¨®n sandinista?
"De la revoluci¨®n queda un sentido de la dignidad ciudadana. Tanto a los sandinistas como a los antisandinistas. Hab¨ªamos heredado un pueblo de esclavos"
"La lucha armada se mantiene. En Colombia apunta al poder y es una lucha leg¨ªtima del pueblo colombiano"
"Sandino dec¨ªa que en la medida en que la lucha sea m¨¢s dif¨ªcil, muchos nos abandonar¨¢n, y s¨®lo los obreros y los campesinos llegar¨¢n hasta el fin"
"Nosotros ten¨ªamos puertas abiertas para todo el mundo. Y muchos terroristas que mataban nicarag¨¹enses fueron bien recibidos por el Gobierno espa?ol"
"Fue un error haber afectado la propiedad de los peque?os campesinos, aunque fuesen contrarrevolucionarios, aunque fuesen somocistas"
Respuesta. Un sentido de dignidad ciudadana. A lo largo de la historia de Nicaragua se hab¨ªan presentado momentos de dignidad por parte de una minor¨ªa con un alto sentido de patriotismo. Sandino, por ejemplo. La revoluci¨®n, en cambio, vino a inculcar ese valor a todos. Y digo a todos, tanto a los sandinistas como a los antisandinistas, porque hasta 1979 lo que hab¨ªa aqu¨ª era una poblaci¨®n con un 60% de analfabetismo. Eso es lo que heredamos nosotros: un pueblo sin educaci¨®n, un pueblo de esclavos.
P. ?Piensa que el principal logro de la revoluci¨®n sandinista fue la alfabetizaci¨®n?
R. As¨ª es. No se discrimin¨® a nadie. Hablo de este elemento, que es intangible, pero es tambi¨¦n mucho m¨¢s importante que toda la tierra que la revoluci¨®n dio a los campesinos.
P. Cuando recuerda las esperanzas que despertaron al tomar el poder, ?no se siente frustrado al comprobar en qu¨¦ ha acabado todo?
R. No, no siento frustraci¨®n. Si bien es cierto que ha venido avanzando lentamente la restauraci¨®n del orden anterior, pienso que contin¨²a habiendo esp¨ªritu de lucha en Nicaragua, gracias a la revoluci¨®n.
P. ?Dir¨ªa que los ¨²ltimos Gobiernos del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en Nicaragua pretenden un retorno al somocismo?
R. S¨ª. Es el mismo modelo, pero sin Somoza.
P. Pero en materia de derechos humanos, por ejemplo, hay una diferencia evidente. Usted puede hacer hoy pol¨ªtica sin acabar en la c¨¢rcel, como estuvo siete a?os durante el r¨¦gimen somocista.
R. Son iguales que Somoza. El perseguido pol¨ªtico es uno m¨¢s de los tantos a los que se les violan los derechos humanos. Pero los derechos sociales son fundamentales. Aqu¨ª no hay recursos, no hay medicamentos, y eso es un crimen, una violaci¨®n de los derechos humanos.
P. El Gobierno alega que no cuenta con suficientes fondos.
R. Fondos s¨ª hay. Aqu¨ª han robado 1.600 millones de c¨®rdobas (83 millones de euros), dicho por el actual presidente de la Rep¨²blica, Enrique Bola?os, que fue vicepresidente con Arnoldo Alem¨¢n. ?Cu¨¢ntas vidas se podr¨ªan haber salvado con todo ese dinero?
P. ?Considera sincero al actual presidente cuando afirma que su fin es combatir la corrupci¨®n?
R. Yo quiero creer que es sincero, quiero creer que cuando era vicepresidente no ten¨ªa fuerza para combatir la corrupci¨®n. El hecho de que ¨¦l se haya decidido a dar este paso siendo presidente muestra una voluntad. Yo le he acompa?ado en esa batalla.
P. Volvamos a los setenta. La izquierda latinoamericana de entonces es muy distinta a la de ahora.
R. Hay que diferenciar entre objetivos y m¨¦todos. En los a?os setenta, Am¨¦rica Latina estaba plagada de dictaduras militares respaldadas por los gobernantes norteamericanos. No hab¨ªa otra alternativa m¨¢s que las armas. Con los desplomes de las dictaduras se abrieron espacios muy restringidos en el orden pol¨ªtico para la izquierda, porque ¨¦sta sigue siendo estigmatizada por el imperialismo y por las fuerzas de la derecha latinoamericana. A pesar de ello, ha habido avances impresionantes, que tienen que ver con el agotamiento del modelo neoliberal. En estos tiempos, la opci¨®n que tenemos a la vista es combinar los m¨¦todos de lucha. Por un lado, la lucha social, que est¨¢ a la orden del d¨ªa en toda Am¨¦rica Latina y que incluso ha derrocado Gobiernos, como en Argentina. Por otro, la electoral.
P. ?Y la lucha armada? ?La sigue considerando leg¨ªtima?
R. Se mantiene. En Colombia apunta a la toma del poder y es una lucha leg¨ªtima del pueblo colombiano.
P. Los fines de la izquierda, ?son los mismos de siempre?
R. S¨ª, los objetivos son los mismos: la defensa de la soberan¨ªa de nuestros pa¨ªses, que no existe; nuestro sue?o de que Am¨¦rica Latina sea una sola naci¨®n; nuestra lucha para que las potencias nos respeten y tengamos sociedades verdaderamente justas, participativas, donde se ejerza una democracia plena. Siguen siendo los mismos ideales de Sandino o del Che. S¨®lo que ahora, en lugar de destacamentos guerrilleros, lo que tenemos son destacamentos de lucha social, que son los campesinos, los indios, los negros, los trabajadores, los desempleados. Es decir, tenemos una verdadera masa social. Se han logrado victorias electorales, como en Venezuela, que yo dir¨ªa que es la victoria m¨¢s impresionante que ha logrado la izquierda despu¨¦s de las revoluciones en Cuba y Nicaragua. Y el triunfo del Partido de los Trabajadores en Brasil.
P. ?En qu¨¦ ha cambiado usted a lo largo de estos 25 a?os?
R. Sigo siendo el mismo.
P. Dicen que ahora es m¨¢s conciliador.
R. Siempre he sido as¨ª. Nosotros siempre tratamos de conciliar cuando est¨¢bamos en el Gobierno. El problema es que tuvimos un enemigo muy poderoso, que fue el presidente norteamericano Ronald Reagan, que les dec¨ªa a las fuerzas opositoras al sandinismo: "No vayan a las elecciones", y no iban a las elecciones. Les dec¨ªa a los grupos econ¨®micos: "No tomen ning¨²n acuerdo pol¨ªtico con los sandinistas", y no tomaban ning¨²n acuerdo pol¨ªtico.
P. Durante los ochenta, muchos terroristas pertenecientes a ETA recalaron en Nicaragua y contaron con su protecci¨®n.
R. ?se fue un periodo en el que nosotros ten¨ªamos puertas abiertas para todo el mundo. Y muchos terroristas que mataban nicarag¨¹enses, que destru¨ªan puentes y escuelas, fueron bien recibidos por el Gobierno espa?ol en aquellos a?os.
P. ?Qui¨¦nes?
R. Hubo varios. Entre ellos Ed¨¦n Pastora, que se hab¨ªa dedicado a hacer una guerra en la zona sur del pa¨ªs. ?l fue muy bien recibido por el Gobierno espa?ol.
P. ?Ustedes no preguntaban nada a quien llegaba a Nicaragua?
R. Nosotros no somos polic¨ªas del mundo.
P. ?Y no les inquietaba que hubiera extranjeros acusados de terrorismo por sus pa¨ªses?
R. ?se era un problema de Espa?a. Si Espa?a nos lo hubiera planteado, lo habr¨ªamos hablado. Y entonces le hubi¨¦ramos dicho: "Nosotros tambi¨¦n tenemos este problema. Ustedes est¨¢n alentando terroristas desde su pa¨ªs".
P. Cuando su candidatura presidencial perdi¨® las elecciones frente a Violeta Barrios de Chamorro, en 1990, una buena parte de las propiedades del Estado pasaron a manos del FSLN, en lo que se llam¨® la pi?ata. ?A qu¨¦ se debi¨® esto?
R. Ninguna propiedad pas¨® a manos del Frente cuando perdimos las elecciones. Ninguna. Que me digan cu¨¢l, que me la documenten. ?sa es una infamia que han venido repitiendo todos los a?os y que han convertido en verdad. Cada vez que hablo con gente de afuera me hablan de la pi?ata.
P. Pero esto lo reconocen incluso personas que en ese entonces formaban parte del FSLN.
R. Que me digan qu¨¦ propiedades son. Los que fueron sandinistas y hablan de esa manera fueron beneficiados con propiedades, dentro de la pol¨ªtica que ten¨ªa el Estado nicarag¨¹ense de dar facilidades para comprar una vivienda a un funcionario nicarag¨¹ense. Los ministros ten¨ªan un salario simb¨®lico. Los diputados ni siquiera lo ten¨ªan. Nosotros, si cometimos alg¨²n error en el momento de la transici¨®n, fue no haber pasado a entregarles directamente la propiedad de las empresas a los trabajadores. ?se fue un error grav¨ªsimo. Pensamos que el nuevo Gobierno iba a respetar esas empresas como empresas del Estado, que no las iba a vender.
P. ?Se arrepiente de eso?
R. Claro.
P. ?Y de qu¨¦ se arrepiente de la etapa revolucionaria?
R. Arrepentirme no, porque no creo en el arrepentimiento. ?sa es una salida muy c¨®moda. A fin de cuentas, dicen que de arrepentidos est¨¢ empedrado el camino del infierno. Uno puede empezar a elucubrar... Esa pregunta me la han hecho muchas veces, pero no tiene sentido.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque es un hecho que ya pas¨®. Son hechos consumados. Lo que me interesa a m¨ª es el balance, y creo que hay un balance positivo.
P. En otras palabras: si ahora volviera la revoluci¨®n sandinista, ?qu¨¦ decisiones que tom¨® entonces no tomar¨ªa ahora?
R. Me parece que el trabajo que se hizo hacia el campo se desarroll¨® partiendo de un esquema que era correcto, pero no aceptable en nuestra realidad cultural. Es decir, partir de un polo de desarrollo, que ser¨ªa una empresa del Estado, y a partir de ese polo alimentar todas las peque?as propiedades. Creo que sigue siendo una buena idea, pero ?qu¨¦ pasa? Como este esquema estaba cruzado con confiscaciones y expropiaciones de peque?os y medianos propietarios rurales, esto generaba una desconfianza en la poblaci¨®n campesina. Fue un error haber afectado la propiedad del peque?o campesino, aunque fuesen contrarrevolucionarios, aunque fuesen somocistas. Eso cre¨® una base para alimentar la pol¨ªtica contrarrevolucionaria.
P. ?Fue ¨¦se el ¨²nico error?
R. No, tambi¨¦n fue err¨®nea la forma en que desarrollamos las relaciones con la Iglesia cat¨®lica. Nosotros ten¨ªamos una mala impresi¨®n de la Iglesia, a pesar de que muchos ¨¦ramos cat¨®licos, porque ¨¦sta hab¨ªa sido hist¨®ricamente somocista. Pero en la ¨¦poca en que triunfamos, la Iglesia estaba mucho m¨¢s comprometida. Algunos compa?eros estigmatizaron a todos los sacerdotes. Ni siquiera lograban entender la presencia de curas en la revoluci¨®n, como fue Ernesto Cardenal en el Ministerio de Cultura, o su hermano Fernando en el de Educaci¨®n, o Miguel d'Escoto como canciller de la Rep¨²blica (ministro de Asuntos Exteriores). Y se dio otro elemento: el Vaticano ve¨ªa esto con mucho recelo. Nosotros pensamos que el hecho de poner a curas en puestos de esa responsabilidad m¨¢s bien nos iba a ayudar a demostrar que la revoluci¨®n no iba en contra de la Iglesia, que no iba a aprobar el ate¨ªsmo. Pero, desgraciadamente, vino el choque con el Vaticano. Nos llegaron a pedir que retir¨¢ramos del Gobierno a todos los sacerdotes. Nuestra relaci¨®n con la Iglesia cat¨®lica no fue la mejor, por todos estos factores. ?se fue otro error.
P. Ha perdido tres elecciones presidenciales consecutivas. ?Por qu¨¦ se considera el mejor candidato del FSLN para las elecciones presidenciales de 2006?
R. El Frente Sandinista no es un partido, no surgi¨® con la idea de ir a las elecciones y ganarlas por ganarlas.
P. Pero el FSLN preferir¨ªa estar en el Gobierno.
R. Claro, pero no queremos llevar al Gobierno a cualquiera con tal de llegar al Gobierno. Eso no tiene sentido.
P. Entonces, todo aquel que no es usted es un cualquiera.
R. No, s¨®lo digo que, hasta este momento, somos un Frente que tiene un liderazgo pol¨ªtico, y en este tema tiene que haber una congruencia a la hora de tomar el gobierno nacional. A m¨ª me han propuesto a veces que me quede al frente del partido, y que otro est¨¦ de presidente, que ser¨ªa el que yo dijese. Eso no tiene sentido. Nosotros no estamos para politiquer¨ªas. Somos un proyecto que tiene que alcanzar su objetivo en la medida que las condiciones lo permitan, y esto tiene que ver con el grado de conciencia que adquiera la poblaci¨®n nicarag¨¹ense.
P. ?Y no entiende ese proyecto sin usted a la cabeza?
R. Hasta este momento, no. Siento que soy un factor de cohesi¨®n, de unidad. No veo otra alternativa. Hasta este momento, no la veo. Ahora, si se tratara de ganar el Gobierno simplemente por ganarlo... Eso no es as¨ª. Nosotros somos una fuerza revolucionaria, con sus s¨ªmbolos, y sin renunciar a nuestros s¨ªmbolos vamos a tomar nuevamente el Gobierno en este pa¨ªs. Si se tratara de ganar la Presidencia, ya la habr¨ªamos ganado nosotros hace rato.
P. ?C¨®mo?
R. Haciendo concesiones.
P. ?Concesiones de qu¨¦ tipo?
R. Dejando de ser antiimperialistas, dejando de decir que estamos a favor de los pobres, dejando de decir que estamos a favor de los campesinos, dejando de decir que los ricos tienen que pagar impuestos. As¨ª ser¨ªamos muy simp¨¢ticos para todos y llegar¨ªamos al Gobierno. Pero ?para qu¨¦?
P. Su hermano, Humberto Ortega, antiguo ministro de Defensa y su mano derecha durante la revoluci¨®n, ha declarado en varias ocasiones que usted es un candidato perdedor. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con ¨¦l en este momento?
R. Bueno, son sus puntos de vista. ?l se retir¨® del Frente. ?l, incluso, cuando ya hab¨ªa ganado Violeta Barrios de Chamorro y era jefe del Ej¨¦rcito, decidi¨® darle una condecoraci¨®n a un oficial yanqui. ?l decidi¨® ir en una l¨ªnea de pensamiento que no es la del FSLN.
P. Tambi¨¦n se ha desligado del FSLN una buena parte de lo que era la intelectualidad sandinista: personas como Sergio Ram¨ªrez, Gioconda Belli o Ernesto Cardenal. ?Hasta qu¨¦ punto cree que eso ha da?ado a su partido?
R. Sandino dec¨ªa que en la medida en que la lucha sea m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s compleja, muchos nos abandonar¨¢n y solamente los obreros y los campesinos llegar¨¢n hasta el fin. Eso es t¨ªpico de la peque?a burgues¨ªa y de la intelectualidad. Son como las moscas: all¨¢ donde pueden encontrar beneficios, corren inmediatamente. Cuando la situaci¨®n se complica, cambian de actitud. ?Por qu¨¦ ellos no fueron cr¨ªticos durante los a?os ochenta? ?Por qu¨¦ no renunciaron? ?Por qu¨¦ se hicieron figuras en el mundo y recibieron reconocimiento y premios a costa de la revoluci¨®n, a costa de los muertos? Son actitudes totalmente oportunistas.
P. Una encuesta de la firma M&R, realizada en mayo de este a?o, reflejaba que un 34,3% de los consultados consideraba que Herty Lewites, alcalde de Managua, era el mejor candidato presidencial del FSLN. Usted obten¨ªa apenas un 9%. Entre los simpatizantes de su partido, Lewites consegu¨ªa un 35,2%, y usted, un 24,5%. ?Le hacen reflexionar estas cifras?
R. Esa encuestadora est¨¢ pagada por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), nuestros rivales pol¨ªticos.
P. Ha ido transform¨¢ndose en las distintas campa?as presidenciales. En 1990 se present¨® con la vestimenta de un gallo ennavajado; en 1996 luci¨® de blanco impecable, cambi¨® el himno del Frente por la Novena sinfon¨ªa de Beethoven e hizo hincapi¨¦ en sus convicciones cat¨®licas; en 2001 reemplaz¨® el rojinegro de su bandera partidaria por el rosa. ?A qu¨¦ obedecen estos cambios?
R. Lo del gallo es un elemento cultural muy nicarag¨¹ense. En 1996 nos interesaba hacer mucho ¨¦nfasis en el tema de la paz, porque aqu¨ª se nos pone a nosotros como guerreristas cuando realmente somos los que m¨¢s hemos trabajado por la paz en este pa¨ªs y en Centroam¨¦rica. Gracias a la revoluci¨®n sandinista se logr¨® finalmente abrir espacios democr¨¢ticos y poner fin a las guerras en la regi¨®n. Lo del color chicha (rosa) era un s¨ªmbolo que nos ayudaba a atraer. Pero ¨¦stos son elementos secundarios que juegan mucho con nuestra cultura.
P. ?Funciona la divisi¨®n de poderes en Nicaragua?
R. Yo estoy cada vez m¨¢s convencido de que donde hay un sistema presidencial, dif¨ªcilmente funciona la divisi¨®n de poderes.
P. Usted ser¨ªa partidario de un r¨¦gimen parlamentario.
R. As¨ª es. En Am¨¦rica Latina est¨¢ m¨¢s que demostrado. Mire el ejemplo de Argentina: lleg¨® a la presidencia Carlos Menem y lo que hizo fue tomarse todos los poderes del Estado.
El comandante que cedi¨® el poder
DANIEL ORTEGA, nacido en 1945 en una familia pobre en Chontales, s¨®lo hered¨® de su padre la admiraci¨®n por el general C¨¦sar Augusto Sandino. Destac¨® pronto en la Federaci¨®n de Estudiantes Revolucionarios y a los 18 a?os militaba ya en el Frente Sandinista. Detenido en 1967, pas¨® siete a?os en la c¨¢rcel, de donde sali¨® tras la primera acci¨®n armada del Frente: la ocupaci¨®n de un domicilio privado en Managua en el que se encontraban reunidas 20 personalidades del r¨¦gimen somocista, entre ellas, el canciller. Somoza tuvo que aceptar el canje, y Daniel y otros compa?eros volaron a La Habana.
Comandante guerrillero, partidario de la estrategia insurreccional -llevar el combate del campo a la ciudad-, cabeza de la tendencia tercerista, defendi¨® la necesidad de ampliar las alianzas a todos los grupos sociales descontentos con el somocismo. Esta corriente, en la que militaban importantes comandantes, como el luego famoso Ed¨¦n Pastora, era la mayoritaria, y en ella se integraron Ortega y su hermano menor, Humberto. El trabajo de los hermanos Ortega en los terrenos militar (Humberto se destac¨® como principal estratega b¨¦lico y Daniel dirigi¨® los frentes internos Norte y Sur) y pol¨ªtico result¨® determinante para la recomposici¨®n de la unidad del
FSLN en aras de la ofensiva final contra Somoza y la toma del poder.
Una vez derrocado Somoza (1979), fue coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucci¨®n Nacional y electo como presidente de la Rep¨²blica como candidato sandinista en las elecciones de 1984. Tuvo que hacer frente a la guerra de la Contra, dirigida, armada y financiada por Washington, que quebr¨® la ya depauperada econom¨ªa del peque?o pa¨ªs centroamericano. Ortega elabor¨® una nueva Constituci¨®n, que entr¨® en vigor en 1987. En las elecciones presidenciales de febrero de 1990 fue derrotado por Violeta Chamorro, a la que entreg¨® el poder. Candidato, de nuevo, del sandinismo en 1996, fue derrotado por Arnoldo Alem¨¢n, candidato de la Alianza Liberal. Alem¨¢n ha sido detenido y procesado por desfalco de las arcas del Estado. Le sucedi¨® su vicepresidente, Enrique Bola?os.
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