Por 'Amor' y por parejas
En la bilba¨ªna galer¨ªa Juan Manuel Lumbreras, diecis¨¦is parejas de artistas muestran sus trabajos en una exposici¨®n titulada Por amor al arte. Su condici¨®n de pares implica que se trata de padres e hijos o bien hermanos o, en el mayor de los casos, parejas matrimoniales y/o sentimentales.
Junto a los cuadros en peque?as dimensiones de Eduardo L¨®pez (esta vez con alguna alusi¨®n a los temas de Ortega Mu?oz), est¨¢n los escuetos maniqu¨ªes-m¨¢quinas de Ana Rom¨¢n. Tras las piezas de Ant¨®n Hurtado, aparecen ilustraciones revisteriles de variada textura creativa a cargo de su hijo Ricardo, creador de una agencia de comunicaci¨®n, centrada en la producci¨®n y difusi¨®n de proyectos relacionados con la sociedad actual. Los artistas alaveses Juan Mieg y Carmelo Ortiz de Elgea cobijan bajo su f¨¦rula a sus hijas, Inge y Dorleta, respectivamente. La primera con su cargada pasta expresivamente tumultuosa y la segunda busc¨¢ndose un lugar en el espacio del arte. Los padres dejan patente en sus obras la acreditada solvencia de siempre. La litograf¨ªa de Eduardo Chillida alcanza una cota a la que se le hace dif¨ªcil llegar la escultura vaciada de su hijo Pedro. Lo que Ignacio Goitia pretende con el color¨ªtico erotismo de sal¨®n rococ¨®, puede identificarse con las redes de deseo que refleja en su fotograf¨ªa Eduardo Sourrouille.
La escultura Patera, creada por los hermanos Fernando y Vicente Roscubas, contiene una desgarradora, y conmovedora llamada de atenci¨®n. Los hermanos Pagola ofrecen una versi¨®n neoplasticista escultopict¨®rica (Fernando) y otra, la de Javier, m¨¢s distendida, divertida e ilustrativa.
En la planta baja ?ngel Garraza presenta una inquietante instalaci¨®n de cer¨¢mica y metal, en tanto su hijo Kepa hace un canto fotogr¨¢fico, divertido e ir¨®nico al ¨®leo en bruto y al arte contempor¨¢neo, gracias al buen tratamiento de las maquetas. Como resultan divertidos los ¨®leos jamaicanos de Paloma Era?a, mientras que Txupi Sanz se inclina por dejarnos ver sus trazos sucintos, muy sueltos y sugerentes. Al lado de un autorretrato de Merche Olabe, Alfonso Gort¨¢zar presenta una casa desvalida en medio del campo; una casa cuyo desvalimiento decrece gracias al orgullo que destilan las ventanas, puertas, paredes y tejado que la conforman; incluso el paisaje que rodea a la casa, olvid¨¢ndose de s¨ª, parece poner sus ojos admirativos y tiernos hacia ella.
Por un lado, Jos¨¦ M? Sukilbide se vuelve a¨¦reo con el trazo de planimetr¨ªas y Mari Jos¨¦ Rekalde, por otro lado, aporta una escultura con un atrabiliario encanto disparatado. Completan la muestra Lide Kaltzada y Jorge Llanos, Carmen Mateos y Justo San Felices, Virginia G. Erg¨¹in e I?aki G. Erg¨¹in, Mercedes Tr¨²an y Agust¨ªn Reche.
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