A 800 metros de la chapa

Antonio Reina ya sabe lo que es tener ¨¦xito en unos juegos: sus dos primeras medallas se las colg¨®, cuando apenas levantaba un metro y medio del suelo, en las olimpiadas escolares de Osuna, la localidad sevillana en la que naci¨® hace 23 a?os. Tras dos d¨ªas de competiciones entre todos los colegios del pueblo, Reina gan¨® el oro en atletismo, la plata en balonmano y su equipo hizo un papel m¨¢s que aceptable en voleibol. "De locos. Me apunt¨¦ a todo y me pas¨¦ los dos d¨ªas corriendo de un sitio a otro", recuerda el sevillano. Ten¨ªa claro que lo suyo era el deporte, pero no sab¨ªa por cu¨¢l decidirse. Acab¨® optando por el atletismo y ahora se prepara para viajar a Atenas, donde participar¨¢ en sus primeros Juegos como profesional.

Reina competir¨¢ en la prueba de los 800, en la que este a?o tiene la mejor marca espa?ola, 1m 44,3s, un tiempo que se ve capaz de rebajar "bastante" a lo largo del a?o. "Bastante", cuando se trata de los 800, viene a ser "m¨¢s de un segundo", aclara. "Pero en Atenas prefiero el puesto antes que la marca", advierte Reina, quien se reconoce con muchas opciones de obtener medalla ol¨ªmpica. "Este a?o he estado cuatro semanas el primero del ranking mundial. Ahora estoy el quinto o el sexto, as¨ª que sigo entre los mejores".

Si consigue su objetivo, se lo dedicar¨¢ a s¨ª mismo. "Voy a ser un poco ego¨ªsta por una vez", dice. "Siempre les dedico las medallas a mi familia y a mi entrenador, pero yo tambi¨¦n me merezco algo. Estoy todo el d¨ªa en la pista sufriendo y hasta llorando". El llanto es una v¨ªa de desahogo a las que recurre en los malos momentos. Si no le sale bien un entrenamiento, se encierra en su habitaci¨®n y rompe a llorar. El ¨²ltimo baj¨®n le entr¨® despu¨¦s de un entrenamiento la semana pasada. Corri¨® a tope, pero no se cans¨®. "Me fui muy mosqueado", dice, "si me canso me queda m¨¢s sensaci¨®n de que lo he dado todo. Los tiempos fueron buenos, pero no las sensaciones, y yo tengo que tener buenos tiempos y buenas sensaciones".

Para Atenas, reconoce el atleta, la suerte ya est¨¢ echada. Ha trabajado mirando a los Juegos durante cuatro a?os y ahora s¨®lo le quedan unas semanas de entrenamiento para "poner la chispita final". A final de julio se concentrar¨¢ diez d¨ªas en Segovia con su entrenador, como hacen cada a?o para correr durante unos d¨ªas a 900 metros de altitud. Despu¨¦s volver¨¢ a Osuna, donde vive y entrena habitualmente.

Sus pruebas ol¨ªmpicas son entre el 26 y el 29 de agosto y no tiene pensado viajar a Grecia hasta unos d¨ªas antes. Y si no lo evita un milagro de ¨²ltima hora, lo har¨¢ sin compa?¨ªa. "En febrero busqu¨¦ entradas para mi familia y ya no hab¨ªa. S¨®lo quedaban algunas car¨ªsimas, a 2.000 euros, y nada de alojamiento a menos de 80 kil¨®metros", se lamenta. Por el momento, hasta su entrenador, Manuel Alcaide, se quedar¨¢ en casa, a pesar de que la Federaci¨®n Espa?ola suele invitar a los entrenadores de los atletas con opciones a medalla. "Yo las tengo, pero mi entrenador dice las cosas en la cara y no les hace gracia", asegura.

A falta de la familia, los compa?eros de la selecci¨®n ejercen de apoyo. "Si podemos vamos a ver las pruebas de los dem¨¢s. Este es un deporte muy individual, pero todos somos amigos". Aunque la amistad se aparca durante la carrera. "Antes de la l¨ªnea de salida, todo muy bien, nos deseamos suerte y nos damos la mano. Pero cuando suena el disparo, no hay amigo que valga. Tienes que mirar por ti".