El verbo se hizo trampa
Las dos malas acciones ling¨¹¨ªsticas del d¨ªa se refieren a Palestina. Una es insistir en la maldad absoluta de Arafat: terrorista, corrupto, envejecido, nepotista. La otra es el reinado en Europa del antisemitismo. Oponerse al muro como lo ha hecho la Uni¨®n Europea y como va a hacerlo la ONU, contra el voto de Estados Unidos, es "antisemita", lo cual es un insulto y una ofensa a cualquier pensamiento libre. Se abre el peri¨®dico, y llegan a parecer palabras sin¨®nimas, y no lo son: el sionismo fue un movimiento de regreso del "pueblo elegido" a la "tierra prometida", t¨¦rminos religiosos inadmisibles, que se refer¨ªan al regreso de los jud¨ªos a Palestina, abandonando Europa donde hab¨ªan sido asesinados y maltratados. La reina Isabel la Cat¨®lica y Carlos o Felipe, les expulsaron, les torturaron y les quemaron; Hitler fue un continuador gigantesco de eso y de los pogromos eslavos y centroeuropeos: lo atizaron los gobiernos europeos que necesitaban un arma de combate contra los ¨¢rabes del petr¨®leo; luego por Estados Unidos que desalojaban imperios europeos para la nueva colonizaci¨®n. La cual tuvo una curiosa palabra en la asamblea del Tercer Mundo: neocolim. Neocolonialismo-imperialismo: no prosper¨® como vocablo, y la acci¨®n continu¨®, y se sigue ejerciendo.
Ahora Sharon grita a los jud¨ªos de Francia que emigren a Israel: porque Francia es antisemita. Hay pintadas y alguna profanaci¨®n: algunas son provocadas, y la polic¨ªa ha demostrado falsa la denuncia de una mujer que dijo haber sido asaltada por musulmanes que la tomaron por jud¨ªa. La respuesta de Francia ha sido suspender la pr¨®xima visita de Sharon a Par¨ªs: le han advertido que "no ser¨¢ bienvenido".
Tampoco hay que confundir el caso de Sharon: los mismos tramposos pueden proponer que sea destituido, o que se le niegue la confianza: lo hace la extrema derecha, que desea el regreso de Netanyahu, que no fue m¨¢s limpio. Igualar a Arafat con Sharon, confundir los actos del Estado de Israel con los del pueblo jud¨ªo, y por tanto la oposici¨®n al muro como antisemitismo, equilibrar un terrorismo de Estado con armas totales a una intifada con piedras y los actos desesperados de los asesinos suicidas, puede sorprender a cualquiera en su mejor peri¨®dico.
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