465 vatios en 40 minutos
Menuda exhibici¨®n de Armstrong en L'Alpe D'Huez. En promedio, desarroll¨® una potencia media de 465 vatios. Una aut¨¦ntica barbaridad para un esfuerzo sostenido de casi 40 minutos. En el l¨ªmite mismo de las posibilidades humanas.
La fuerza de la gravedad es el mayor enemigo al que se enfrentan los ciclistas cuando la carretera se empina. As¨ª, la mayor¨ªa de la potencia que generaron las piernas de Armstrong, unos 375 vatios, fue necesaria para vencer esa fuerza. Apenas 67 vatios, un 14% de la potencia total, los invirti¨® en vencer la resistencia del aire. Es decir, la fricci¨®n que hace el aire al chocar contra la superficie frontal del ciclista y de su bici, y que a la velocidad a la que subi¨® el tejano ayer, 24 km/h, no es un obst¨¢culo tan importante como cuando se rueda m¨¢s r¨¢pido, a m¨¢s de 40 km/h. Por ¨²ltimo, Armstrong gener¨® unos 23 vatios para vencer al tercer rival en orden de importancia contra el que luchan los ciclistas en las cronoescaladas: el rozamiento de las fin¨ªsimas ruedas de la bici, de apenas 20 mil¨ªmetros de grosor, sobre el asfalto.
De todos modos, Ullrich anduvo muy cerca del americano: su potencia media fue de 453 vatios. Sus motores tienen la misma cilindrada. De hecho, Ullrich ya mantuvo una potencia media de 466 vatios en la subida a L'Alpe D'Huez del Tour de 1997 con apenas 23 a?os, mientras persegu¨ªa en solitario al vencedor de la etapa, el a?orado Marco Pantani. Mucho m¨¢s modesto fue ayer el rendimiento de Basso, quien, quiz¨¢s atenazado por la presi¨®n, apenas pas¨® de 380 vatios de promedio.
Aunque las comparaciones son odiosas, m¨¢s de uno se preguntar¨¢ qu¨¦ hubiera hecho ayer el Indurain de sus mejores tiempos. Para subir como Armstrong, el gran Miguel hubiera tenido que generar unos 506 vatios durante casi 40 minutos. Algo posible para ¨¦l, pues en su r¨¦cord de la hora de 1994 ya rond¨® los 510 vatios durante 20 minutos m¨¢s. Adem¨¢s, en una posici¨®n muy particular, la de contrarreloj, donde el pedaleo es mucho m¨¢s inc¨®modo al ir el tronco muy inclinado hacia delante y los hombros estrechados, lo que dificulta la respiraci¨®n. En esa postura, adem¨¢s, las arterias il¨ªacas, que llevan sangre a todos los m¨²sculos de las piernas, est¨¢n comprimidas a su paso por delante del m¨²sculo psoas (justo en la parte m¨¢s alta de los muslos), reduciendo el aporte de ox¨ªgeno a las c¨¦lulas musculares. Por cierto, que esa inc¨®moda posici¨®n fue la que utiliz¨® Ullrich subiendo, quiz¨¢s para mejorar su aerodin¨¢mica. Posiblemente fue un error, puesto que la resistencia del aire no era el enemigo a batir ayer. S¨ª lo ser¨¢ en la contrarreloj del s¨¢bado, donde rodar¨¢n a casi 50 Km/h.
Alejandro Luc¨ªa es catedr¨¢tico de la Universidad Europea de Madrid
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