Era una broma
El desempleado acude a la ETT para ver si cae algo. La empleada de turno le felicita: "Ha tenido suerte, amigo", le dice: "Hoy tiene usted un bolo de ministro de Econom¨ªa". El tipo parece menos ilusionado de lo que se pod¨ªa prever: "?Ministro? ?De econom¨ªa? Pues la verdad, me pilla usted en orsay. Nunca me hab¨ªa planteado ser ministro de nada, y mucho menos de econom¨ªa. ?Qu¨¦ tal pagan?". La despachadora de trabajos precarios responde: "Pues creo que no pagan nada mal. Aunque est¨¦ usted un par de d¨ªas, se saca una buena tajada. Por probar, no pasa nada, ?no cree?". El hombre, no muy convencido a¨²n, pregunta: "S¨ª, s¨ª, pero, ?por cu¨¢nto tiempo?". La empleada fija de ETT responde: "Uy, no puedo adelantarle nada. Yo, en confianza, pienso que el Gobierno -como empresa que es- no se f¨ªa de la situaci¨®n econ¨®mica, y utiliza contratos temporales cuando hay un incremento de la producci¨®n de pol¨ªtica que no se sabe cu¨¢nto va a durar. Pero bueno, mejor es eso que nada, ?no le parece?".
El desempleado duda. No es cuesti¨®n de precipitarse. Ya ha sabido de casos en los que parec¨ªa que el trabajo era s¨®lo por una temporadita, y luego te cargan con el marr¨®n, como aqu¨¦l amigo suyo que a¨²n sigue de arzobispo. "Oiga, pero, ?para ser ministro de econom¨ªa no se necesitan estudios? Por lo menos un diploma de CEAC, un cursillo, unos apuntes o algo por el estilo". La empleadora suspira: "Usted no se preocupe. Ah¨ª le tiene a Berlusconi, nada m¨¢s y nada menos que presidente de la Rep¨²blica Italiana, y ministro de Econom¨ªa si llega a colar. Seguro que en poco tiempo lo hace usted tan bien como ¨¦l. Venga, no me diga que le da miedo. ?H¨¢gase ministro de Econom¨ªa, hombre, que despu¨¦s puede recolocarse a s¨ª mismo donde quiera! Mire que ¨¦sta oferta no sale todos los d¨ªas: si me la rechaza me da usted un disgusto".
"Se?orita, el chiste no tiene ninguna gracia", replica el otro, y prosigue: "Deber¨ªa usted avergonzarse. ?Acaso el Gobierno tambi¨¦n necesita abaratar costes? ?M¨¦tase su ministerio donde le quepa! ?Se cree usted que soy andaluz, o extreme?o, y que acepto cualquier cosa? ?D¨®nde est¨¢ la c¨¢mara oculta? ?O es que acaso me toma por tonto?". La mujer se pone seria, y lanza un ultim¨¢tum: "Oiga, esto es una empresa de trabajo temporal, y, como es l¨®gico, no podemos perder el tiempo. As¨ª que le dir¨¦ una cosa: desde luego que podr¨ªa ser un buen ministro, por que nos ha pillado. ?Mire usted a la c¨¢mara! ?Esto es una broma del programa No tengo d¨®nde caerme muerto!".
Mientras recibe los abrazos del resto de la cola de eventuales, el desempleado exclama espont¨¢neamente: "?Cabrones, qu¨¦ susto me hab¨¦is dado!".
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