El Estado de Aznar
Cualquiera que conozca c¨®mo funciona el sistema pol¨ªtico en Washington sabe que se necesita del apoyo de un lobby, empresa de abogados e influencias para establecer ciertos contactos e introducir asuntos de inter¨¦s en la agenda de la Administraci¨®n. Bono tuvo que pasar por ello para entrevistarse con Rumsfeld tras el 14-M y antes de la formaci¨®n del Gobierno de Zapatero. Pero una cosa es contratar lobbies con dinero p¨²blico para impulsar intereses e iniciativas nacionales y otra muy distinta utilizarlos, como ha hecho Aznar, para poner en marcha el proceso, hasta ahora in¨²til, para que el Congreso le concediera la Medalla de Oro. Las minutas de la firma Piper Rudnick -una de las m¨¢s importantes- registran facturas y gastos espec¨ªficos para este fin, adem¨¢s de las gestiones realizadas para que senadores y representantes asistieran al discurso de Aznar en el Congreso. Tambi¨¦n con escaso ¨¦xito, puesto que a ¨²ltima hora hubo que acarrear a visitantes y becarios para llenar el hemiciclo.
El sistema de financiaci¨®n elegido para pagar los dos millones de d¨®lares de este contrato fue a trav¨¦s de la Embajada de Espa?a en la capital de EE UU, encabezada entonces por Javier Rup¨¦rez. En todo caso, el monto excede ampliamente los l¨ªmites de contratos p¨²blicos por servicios no sometidos a concurso, aunque la firma reun¨ªa una serie de caracter¨ªsticas espec¨ªficas. El contrato fue firmado el 30 de diciembre, dos meses y medio antes de unas elecciones que Aznar estaba seguro de que ganar¨ªa el PP.
Este episodio refleja que Aznar ha confundido su persona, su cargo y el Estado, una confusi¨®n que le llev¨® a casar a su hija en una especie de boda oficial en El Escorial, y a llevarse documentos secretos del CNI de La Moncloa y presentarlo como si fuera algo natural. A este respecto, Aznar no s¨®lo no se ha retractado, sino que, una vez m¨¢s, ha intentado desviar la atenci¨®n. Su afirmaci¨®n de que "todos los informes est¨¢n en el CNI" y de que "no hay ning¨²n documento del CNI que no est¨¦ en manos del actual Gobierno", adem¨¢s de ser una verdad de perogrullo, no explica nada sobre si ¨¦l conserva o no las copias de los informes que se le enviaron como presidente del Gobierno.
Todo un contraste con lo ocurrido en el equipo de Kerry. Uno de sus asesores principales, Sandy Berger, que fue consejero de Seguridad Nacional con Clinton, ha tenido que dimitir precisamente por llevarse documentos secretos cuando abandon¨® la Casa Blanca.
Tras la derrota electoral, Aznar se ha quedado no s¨®lo sin el Estado en sus manos, sino que su mal estado arrastra al PP. Ahora debe explicarse, rendir cuentas y pagar lo que no corresponde al Estado. Es lo m¨ªnimo que cabe exigirle.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.