Cuando ella no est¨¦
Era el inicio de un mes, acogi¨¦ndonos con lluvia fina, hoy a?orada. Por primera vez os sentasteis juntos alrededor de una mesa. Con distintas vidas, distintos caminos. Esta tarde, la tarea de cuidar os ha hecho llegar a la misma mesa; con ojos apagados, con l¨¢grimas de desesperanza, con miradas agotadas, con deseos de bienestar.
Deseosos de hablar de vuestro tr¨¢nsito oculto, donde la luz tenue os ayuda en vuestra lucha. Las enfermeras os escuchan, asesoran en el transcurso de las horas en tan dif¨ªcil papel, donde los obst¨¢culos son imprevisibles, variados y m¨²ltiples. Donde las emociones, los sentimientos se quedan bajo la piel con los poros tapados. Cada domicilio muestra al cuidador con fatiga en la mirada, con sonrisas de reminiscencia. Surgen cuestiones: ?Cu¨¢ntas veces hab¨¦is ido al cine, teatro, hab¨¦is compartido una cerveza o un caf¨¦ en los ¨²ltimos meses? ?Cu¨¢ntas horas sin dormir por paliar el dolor, el malestar, la angustia? ?Cu¨¢ntas horas de sufrimiento humano? Admiro vuestro valor al amanecer, sospecho vuestro cansancio junto al crep¨²sculo. Los d¨ªas pasan y el alba os despierta cada d¨ªa. Acaecen los d¨ªas y, quiz¨¢s, un d¨ªa al despertar, se han convertido en a?os junto a la cama del enfermo, quien depende de vosotros, los cuidadores. Tal vez no pod¨¢is m¨¢s: el desayuno de cada ma?ana os indica otro d¨ªa a iniciar. Comenz¨¢is a funcionar: El ba?o, la comida, la medicaci¨®n, el cari?o, la conversaci¨®n. Del amanecer al anochecer. Vuestro temor, la llamada del enfermo, os desvela en la madrugada. Vuestra labor: cuidar. Ofrec¨¦is vuestra vida por el inter¨¦s de asistir a vuestra mujer, al hijo incapacitado, a los padres dependientes. A veces os mueve la energ¨ªa, a veces las impotencia quiz¨¢s os inmovilice, en otras ocasiones, el cansancio viaje junto al matiz satisfactorio del buen cuidado.
En algunos momentos pueden brotar l¨¢grimas ¨¢cidas ante vuestras dudas de ?qu¨¦ ocurrir¨ªa si yo faltase? ?qui¨¦n me puede ayudar, si yo estoy peor que ¨¦l? Esa es vuestra duda y nuestra inc¨®gnita.
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