'Al Filo' hace cumbre en el K2
Oiarzabal, Vallejo, Zabalza y Edurne Pasab¨¢n culminan una dura ascensi¨®n junto a los italianos
El tiempo les dej¨® un resquicio y no desaprovecharon la oportunidad. El equipo de televisi¨®n espa?ola Al Filo de lo imposible coron¨® ayer la segunda cima del mundo y la m¨¢s exigente de los 14 ocho mil, el K2, de 8.611 metros, colaborando en la ascensi¨®n con cinco miembros de la gran expedici¨®n oficial italiana conmemorativa del 50 aniversario de la primera conquista de la monta?a que llevaron a cabo Achille Compagnoni y Lino Lacedelli. Los vitorianos Juanito Oiarz¨¢bal y Juan Vallejo, la guipuzcoana Edurne Pasab¨¢n y el navarro Mikel Zabalza integraron el grupo de los nueve escaladores que abrieron el camino de la arista de los Abruzzos, la habitual de la monta?a, y la puerta de la cima del K2, inaccesible desde hace dos a?os. La ascensi¨®n se realiz¨® sin ox¨ªgeno.
La gesta tuvo una doble recompensa que a?adir al palmar¨¦s de los monta?eros espa?oles. Oiarz¨¢bal subi¨® un pelda?o m¨¢s a su colecci¨®n de hombre r¨¦cord de ocho miles, sum¨® el n¨²mero 21, tres m¨¢s que el m¨ªtico italiano Reinhold Messner, adem¨¢s de hacer doblete en el K2, cumbre a la que ascendi¨® hace 10 a?os por la ruta norte. Edurne Pasab¨¢n se convirti¨®, adem¨¢s, en la primera mujer espa?ola y la sexta en la historia que vence en la segunda cima del mundo. Las cinco anteriores murieron en accidentes de monta?a.
Eran las 17.20 horas en Espa?a (tres menos en Pakist¨¢n) cuando la voz de Mikel Zabalza se oy¨® en el campo base a trav¨¦s del radio transmisor. "Cima, por fin". R¨¢pidamente, Sebasti¨¢n ?lvaro, director de Al Filo, se encarg¨® de dar la noticia a Espa?a. Zabalza fue el primero de la cordada espa?ola en alcanzar el preciado premio geogr¨¢fico. Por detr¨¢s, y por este orden, coronaron Oiarz¨¢bal, Vallejo y, algo m¨¢s rezagada, Pasab¨¢n. All¨¢ arriba les esper¨® Zabalza, que film¨® la llegada de sus compa?eros a la cima. Vallejo, que transportaba la otra c¨¢mara digital, subi¨® grabando im¨¢genes de la pir¨¢mide somital del K-2.
Antes de iniciar el descenso hacia el campo cuarto, ubicado a 7.800 metros, donde pasaron la noche, los expedicioniaros de Al filo de lo imposible rindieron un homenaje a las 192 v¨ªctimas de los atentados de Madrid del pasado 11 de marzo. Una bandera con los nombres de los fallecidos ondea desde ayer en la segunda cima m¨¢s alta del mundo.
Ventana de buen tiempo
La aventura comenz¨® el pasado jueves. El campo base de los Abruzzos, poblado por centenares de tiendas en el 50? aniversario de la conquista del K2, bull¨ªa sumido en la incertidumbre y la indecisi¨®n por los nefastos partes metereol¨®gicos de la gran monta?a. Pero hab¨ªa que tomar una decisi¨®n y eso es lo que hicieron la expedici¨®n espa?ola y la italiana. Aprovechando una ventana de buen tiempo que se avecinaba a partir del domingo, los monta?eros salieron de sus tiendas y se encaramaron a la arista cosida por las cuerdas fijas. Preparado el camino por una docena de sherpas profesionales de una expedici¨®n comercial, 10 italianos y cinco espa?oles alcanzaron en tres d¨ªas el campo cuarto, ¨²ltimo refugio a 7.800 metros antes de la cima.
A las dos de la madrugada de ayer, hora local, medianoche en Espa?a, el grupo de 10 italianos liderados por Silvio Mondinelli, -el primero en llegar a la cumbre junto a Karl Unterkircheen- y los cuatro espa?oles de Al Filo, al que acompa?aba Hasan, un porteador balt¨ª, otearon el cielo. "Despejado", gritaron. Y se fueron hacia arriba pese al intenso fr¨ªo y un ligero viento.
Tres horas m¨¢s tarde, Oiarz¨¢bal comunic¨® al campo base que el numeroso grupo se encontraba atascado. Ante la imposibilidad de continuar por el denominado Cuello de Botella, una plataforma en forma de embudo que accede al corredor cimero, los escaladores decidieron rodear la zona de los grandes ser¨¢cs de hielo y retomar la ruta habitual con seguridad. Mondinelli y su grupo equiparon con cuerdas fijas el campo de la traves¨ªa. Ah¨ª perdieron tiempo y se produjeron los primeros abandonos. Cinco italianos, extenuados, decidieron regresar a los campos inferiores. Continuaron los otros cinco y los cuatro espa?oles a rebufo, adem¨¢s del balt¨ª, que a 200 metros de la cima se volvi¨®.
El camino a la cumbre estaba despejado. Quiz¨¢ llegaron arriba tarde, pero el cielo estaba despejado y la noche se presentaba fant¨¢stica. Un premio al duro trabajo de 15 horas que los monta?eros tardaron en subir los ¨²ltimos 600 metros de desnivel, en una monta?a, el K2, considerada la m¨¢s t¨¦cnica de las 14 cimas superiores a 8.000 metros.
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