Las fracturas de antebrazo, las m¨¢s frecuentes

El 42% de los ni?os y el 27% de las ni?as sufren antes de los 16 a?os una o m¨¢s fracturas. Las roturas de huesos son m¨¢s habituales en verano, en la extremidad superior izquierda y conforme aumenta la edad del ni?o. La mayor¨ªa se producen en el hogar, y como consecuencia de ca¨ªdas. La m¨¢s frecuente es la del antebrazo, seguida de la de la mano y la del codo, que puede dejar secuelas graves, neurol¨®gicas, vasculares o angulares.

"En traumatolog¨ªa infantil la sedaci¨®n del dolor se obtiene por la regla de las tres C: contenci¨®n, es decir inmovilizaci¨®n; caricias o mimos, y calmantes", sostiene Ram¨®n Huget, jefe de servicio de Ortopedia y Traumatolog¨ªa Pedi¨¢trica del hospital Sant Joan de D¨¦u de Barcelona. "La planificaci¨®n del tratamiento, conservador o quir¨²rgico, depende de una exacta valoraci¨®n de la lesi¨®n para conseguir una reducci¨®n estable y restaurar la anatom¨ªa a fin de evitar secuelas".

El tratamiento de las fracturas en ortopedia pedi¨¢trica siempre est¨¢ orientado hacia la menor agresividad posible para el ni?o y depende de la edad del peque?o, del desplazamiento del hueso y de si hay o no estructuras adyacentes afectadas.

"Una fractura sin desplazar o m¨ªnimamente desplazada en la que no existe lesi¨®n vascular o nerviosa requiere inmovilizaci¨®n con yeso y vigilancia. Una fractura desplazada exige reducci¨®n, colocaci¨®n del hueso en su sitio e inmovilizaci¨®n, o reducci¨®n y fijaci¨®n", explica Tom¨¢s Epeldegui, jefe de servicio de Cirug¨ªa y Ortopedia Infantil del hospital del Ni?o Jes¨²s de Madrid.

Las fracturas de antebrazo constituyen el 40% de todas las fracturas pedi¨¢tricas y afectan principalmente a las regiones distales (parte del hueso m¨¢s lejana a la cabeza) del c¨²bito y del radio. Este tipo de rotura corresponder¨ªa a la fractura de Colles o rotura de mu?eca frecuente en adultos, que en el caso de los ni?os, al no haber acabado el crecimiento ¨®seo, en vez de romperse en esta zona se quiebra por la regi¨®n superior y afecta al c¨²bito, al radio o a ambos.

La mano es el instrumento fundamental del ni?o para explorar, relacionarse y protegerse. Sus fracturas representan hasta el 25% de todas las fracturas infantiles y su incidencia es mayor en los adolescentes que practican deportes. Tambi¨¦n ocurren en los ni?os que empiezan a andar como consecuencia de traumatismos o lesiones por aplastamiento. La mayor¨ªa se consolidan sin complicaciones y muchas veces es suficiente con la inmovilizaci¨®n.

"Las fracturas de codo, articulaci¨®n que se puede romper por cualquiera de los tres huesos que la componen (h¨²mero, c¨²bito y radio) constituyen entre el 8% y el 9% de las fracturas pedi¨¢tricas", dice Epeldegui.

En los huesos largos de los ni?os hay dos zonas de crecimiento, una por cada extremo. "Cuando la lesi¨®n afecta a un cart¨ªlago de crecimiento en fracturas de mu?eca y, sobre todo, en fracturas de codo puede producir secuelas de limitaci¨®n a la movilidad, deformidades angulares, codo en varo, cuando el codo se desv¨ªa hacia adentro, o en valgo, cuando se desv¨ªa hacia afuera. Dichas angulaciones, a su vez, pueden producir lesiones neurol¨®gicas de elongamientos del nervio cubital y, a veces, generan par¨¢lisis parciales con trastornos de sensibilidad e incluso con retracci¨®n en los dedos", explica el especialista madrile?o.