Bacanal inform¨¢tica

La octava edici¨®n de la Campus Party, la reuni¨®n de internautas que se celebra en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, arranc¨® ayer con un montaje que puede parecer desmedido. Son 4.500 participantes -que acarrean sus propios ordenadores- instalados bajo una carpa de 12.800 metros cuadrados, fabricada al efecto, dispuestos a aguantar hasta el s¨¢bado frente a la m¨¢quina para aprovechar una velocidad de conexi¨®n a internet de 1.244 MB. Cuentan con 3.500 plazas de acampada subterr¨¢nea, en los aparcamientos; 10 kil¨®metros de fibra ¨®ptica, 250 de cable, "un plan de abastecimiento el¨¦ctrico" especial, que corre a cargo de Iberdrola, y un coste entre patrocinio, acceso a la red, y equipos cedidos que la organizaci¨®n calcula en torno a siete millones de euros.

"Aqu¨ª hay un buen rollo tremendo. Dicen que Internet es fr¨ªo, y aqu¨ª se demuestra lo contrario"

Hay m¨¢s. Un sistema de acceso que reproduce en una pantalla el rostro y los datos de los participantes cuando entran a la carpa; talleres, entre otros, de Linux, de tecnolog¨ªa inal¨¢mbrica y de construcci¨®n de telescopios solares; cuatro grandes c¨¢maras frigor¨ªficas de hosteler¨ªa acondicionados para jugar dentro con la Play Station2; dos karaokes -uno de ellos en un autob¨²s-; una zona de relajaci¨®n, donde se exhibir¨¢n cortometrajes, y un globo aerost¨¢tico de la Fuerzas Armadas, "cautivo", para que los internautas tomen el aire y contemplen Valencia.

El Ministerio de Defensa, representado por los encargados de su p¨¢gina web, Soldados.com, se encargar¨¢ igualmente de solucionar las dudas y problemas de seguridad inform¨¢tica que surjan durante el encuentro. De paso, explicar¨¢ a los participantes las posibilidades profesionales de alistarse. Movistar, por su parte, exhibe una r¨¦plica del F¨®rmula 1 de Fernando Alonso. Por los ordenadores pasar¨¢n, seg¨²n los organizadores, cerca de un mill¨®n de discos compactos y DVD para copiar archivos, lo que ha despertado la inquietud de la Sociedad General de Autores (SGAE).

Si se preguntaba ayer a los reci¨¦n llegados -casi todos menores de 30 a?os y relacionados con la inform¨¢tica- por la principal virtud de la Campus, la respuesta m¨¢s repetida era "se conoce gente". "Aqu¨ª hay un buen rollo tremendo. Dicen que Internet es una cosa fr¨ªa, y esto demuestra que es justo lo contrario", opinaba Pedro Barrantes, de 21 a?os, llegado desde M¨¢laga junto a otras 34 personas de su ciudad y de C¨¢diz, Canarias, Melilla y Tetu¨¢n, en un autob¨²s fletado por ellos mismos. Antes de emprender el viaje, la mayor¨ªa s¨®lo se conoc¨ªa por la Red.

La desproporci¨®n de ediciones anteriores entre chicas y chicos ha llevado a la organizaci¨®n a ofrecer precios especiales: "Si una campusera veterana trae a siete amigas entra gratis y se le paga el alojamiento; si trae a dos, no tiene que pagar su plaza", informaban Andrea Gim¨¦nez y Lucia Bisquert, las dos valencianas, de 16 a?os, que reconocen tener poca idea de ordenadores y haber acudido para aprender. ?Y para ligar? "Pues claro". No es raro encontrar en la concentraci¨®n quien refiera romances nacidos en la Campus. O materializados, si exist¨ªa una relaci¨®n cibern¨¦tica anterior.

El fundador del encuentro, Francisco Ragageles, afirma que, pese a algunos esfuerzos de contabilidad creativa de los competidores, Campus Party casi dobla en plazas con acceso a Internet a la siguiente fiesta inform¨¢tica espa?ola. Sobre la pirater¨ªa, la organizaci¨®n dice compartir la preocupaci¨®n de la SGAE, y ha invitado a uno de sus miembros a dar una conferencia. La actitud de algunos internautas, sin embargo, lleva a dicho responsable a confesar cierta inquietud sobre el desarrollo de la charla.