Castro vincula el fundamentalismo religioso de Bush con el alcohol
El discurso de Fidel Castro en el quincuag¨¦simo primer aniversario del asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba fue, de principio a fin, una respuesta al presidente de EE UU, George W. Bush, quien hab¨ªa acusado al Gobierno de La Habana de promover el turismo sexual en Cuba.
El l¨ªder comunista aprovech¨® la efem¨¦rides patri¨®tica para rechazar airadamente tales denuncias, y no ahorr¨® en ello ep¨ªtetos ni argumentos para desautorizar al adversario de la Casa Blanca: record¨® su pasado de alcoh¨®lico, le llam¨® fundamentalista de la religi¨®n e insinu¨® que sus traumas son los que le llevaron a ordenar la invasi¨®n de Irak.
La conmemoraci¨®n del 26 de julio de 1953, fecha que marca el inicio de la lucha armada de Castro contra el dictador Fulgencio Batista, es empleada por el l¨ªder comunista para resaltar logros revolucionarios y trazar estrategias de futuro. En esta ocasi¨®n no fue as¨ª. El mandatario cubano dedic¨® buena parte del discurso -de hora y media de duraci¨®n-, pronunciado en la ciudad de Santa Clara, a leer las tesis principales del libro Bush en el div¨¢n, del psiquiatra norteamericano Justin A. Frank, que analiza la incidencia del alcoholismo y el fanatismo religioso en la personalidad del presidente de Estados Unidos.
Dios y Cuba
Castro afirm¨® que, seg¨²n Frank, Bush ha reconocido que invadi¨® Irak siguiendo un mandato divino. Despu¨¦s, el l¨ªder cubano ironiz¨® sobre ello: "?Ojal¨¢ que, en el caso de Cuba, Dios no quiera dar instrucciones al se?or Bush de atacar nuestro pa¨ªs, que lo induzca m¨¢s bien a evitar ese colosal error!". Y le recomend¨® al presidente de EE UU que consulte con el papa Juan Pablo II antes de seguir otro "mandato b¨¦lico divino" que le lleve a nuevas invasiones.
Castro rechaz¨® una a una las acusaciones de Bush en su reciente discurso de Tampa (Florida), afirmando que son simples excusas para sostener su pol¨ªtica agresiva contra la isla. "Ninguna de las actividades mencionadas tiene lugar en Cuba. Sin embargo, en la mente calenturienta y fundamentalista del todopoderoso se?or de la Casa Blanca y sus m¨¢s ¨ªntimos asesores, ahora hay que salvar a Cuba no solo de la tiran¨ªa, hay que salvar a los ni?os cubanos de la explotaci¨®n sexual y del tr¨¢fico de personas".
Y concluy¨®, muy en su papel de comandante en jefe, con un romano y grandilocuente: "Salve, C¨¦sar: ?los que estamos dispuestos a morir no tememos a tu enorme poder; tu ira irrefrenable ni tus peligrosas y cobardes amenazas contra Cuba!".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.