Paco de Luc¨ªa

La concesi¨®n del Premio Pr¨ªncipe de Asturias a Paco de Luc¨ªa es una gran noticia para el Flamenco y para los flamencos. Un galard¨®n m¨¢s que a?adir no s¨®lo a los ya obtenidos por este artista, sino a los que los flamencos, en general, van consiguiendo. Don Francisco S¨¢nchez es mucho m¨¢s que un pr¨ªncipe, es, en lo suyo, es decir, en el arte, en la m¨²sica, un rey.

Este premio es importante, un gran paso m¨¢s, pero no es el final del reconocimiento profundo para el Flamenco, una m¨²sica maltratada, como se ha apresurado a decir, en un tono agridulce, humilde pero feliz, el mismo galardonado. No bastan premios ni pisar los teatros m¨¢s importantes del mundo, no basta si la gran m¨²sica flamenca no aparece en los libros de m¨²sica (o si lo hace como un ap¨¦ndice folcl¨®rico y no art¨ªstico), si la gran poes¨ªa de los cantes flamencos es sistem¨¢ticamente ignorada en los libros de texto y manuales de escolares y universitarios (o citada como mera influencia en la poes¨ªa neopopularista de alg¨²n autor "culto"). No basta que nos entreguen premios si instituciones oficiales de la misma Junta de Andaluc¨ªa, no digamos de Espa?a, siguen considerando m¨¢s importante el escaparate que el interior, la hojarasca que la esencia, m¨¢s ¨²til gastarse el dinero en una actuaci¨®n ante un invitado extranjero que en un buen circuito de encuentros entre artistas y estudiantes en colegios e institutos. Enhorabuena a Paco de Luc¨ªa, el mejor sin discusi¨®n, el que recogiendo la tradici¨®n ha abierto el presente y animado el futuro.