Vacaci¨®n
Agosto me hace se?as y voy a atenderlas y lo voy a seguir en su promesa de espacio y tiempo, para creer que los d¨ªas libres ser¨¢n generosos y me dejar¨¢n sensaciones de largura infinita. Agosto, desde esta orilla de julio, me llama y su llamada me hace abrir el peri¨®dico, o¨ªr la radio y mirar la televisi¨®n, como si en realidad nada de lo que leo, oigo y veo estuviera pasando, como si la sensaci¨®n de liviandad que agosto me promete ya me hubiera embargado y nada pesara, incluso ni siquiera fuera verdad. O acaso sea que algunas de las cosas que pasan parece mentira que pasen, y no me hagan se?alar porque, en este art¨ªculo de despedida hasta septiembre, no pienso se?alar; si acaso lamentar que en este momento en el que escribo sigue ardiendo el monte en Huelva, un incendio desconsolador y furioso para despedir un mes de julio, ni m¨¢s ni menos caluroso que otros, porque es ley que la segunda quincena de julio no ha pasado nunca sin que el term¨®metro haya escalado sus m¨¢s altas cimas. En Andaluc¨ªa hace calor en verano, cosa que por ejemplo no tuvo en cuenta Endesa y por eso se sigue sufriendo en distintos lugares de Andaluc¨ªa su falta de previsi¨®n, de inversi¨®n y de respeto a quien paga, con perd¨®n, porque hab¨ªa empezado diciendo que no pensaba se?alar. Cierro par¨¦ntesis y vuelo a la promesa de lentitud de agosto, que no se regala sino que necesita ser trabajada como avisaban aquellos versos de Juan Ram¨®n: "Si vas de prisa/ el tiempo volar¨¢ ante ti, como una/ mariposilla esquiva./ Si vas despacio,/ el tiempo ir¨¢ detr¨¢s de ti/ como un buey manso/". Esos versos se quedaron en mi memoria desde la infancia, cuando la sensaci¨®n de prisa a¨²n me era desconocida, cuando los veranos eran tan largos que parec¨ªan eternos y sin embargo, a pesar de tan largas vacaciones, septiembre era la nostalgia de los largos d¨ªas vividos, sin la noci¨®n del tiempo con la que en la infancia se vive su fugacidad. Llegada aqu¨ª celebro que mi espacio se agote porque de lo contrario acabar¨ªa, estoy segura, lamentando lo corto que es el tiempo de "permiso" para descansar, que es en el fondo esa formalidad que llamamos vacaci¨®n, un peque?o alto en el camino de la prisa con la que apuramos estaciones trabajando, para ganarnos una ilusi¨®n de tiempo libre.
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