Siguen las matanzas
La masiva matanza de civiles provocada ayer en Baquba, tri¨¢ngulo sun¨ª, por un coche bomba, unida a la batalla entre fuerzas iraqu¨ªes e insurgentes cerca de Bagdad no s¨®lo deja m¨¢s de un centenar de muertos en un solo d¨ªa, tambi¨¦n derrumba, justo al mes de la entrega formal del poder por parte de EEUU a los iraqu¨ªes, la idea ilusoria de que Irak ir¨ªa pacific¨¢ndose tras la p¨¦rdida de protagonismo de las fuerzas de ocupaci¨®n estadounidenses.
El espejismo que se mantuvo un par de semanas tras la toma de posesi¨®n del Gobierno interino de Iyad Alaui ha dado paso a una espiral de enfrentamientos, secuestros, atentados y asesinatos de funcionarios que se asemeja a una incipiente guerra civil. La mort¨ªfera apoteosis de ayer se produce a tres d¨ªas de que se citen en Bagdad un millar de representantes de todos los estamentos del pa¨ªs ¨¢rabe para elegir una asamblea consultiva de 100 miembros que, como embri¨®n de un futuro Parlamento, supervise al Gobierno hasta las elecciones de enero pr¨®ximo. Naciones Unidas, que en su d¨ªa urgi¨® la celebraci¨®n de esta conferencia, pide ahora su aplazamiento.
No hay agenda pol¨ªtica que pueda desarrollarse con garant¨ªas en medio del caos y la violencia que siguen en el Irak de Alaui, en b¨²squeda de una legitimidad que sus compatriotas le niegan. Ni el primer ministro parece capaz de asegurar la neutralidad de las facciones que luchan por una parte del poder, ni la aprobaci¨®n por su Gobierno, a comienzos de mes, de una Ley de Seguridad Nacional que contempla poderes de emergencia y restablece la pena de muerte resulta elemento disuasorio suficiente en un escenario en el que son obvias las limitaciones de las fuerzas iraqu¨ªes.
En Irak se desarrolla una guerra sin reglas en la que convergen una imposible mezcla de bander¨ªas, nacionales y for¨¢neas, cada una con su agenda. Su tr¨¢gica resultante son decenas de muertes cada d¨ªa -en su mayor¨ªa civiles- y un clima de ansiedad general que en lugar de suscitar esperanza abisma m¨¢s el antiguo feudo de Sadam Husein.
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