Carreteras malditas

Cada lunes nos enfrentamos a una media de 30 personas que durante el fin de semana veraniego han perdido su vida en la carretera. Los familiares entierran su pena y nos dejan un ramo de flores junto a la cuneta, como homenaje y como amonestaci¨®n a los que por all¨ª pasamos.

Esa se?al nos recuerda, mejor que cualquier otra norma de tr¨¢fico, c¨®mo hay que conducir. Pasa el tiempo, las flores las barre el viento y en aquella curva se volver¨¢ a repetir la misma historia.

En las cunetas espa?olas vagan muchos m¨¢s fantasmas, son personas a las que arrancaron la vida hace casi setenta a?os (en cunetas, en los campos, en las tapias de los cementerios...), a las que sus familiares todav¨ªa no hemos podido rendir memoria, ni enterrar adecuadamente. Lo que qued¨® de sus cuerpos, la evidencia de las balas asesinas, est¨¢n todav¨ªa all¨¢. Son personas que nunca tuvieron su ramo de flores. La democracia espa?ola entr¨® en la v¨ªa de la Historia con marcha vacilante, derrapando en varias curvas.

Es preciso recuperar la memoria de las gentes que intentaron conducir el pa¨ªs por el camino de la legalidad democr¨¢tica y de la libertad. Es de justicia enterrar dignamente esos cuerpos, levantar una serie de monumentos indelebles, para que esta sociedad no estrelle su democracia en un nuevo patinazo.

Esperemos que la noticia de que el Gobierno actual va a hacer algo por fin para rehabilitar y recuperar a las v¨ªctimas de la Rep¨²blica no se difumine y sea pronto realidad concreta.