Kerry y Bush buscan votos en Espa?a
Los candidatos se disputan los favores de los 80.000 estadounidenses que residen en el pa¨ªs
La campa?a presidencial estadounidense se est¨¢ convirtiendo en un acontecimiento universal. Tras las ¨²ltimas elecciones de 2000, en las que George W. Bush fue declarado vencedor por el Tribunal Supremo gracias a un pu?ado de votos, los dos grandes partidos se dieron cuenta de que en la carrera a la Casa Blanca no se puede desatender a ning¨²n votante, y especialmente a los millones de norteamericanos que viven en el extranjero. Espa?a no se libra de esta globalizaci¨®n electoral. Con la vista puesta en los comicios de noviembre, dem¨®cratas y republicanos se disputan los favores de los m¨¢s de 80.000 estadounidenses que, seg¨²n la embajada, residen en Espa?a.
En la batalla por el voto ib¨¦rico, los dos candidatos no se presentan con las mismas armas. John Kerry ha designado a Juan Verde, un experto en comunicaci¨®n de origen canario, como su representante en Espa?a, y la consultora espa?ola Alfil Comunicaci¨®n planificar¨¢ la campa?a. La candidatura de Bush, por su parte, s¨®lo contar¨¢ con el apoyo de un grupo de voluntarios, Republicans Abroad (los Republicanos del Extranjero). La presidenta de la asociaci¨®n en Espa?a, Cynthia Dillon, insiste en que no son "los representantes oficiales del Partido Republicano". "Defendemos los valores del partido y haremos todo lo posible para apoyar a su candidato".
Ambos coinciden en un punto: lo m¨¢s urgente es que los ciudadanos se inscriban en los registros electorales, requisito imprescindible para poder votar en noviembre. Los que viven fuera tienen que registrarse en su ¨²ltimo lugar de residencia en EE UU. Hasta septiembre, los esfuerzos se centrar¨¢n en esta formalidad. Luego empezar¨¢ la campa?a propiamente dicha.En Espa?a, al contrario de lo que ocurre en EE UU, los medios son limitados. Dillon y Verde citan los mismos canales: el correo -tradicional y electr¨®nico-, los anuncios en publicaciones especializadas, las instituciones (universidades, escuelas, clubes y asociaciones) y la organizaci¨®n de actos. Entre otras actividades, los dem¨®cratas anuncian la visita en septiembre de la hermana de Kerry y ten¨ªan previsto la proyecci¨®n del documental de Michael Moore Fahrenheit 9/11, un panfleto anti-Bush cuyo objetivo declarado es tumbar al presidente.
Del lado republicano no se adelantan nombres. Dillon explica que, como son voluntarios, les faltan medios. A final de agosto acudir¨¢ a la convenci¨®n republicana en Nueva York y all¨ª sabr¨¢ con qui¨¦n podr¨¢ contar en Espa?a. "Ser¨ªa fant¨¢stico que viniera Arnold Schwarzenegger", dice medio so?ando. Eso s¨ª, los seguidores de Bush salen con una cierta ventaja. Mientras Verde admite que su primer objetivo es dar a conocer al candidato Kerry, Dillon afirma que "Bush apenas necesita promoci¨®n; el balance de su Gobierno esta ah¨ª". Queda por ver si este balance convence a los electores.
El voto de los estadounidenses del extranjero es tradicionalmente republicano, reconoce el canario. "Muchos son militares desplegados en las bases norteamericanas, como en Espa?a". Los soldados est¨¢n obligados a registrarse y generalmente votan a los conservadores. Los otros expatriados, muchas veces, no acuden a las urnas. "Se sabe que la mayor¨ªa de los estadounidenses que viven fuera son de las costas, tanto este como oeste, dos regiones tradicionalmente dem¨®cratas. Es una mina de oro para nosotros", dice lleno de esperanza el representante de Kerry.
Los que han emigrado, asegura el dem¨®crata, se fijan m¨¢s en la pol¨ªtica internacional y ven a su pa¨ªs con otros ojos porque las noticias que reciben son distintas. "Muchos norteamericanos aseguran que sienten verg¨¹enza por la imagen de EE UU que da Bush", afirma Verde. Su contrincante republicana reconoce que la imagen del presidente en los medios europeos es muy negativa. "Pero esto no te hace cambiar de opini¨®n; simplemente, a veces, uno prefiere callarse". "En la era de Internet y de la televisi¨®n por sat¨¦lite, la gente ya no pierde el contacto con su pa¨ªs. Pueden ver Fox News o la prensa conservadora, que los europeos no conocen. Al final tienen las mismas preocupaciones que los que viven en EE UU", sostiene Dillon.
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