Eurorregi¨®n: razones para un giro necesario

El 10 de enero de 1931, m¨¢s de treinta destacados representantes de la sociedad civil y empresarial valenciana, como el presidente del Ateneo Mercantil, el decano del Colegio de Abogados, el presidente de la C¨¢mara de Comercio, de la Asociaci¨®n Naviera Valenciana, de la Asociaci¨®n de Industrias Cer¨¢micas, de Uni¨®n Gremial, etc., junto a personalidades como Ignacio Villalonga, Rafael Font de Mora, Joaqu¨ªn Maldonado, Carlos Sarthou, Joaqu¨ªn Reig o Luis Momp¨® (de gran tradici¨®n vitivin¨ªcola) dirigieron una carta abierta al ministro de asunto exteriores espa?ol abogando por la unificaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica de Europa dentro de un r¨¦gimen federal europeo. Es un episodio poco conocido entre nosotros, pero de alto valor, pues en ese momento, la sociedad valenciana demostr¨® una agilidad extraordinaria anticip¨¢ndose a los movimientos que se gestar¨ªan m¨¢s tarde, acompasando su historia a la de Europa. Hoy, deber¨ªamos tomar ejemplo e instar a la sociedad valenciana a suscribir un nuevo mensaje referido al mismo horizonte, aunque con un a?adido: los procesos de regionalizaci¨®n y cooperaci¨®n econ¨®mica regional que se est¨¢n realizando en el continente. Es, decididamente, el momento.

"Europa certifica que es un proyecto legal, un valor a?adido y una estrategia colectiva"

"Ahora, preguntarse si las eurorregiones son o no 'constitucionales' resulta ya absurdo"

Viene a cuento este pre¨¢mbulo por el art¨ªculo que ayer y en esta misma tribuna, Eduardo Beut dedic¨® a algunos puntos de gran inter¨¦s para el futuro de la sociedad valenciana. De su art¨ªculo interpreto una conclusi¨®n: a partir de septiembre ser¨¢ preciso moverse puesto que hoy, m¨¢s que nunca, el contexto en el que se desarrolla la pol¨ªtica "exterior" valenciana est¨¢ cambiando a gran velocidad. Beut tiene raz¨®n cuando se?ala novedades en el panorama espa?ol y europeo. En primer lugar, y por lo que se refiere a Europa, la aprobaci¨®n de la propuesta de reglamento que oficializa, apadrina y bendice las eurorregiones en la Uni¨®n. Hasta el d¨ªa de hoy no exist¨ªa ordenamiento legal alguno para gestionar y administrar acciones de cooperaci¨®n transfronteriza, transnacional e interregional. Este hecho explicar¨ªa la disparidad de situaciones en Europa y, pensando bien, incluso algunos recelos por parte del centro-derecha valenciano, a entrar en una din¨¢mica de cooperaci¨®n regional que hasta hoy no ten¨ªa estructura, reglamento y principios objetivos rectores. Ahora, la Comisi¨®n ha decidido reglamentar esta pol¨ªtica y es f¨¢cil entender que preguntarse si las propuestas de eurorregiones son o no "constitucionales" resulta ya absurdo. El debate en este sentido sencillamente desaparece. Beut ya ha se?alado el principal objetivo de la propuesta: la creaci¨®n de eurorregiones agrupaciones con personalidad legal, denominadas gen¨¦ricamente "European Groupings of cross-border co-operation" (EGCC). Pero adem¨¢s, podemos a?adir que se propone para estos EGCC, no s¨®lo una estructura legal con estatutos propios, sino humana (equipos de funcionarios, personal adscrito y hasta un director general), competencial (listado de atribuciones) y econ¨®mica (plan de financiaci¨®n y presupuesto anual). Con ello, la Comisi¨®n desmonta indirectamente el argumento de que el Euram (Eurorregi¨®n del Arco Mediterr¨¢neo) es un invento anticonstitucional o una reedici¨®n de determinadas configuraciones ideol¨®gicas pret¨¦ritas. Hoy, Europa certifica que una eurorregi¨®n es un proyecto plenamente legal, un valor a?adido al trabajo de cada administraci¨®n regional y una estrategia colectiva que nunca limita la acci¨®n individual.

Pero Eduardo Beut, en el art¨ªculo que comentamos, analiza tambi¨¦n otros cambios en el contexto espa?ol. Personalmente pienso que acierta plenamente cuando deduce que el presidente Maragall est¨¢ dispuesto a llevar adelante el proyecto de Euroregi¨® Pirineus-Mediterr¨¤nia con o sin nosotros, pero que le gustar¨ªa mucho que fuera con nosotros. Yo mismo particip¨¦ en la reuni¨®n de Sitges de principios de julio y es una impresi¨®n que me traje de all¨ª. Y tambi¨¦n una segunda, que me cost¨® un enfrentamiento personal con un alto cargo del gobierno de Arag¨®n: esta regi¨®n est¨¢ dispuesta a convertirse en el centro log¨ªstico de la Espa?a septentrional y articular¨¢ todas las medidas posibles para ello, incluido el colocar, en la mesa de Fomento, la carpeta del proyecto ferroviario Mediterr¨¢neo-Cant¨¢brico (Sagunt o Barcelona-Bilbao) encima de la carpeta que prev¨¦ la conversi¨®n del corredor mediterr¨¢neo en ancho europeo. A esta pretensi¨®n, colaborar¨ªa encantada la regi¨®n de Tolosa, que ver¨ªa as¨ª m¨¢s cerca la apertura de un paso de mercanc¨ªas por el Pirineo central. A Arag¨®n, a Tolosa y a La Rioja le puede interesar la geometr¨ªa de paralelos (el eje Barcelona-Zaragoza como contraposici¨®n al Madrid-Valencia), as¨ª como el desplazamiento hacia el oeste del eje de gravedad mediterr¨¢neo e incluso una eurorregi¨®n a caballo de los Pirineos, con Zaragoza, Barcelona, Tolosa y Montpelier como esquinas. En cambio, a Valencia le ser¨ªa mucho m¨¢s rentable cooperar con Catalunya para que el corredor mediterr¨¢neo litoral fuera la aut¨¦ntica columna vertebral de esta regi¨®n econ¨®mica europea, con derivaciones, eso s¨ª, hacia el interior. Tal vez el presidente Matas se haya dado cuenta de estos cambios y ello explique el triunfo de la realpolitik en las relaciones entre Baleares y Catalunya.

Del art¨ªculo que comentamos, me permito deducir unas bases m¨ªnimas que deber¨ªan servir para acordar una m¨¢s eficaz actuaci¨®n p¨²blica a escala valenciana, espa?ola y europea: analizar con detenimiento los cambios legales en Europa que impulsan la cooperaci¨®n interregional; asumir la decisi¨®n pol¨ªtica de comunidades vecinas de aliarse para conseguir sus fines en materia de infraestructuras, accesibilidad y movilidad y ver qu¨¦ papel pueden jugar los valencianos en ello; ser conscientes del alejamiento de nuestro entorno de la geograf¨ªa econ¨®mica dominante en Europa y, en consecuencia, plantearse la necesidad de un pensamiento estrat¨¦gico econ¨®mico y territorial valenciano de gran alcance y ¨¢mbito europeo; explorar estructuras flexibles de cooperaci¨®n regional; asumir el principio del di¨¢logo y la negociaci¨®n y, por ¨²ltimo, estudiar otros ejemplos espa?oles ya ensayados con ¨¦xito, como la estrategia territorial de Navarra o las eurorregiones de Galicia y Castilla-Le¨®n. Estas tres comunidades pueden ser un buen modelo, tanto por la perspectiva t¨¦cnica de la estrategia territorial que han dise?ado -en la que su posici¨®n se ha analizado en el marco de los grandes ejes econ¨®micos y de infraestructuras espa?oles y europeos-, como por estar realizadas por unos gobiernos sustentados en partidos poco sospechosos de veleidades anti-sistema. Conservo todav¨ªa un correo electr¨®nico de 15 de junio de 2004 de Teresa Ad¨¢n Revilla, del Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de Castilla y Le¨®n (D.G.Econom¨ªa y Asuntos Europeos), buscando socios entre las autoridades regionales de los 25 estados miembros para un proyecto promovido por la Junta y titulado Instrumentos para promover las relaciones de cooperaci¨®n entre Eurorregiones. Si es bueno para Valladolid, ?por qu¨¦ no para Valencia?

El autor hace algunas anotaciones

a un art¨ªculo de Eduardo Beut sobre la

propuesta de Eurorregi¨®n Mediterr¨¢nea

Josep Vicent Boira pertenece al departamento de Geografia de la Universitat de Val¨¨ncia.