Estocolmo, la capital del bienestar
Equilibrio entre naturaleza y urbanismo en el gran archipi¨¦lago b¨¢ltico
Quien contemple de noche el casco antiguo de Gamla Stan desde las alturas de S?dermalm s¨®lo podr¨¢ entrever en la penumbra las agujas de sus iglesias y la silueta de sus elegantes fachadas. Unos simples focos bastar¨ªan para iluminar sus palacios y perfilar el hermoso contorno de la isla sobre la que se asienta. Pero para la mentalidad sueca, hacerlo resultar¨ªa presuntuoso y artificial. Ser¨ªa, como argumentaba un peri¨®dico local, una forma de banalizar su belleza, de convertir el patrimonio en feria. ?No es oscura la noche? Pues tambi¨¦n ha de serlo la ciudad vista desde la distancia.
En Estocolmo, conceptos como justicia social e igualdad de sexos dejaron de ser ret¨®rica en la segunda mitad del siglo XX. La ciudad, como un plano de geograf¨ªa humana, refleja en su urbanismo de alturas uniformes, fachadas impecables y ausencia de barrios verdaderamente deprimidos una acentuada uniformidad en los est¨¢ndares de vida. Y es que desde la puesta en marcha del Estado del bienestar en los a?os veinte del siglo pasado, la sueca se convirti¨® en la sociedad m¨¢s igualitaria del mundo. Una utop¨ªa sin pobres en la que un obrero cobraba un sueldo s¨®lo un 50% inferior al del primer ministro y en la que las mujeres -en 2001, y seg¨²n Naciones Unidas- superaban en n¨²mero a los hombres en cargos de ¨¢mbito ministerial. Una sociedad pac¨ªfica con una ¨¦tica tambi¨¦n muy distinta, que permit¨ªa los desnudos en la televisi¨®n, pero vetaba para los ni?os algunos cap¨ªtulos del Pato Donald por su sadismo y violencia.
Con los calores, Estocolmo se transforma en una fiesta sensual y embriagadora. Su paisaje humano, 'chic' y desenfadado, abarrota los caf¨¦s del barrio bohemio de S?der
La capital sueca naci¨® como ciudad hace poco m¨¢s de 750 a?os en la confluencia del lago M?laren y el mar B¨¢ltico. Era ya entonces un importante centro comercial dominado por los Estados alemanes de la Liga Hanse¨¢tica. El mar hace tiempo que dej¨® de reportar dividendos, pero hoy sigue siendo el escenario de fondo para las 14 islas sobre las que se levanta, en una conjugaci¨®n id¨ªlica de verde y mar. En invierno, los g¨¦lidos canales se transforman en improvisadas pistas de hielo sobre las que patinar bajo las estrellas, mientras que en verano, cuando los d¨ªas se ensanchan hasta casi negarse a oscurecer, se convierten en limp¨ªsimas zonas de ba?o. El agua est¨¢ tan incontaminada que se puede nadar en pleno centro urbano frente al Ayuntamiento o pescar junto al Palacio Real y el Parlamento. Sus orillas son tambi¨¦n un museo naval al aire libre de antiguos cargueros, transbordadores y pesqueros. Algunos, incluso, reconvertidos en albergues, bares y escenarios de sonoras veladas de punk, folk y rock
& roll.
De los 34 parques que existen, la mayor¨ªa son aut¨¦nticos bosques. Algunos tienen hasta su propio lago, como Djurg?rden, el que fuera coto de caza de la realeza y despu¨¦s reserva et¨ªlica y tabernera de poetas y trovadores como Carl Bellman. Hoy, Djurg?rden es el ¨²nico parque nacional urbano del mundo: una exuberante reserva natural y cultural, con museos tan interesantes como el Nordiska Museet -que repasa el ¨²ltimo medio milenio de cultura sueca-, el Junibaken -dedicado a los personajes de Astrid Lindgren, la creadora de Pipi Calzas Largas- o Skansen, una recreaci¨®n a tama?o real y a cielo descubierto de la vida rural sueca y de la cultura lapona.
Con los calores, Estocolmo se transforma en una fiesta sensual y embriagadora. Su paisaje humano, chic y desenfadado, abarrota los caf¨¦s del barrio bohemio de S?der, pasea ante las embajadas y palacios de ?stermalm y serpentea por los comercios del ultramoderno Norrmalm. Esta parte del centro ocupa el antiguo barrio de Klara, derruido en la d¨¦cada de 1950 para dejar espacio a la expansi¨®n de la urbe. Y quiz¨¢ por eso la ciudad tiene el aspecto de una vetusta dama sometida a una operaci¨®n de lifting, sin apenas arrugas ni atisbo de decadencia, un lugar en permanente regeneraci¨®n.
Estocolmo es tambi¨¦n una sociedad de individuos, muy alejada de cualquier concepto de familia tradicional. Sus funciones las asume el Estado de bienestar, que protege al ciudadano desde que nace hasta que muere a cambio de un profundo sentido comunitario. De modo que a menudo uno siente que forma parte del engranaje de una m¨¢quina perfecta. Ya lo dijo Lou Reed al ser preguntado por Suecia: "Sweden? Scary, everything works there" ("?Suecia? Qu¨¦ miedo, all¨ª todo funciona").
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