Estafas nada er¨®ticas
Los ofrecimientos sexuales y las 'citas a ciegas' a trav¨¦s de Internet destapan nuevas modalidades de fraudes
Las citas con fines sexuales, sobre todo las que se canalizan a trav¨¦s de Internet, est¨¢n generando muchos chascos. Un juez de Madrid investiga en la actualidad la llamada estafa del gigol¨®, en la que han ca¨ªdo decenas de personas, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. Una de las v¨ªctimas es J. S., madrile?o de 37 a?os. Consciente de su gancho con las mujeres, quiso ganar dinero f¨¢cil y placentero. Un anuncio en Internet le dio una idea: "Se buscan chicos de acompa?amiento para mujeres ejecutivas", rezaba el reclamo. Y facilitaba un tel¨¦fono de contacto, un 902, y el nombre de una empresa, M. Service, SL, radicada en Barcelona.
J. S. no se lo pens¨® dos veces y llam¨®. Al otro lado del tel¨¦fono, una chica llamada Claudia le inform¨® con voz melosa de que deb¨ªa darse de alta en la web de la sociedad y poner su foto. Y pagar 200 euros por la inscripci¨®n. Y as¨ª lo hizo J. S. S¨®lo pasaron unos d¨ªas cuando le llamaron para comentarle que una clienta francesa iba a viajar a Espa?a y que se hab¨ªa interesado por ¨¦l. Le pagar¨ªa 6.000 euros porque ¨¦l estuviese con ella tres d¨ªas y tres noches. Pero antes del encuentro deb¨ªa pagar una fianza de 600 euros: "Es por si no acudes a la cita y dejas a la chica plantada". "Pero cuando acabes el servicio, se te devuelve", le dijeron.
La cita se estableci¨® para un d¨ªa de finales del pasado mayo. Antes de la fecha, J. S. recibi¨® nuevas llamadas de chicas de esa supuesta empresa para decirle que se acercaba el momento, pero que deb¨ªa desembolsar m¨¢s dinero de fianza, ya que la clienta estaba muy ilusionada con ¨¦l y dispuesta a pagar el doble: 12.000 euros. J. S. remiti¨® otros 600 euros. Tras enviar el dinero, J. S. recibi¨® una llamada desde una cl¨ªnica de Barcelona en la que le dijeron que Briggite, supuesto nombre de la adinerada amante, estaba all¨ª hospitalizada por un imprevisto y que la cita quedaba en el aire. Pero que no se preocupase, que a Briggite tambi¨¦n se le hab¨ªa exigido una fianza de 6.000 euros y que de ah¨ª cobrar¨ªa su, aunque frustrado, primer servicio como gigol¨®.
Pero J. S. empez¨® a sospechar, se enfad¨® y pidi¨® la devoluci¨®n de todo su dinero. "S¨ª, de acuerdo, pero ha surgido un problema; para que te devolvamos los 1.200 euros debes abonar otros 800 euros m¨¢s. Es que Briggite", le razonaron, "ha enviado un tal¨®n por 8.000 euros y s¨®lo 6.000 de ellos son para ti; m¨¢ndanos t¨² 800 euros m¨¢s y te enviamos el tal¨®n con los 8.000", le dijo una tal F¨¢tima, otra de las voces con las que habl¨®. Ante la disyuntiva de perder sus 1.200 euros y de cobrar el tal¨®n, J. S. opt¨® por enviar los 800 euros. En total, entreg¨® 2.000 euros. "Cuando los hayas ingresado, env¨ªanos el justificante bancario y te remitimos el tal¨®n con los 8.000 euros", le dijo la voz telef¨®nica. As¨ª lo hizo, pero hasta la fecha no ha cobrado nada. En los d¨ªas siguientes llam¨® una y otra vez a los tel¨¦fonos, pero nadie se le puso. Su sorpresa fue a¨²n m¨¢s may¨²scula cuando le llam¨® la polic¨ªa y le aclar¨® que hab¨ªa sido v¨ªctima de una estafa. Y que no era el ¨²nico, que hab¨ªa m¨¢s estafados como ¨¦l, de Madrid y otros lugares de Espa?a.
La mujer y el falso portero
Otra estafa, a¨²n m¨¢s burda, en la que tambi¨¦n han ca¨ªdo varios madrile?os es la siguiente. Se trata del hombre que se hace pasar por chica en los chats y concierta citas amorosas con sus v¨ªctimas. A fines del pasado mes de junio, D. L. G., de 34 a?os, qued¨® con una tal Ana, que hab¨ªa conocido en la Red, para un contacto sexual. La supuesta mujer le cit¨® en un ¨¢tico de la calle de Moratinos, seg¨²n fuentes conocedoras de este caso. Antes de subir al ¨¢tico, deb¨ªa pagar 100 euros al portero del bloque para costear el precio del ¨¢tico en el que iban a verse. Era un ¨¢tico con cama, ba?o y televisi¨®n, de los que se alquilan por horas. D. L. G. se present¨® en el bloque con los 100 euros en el bolsillo. "?Vienes al ¨¢tico?", le pregunt¨® un hombre que dijo ser el portero y llamarse Ra¨²l. "Pues ya lo sabr¨¢s por Ana... Son 100 euros, por anticipado". Tras abonar el dinero, Ra¨²l le dio las llaves y D. L. G se apresur¨® a subir. Pero llam¨® y llam¨® y all¨ª nadie le abr¨ªa. Desolado, baj¨® a la porter¨ªa, pero el tal Ra¨²l se hab¨ªa esfumado. D. G. L. se dio cuenta del fraude e ide¨® un plan. Volvi¨® a contactar por el chat con la tal Ana, pero haci¨¦ndose pasar por otra persona. Y quedaron en el mismo sitio. Pero esta vez no acudi¨® solo. Se llev¨® a tres amigos con ¨¦l. Vio que Ra¨²l estaba all¨ª y pidi¨® a un amigo que se adelantase y lo entretuviese. Luego entr¨® ¨¦l. Al verle, el tal Ra¨²l trat¨® de huir, pero le agarraron. Hubo un forcejo y llamaron a la polic¨ªa, que se present¨® en el lugar. Al d¨ªa siguiente, D. L. G. recibi¨® mensajes amenazantes en su m¨®vil: "Eres un bobo, me vas a pagar las vacaciones, tengo un parte con las lesiones que me hab¨¦is causado... Bobo". Vecinos del bloque aseguran que al tal Ra¨²l le han visto bastantes veces en la porter¨ªa hablando con gente variopinta. Se supone que otras v¨ªctimas.
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