"La entrevista es un g¨¦nero tramposo"
Una tarde bulliciosa del Raval barcelon¨¦s, en el despacho donde Ramoneda dirige el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona.
-Esto de la entrevista a d¨²o, ?c¨®mo se hace?
-Mart¨ª G¨®mez. Lo primero es no olvidar la cinta. En vuestro caso, el bol¨ªgrafo. A nosotros siempre se nos olvidaba. Y Jordi Soc¨ªas nos re?¨ªa: "?Por qu¨¦ si yo compro seis carretes vosotros no pod¨¦is comprar seis cintas?
-Josep Ramoneda. Dos cosas importantes. Una, hubo un tiempo en que con determinados personajes era bueno tener la cinta. Dos, la entrevista es un g¨¦nero tramposo, siempre tiene ventaja quien la hace. As¨ª que es leg¨ªtimo partir en igualdad de condiciones. Pero s¨®lo se debe dar la copia antes de publicar si os lo piden por adelantado.
-?La entrevista es ficci¨®n?
-J. R. No, al contrario, es realista, hiperrealista.
-M. G. La t¨¦cnica es misteriosa. Por alguna raz¨®n, a nosotros nos funcionaba.
-?C¨®mo se aborda al personaje?
-M. G. Nunca mir¨¢bamos el archivo porque mediatiza. Siempre acabas por preguntar cosas que ya han dicho. Y las diez primeras preguntas eran de tanteo. Empez¨¢bamos por el perro que hab¨ªa por la casa... Y luego, conversaci¨®n, a ver si el t¨ªo se engancha.
-J. R. Clima de confianza para poner el toro en suerte...
-?Y qu¨¦ papeles ten¨ªan? ?Uno de bueno y otro de malo?
-M. G. Hab¨ªa mucha lealtad entre ambos. Yo ten¨ªa la agilidad del reportero de calle, y ¨¦ste les daba el vuelo ideol¨®gico. Cuando iba yo solo, quedaban divertidas. Si iba s¨®lo ¨¦l, no se pod¨ªan leer.
-J. R. Mejor el equilibrio.
-Pero entonces hab¨ªa m¨¢s emoci¨®n: la censura.
-M. G. S¨ª, una vez pusimos en un titular La calle es nuestra como respuesta a la famosa frase de Fraga. Nos lleg¨® una citaci¨®n del Gobierno militar y nos preguntaron qu¨¦ intenci¨®n hab¨ªamos tenido. Menos mal que hubo amnist¨ªa: en la papela pon¨ªa que nos hab¨ªan condenado por un delito de incitaci¨®n a la rebeli¨®n. Y deb¨ªan ser, no s¨¦, ocho a?os.
-?Cu¨¢nto tiempo empleaban en cada entrevista?
-J. R. Una hora. Con Fraga bastaba con media, habla tan deprisa que a los 30 minutos ya hab¨ªa dicho lo que los dem¨¢s en 60.
-?Tienen alguna preferida?
-J. R. La que m¨¢s triunf¨® fue la que le hicimos a Marcos Ana, el preso que m¨¢s a?os estuvo en la c¨¢rcel durante el franquismo.
-M. G. Se fue de putas por primera vez a los 40. Fue la m¨¢s sentimental. Otra bonita no pas¨® la censura: Carrillo en Par¨ªs.
-?Y la m¨¢s dif¨ªcil?
-M. G. Una con Emilio Romero que nos encarg¨® V¨¢zquez Montalb¨¢n. Le ten¨ªa mucha man¨ªa al Por favor y respond¨ªa s¨®lo s¨ª y no. Gast¨® 30 preguntas en 10 minutos. Pero luego se enganch¨® y salt¨® el click. Le gust¨® tanto que, como dirig¨ªa la prensa del movimiento, la public¨® en los 40 peri¨®dicos.
-?Y c¨®mo seleccionaban?
-J. R. Lo que m¨¢s nos gustaba era la pol¨ªtica, pero tambi¨¦n la cultura, el exilio, deportes...
-M. G. Hicimos a Cruyff cuando no daba entrevistas, a Concha Velasco, a Luc¨ªa Bos¨¦ sin hablar de Domingu¨ªn... Y a Javier de la Rosa como estrella ascendente de Banesto. Mira t¨².
-?Qui¨¦n miente m¨¢s?
-J. R. Me temo que alguna mujer se qued¨® con nosotros.
-?Y vale cebarse?
-J. R. No, pero pasa.
-M. G. Con Marisol tuvimos un incidente... ?ste le pregunt¨® sobre Polanski y se puso a llorar.
-J. R. Fue abuso de menor, asalto y violaci¨®n, pero como era un s¨ªmbolo del franquismo, nos pareci¨® leg¨ªtimo.
-?Qui¨¦n suele dar m¨¢s juego?
-J. R. Yo prefiero los personajes mayores, los que tienen ya la vanidad sobrepasada.
-?Y ten¨ªan sus man¨ªas?
-M. G. Hab¨ªa personajes que a m¨ª me ca¨ªan bien y a Ramoneda mal, y al rev¨¦s. Pero a ¨¦l se le notaba m¨¢s. Con Arrabal, en Par¨ªs, fue terrible. Y a Jaime Salom le llam¨® fascista.
-?Discut¨ªan mucho?
-J. R. Era duro, ¨ªbamos a Par¨ªs tres d¨ªas y volv¨ªamos cargados. Gala o Tierno te las daban ya escritas, pero transcribir a otros...
-M. G. De viaje compart¨ªamos habitaci¨®n. Uno transcrib¨ªa y el otro correg¨ªa... Y el que transcrib¨ªa le firmaba al otro delante...
-?Nostalgia?
-M. G. Ser¨ªa bonito ver qu¨¦ dicen algunos 30 a?os despu¨¦s.
-?Est¨¢ en crisis el g¨¦nero?
-M. G. Hay crisis en todos los g¨¦neros, el reportaje, la cr¨®nica... Pero no se puede saber de qui¨¦n es la culpa. Los jefes dicen que los curritos se han apoltronado, y los curritos, que los jefes no les dejan arriesgar. Tienen mucha culpa los gabinetes de prensa. ?Una plaga!
-?Se debe aspirar a revolucionar el g¨¦nero?
-M. G. Est¨¢ todo hecho. Lo mejor es hacer la entrevista cl¨¢sica bien hecha.
-J. R. Contar historias se ha hecho toda la vida. La clave es contarlas bien. No tratar cada caso como el anterior.
-?El periodismo es hoy peor?
-M. G. Seguro que es mejor, pero antes hab¨ªa una m¨ªstica, una visi¨®n rom¨¢ntica que quiz¨¢ se ha acabado. Y sin romanticismo, el periodismo no es nada.
-J. R. Periodismo y acci¨®n. Era muy propio de aquella ¨¦poca. Y ten¨ªa cosas malas y buenas, incluida su dosis de sectarismo.
-?Alguien les dijo no?
-M. G. Quisimos hacer a Graham Greene, pero s¨®lo daba dos al a?o. Pero encontramos a uno que conoc¨ªa a un amigo de un primo de un amigo de un amigo que tomaba copas con Greene en Antibes y dijo que se lo dir¨ªa. No nos lo cre¨ªmos hasta que recibimos una carta de Greene. A¨²n la guardo.
-?Y c¨®mo fue la cosa?
-M. G. Nada m¨¢s llegar dijo que estaba arrepentido de habernos citado, pero que hab¨ªa dado su palabra en un pub y que la palabra de un borracho es sagrada.
Or¨¢culo a cuatro manos
Estos dos caballeros catalanes son algo as¨ª como el or¨¢culo de las entrevistas en comando. Y ya se sabe que cuando se reciben ciertos encargos envenenados, no hay m¨¢s remedio que acudir al or¨¢culo. Hay que arreglar 31 entrevistas para esta ¨²ltima p¨¢gina del mes de agosto y hace falta un cursillo acelerado. As¨ª que llamamos a la puerta de Josep Ramoneda y Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez, un d¨²o hist¨®rico que cont¨® la agon¨ªa del franquismo y la transici¨®n a trav¨¦s de m¨¢s de 200 entrevistas a cuatro manos con personajes de todo tipo, publicadas primero en el Por Favor, que dirig¨ªa Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, y despu¨¦s en El Correo, La Vanguardia y EL PA?S. Hoy, m¨¢s baqueteados y tambi¨¦n m¨¢s sabios, son dos analistas muy respetados, pero se ve que disfrutan recordando viejos tiempos.
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