Jap¨®n, el nuevo Eldorado de los clubes europeos
Aparte de los tres equipos espa?oles, por el pa¨ªs nip¨®n desfilan este verano, entre otros, cuatro italianos y uno argentino en un fen¨®meno quiz¨¢ m¨¢s socioecon¨®mico que deportivo, pero que no cesa de crecer
Chiba City, la ciudad japonesa donde se ha concentrado la expedici¨®n del Barcelona, se encuentra a 20 kil¨®metros del centro de Tokio. No muy lejos del hotel de los jugadores, en uno de los centros comerciales que vertebran la vida de Chiba, hay una sala de v¨ªdeojuegos futurista. Para alguien de m¨¢s de 30 a?os y que se qued¨® en el Tetris y Mario Bros, el lugar resulta incomprensible. Se llama Sega Club y en todo el pa¨ªs hay cientos de locales iguales. Uno de los juegos que congrega m¨¢s adeptos es el modelo que ofrece partidos de f¨²tbol de un verismo asombroso. Cada participante construye su equipo a partir de unos cromos que llevan un chip de informaci¨®n. Los jugadores se compran y se venden y, para jugar, los adolescentes fabulan con las alineaciones con la pasi¨®n de cualquier entrenador.
?Entienden de f¨²tbol los japoneses? Los campos se llenan y sus conjuntos y videojuegos mejoran
El negocio funciona en las dos direcciones y las televisiones lo retransmiten todo
Diez a?os atr¨¢s, este inter¨¦s habr¨ªa sido del todo impensable, pero el auge que ha vivido el f¨²tbol en los pa¨ªses asi¨¢ticos despu¨¦s de la Copa del Mundo que organizaron Jap¨®n y Corea del Sur en 2002 ha renovado los esquemas de los clubes m¨¢s poderosos. En los a?os 70 y 80 del siglo pasado, los equipos suramericanos iban a Espa?a para participar en los torneos de verano. Era una forma de ganar dinero e intentar colocar jugadores en el mercado europeo. Hoy en d¨ªa son los clubes europeos los que se van a hacer las Am¨¦ricas a Asia.
En este sentido, el Real Madrid fue quien primero se aventur¨® y abri¨® camino con la gira que realiz¨® el pasado verano. A pesar de las cr¨ªticas que levant¨® en su momento el periplo, los beneficios econ¨®micos pesaron m¨¢s que los problemas que detectan los especialistas: falta de ritmo en la pretemporada, vuelos largos, horarios intempestivos y, especialmente, una presi¨®n medi¨¢tica que a estas alturas nadie desea.
As¨ª, este a?o son varios los equipos que han seguido el ejemplo. S¨®lo por Jap¨®n van a pasar o ya han pasado cuatro italianos: Inter, Lazio, Reggina y Roma; uno argentino: Boca Juniors, y tres espa?oles: Real Madrid, Barcelona y Valencia. Con la particularidad, adem¨¢s, de que estos tres coincidieron ayer jugando a la misma hora.
Es a¨²n demasiado pronto para saber si el mercado asi¨¢tico podr¨¢ absorber a tantos conjuntos. El potencial de p¨²blico es formidable y todo hace prever que el inter¨¦s existe, pero, sin duda, el ¨¦xito pasa por conquistar primero el mercado japon¨¦s, aut¨¦ntico motor de la econom¨ªa continental. Las im¨¢genes de estos d¨ªas no dejan ninguna duda: aeropuertos repletos de j¨®venes que se saben el nombre de los jugadores con una dicci¨®n perfecta, aficionados que persiguen a los autocares y entrenamientos seguidos por miles de personas siempre en busca de un aut¨®grafo.
Diversos son los motivos que se han confabulado para que el fen¨®meno funcione. El primero y m¨¢s importante son los resultados econ¨®micos. El Madrid ha anunciado que va a obtener por su minigira unos beneficios de 14 millones de euros. El cach¨¦ del Barcelona est¨¢ m¨¢s bajo, pero no es despreciable: 4 millones por cuatro partidos, sin contar los beneficios inducidos de la campa?a de expansi¨®n del barcelonismo.
Sin embargo, si hay acuerdos es porque el negocio funciona en las dos direcciones: las empresas japonesas se han dado cuenta del atractivo que supone para su p¨²blico tener a sus ¨ªdolos tan cerca. As¨ª, el m¨¢ximo patrocinador de la gira del Madrid es el grupo de comunicaci¨®n Fuji, que cuenta con Fuji TV. El acuerdo entre ambas partes llev¨® a la emisora a dar en directo en el aeropuerto la llegada de los jugadores al pa¨ªs, que fue planteada como un aut¨¦ntico desfile de estrellas en una pasarela, y no es extra?o que ¨¦stos sean entrevistados en alg¨²n programa como peaje del trato, adem¨¢s de los actos promocionales que llenan las ma?anas de la plantilla. En el caso del Barcelona los contactos son parecidos. El encuentro en Corea del Sur fue patrocinado por la empresa electr¨®nica Samsung y los dos de Tokio cuentan con el patrocinio del grupo period¨ªstico Mainichi, adem¨¢s de otros sponsors menores. El peaje se paga con un rosario de largas presentaciones en sociedad y aburridos actos p¨²blicos lastrados por la traducci¨®n simult¨¢nea.
La creaci¨®n de un, digamos, star-system es otra de las piedras de toque para la difusi¨®n del f¨²tbol en Asia. Desde hace unas temporadas los japoneses pueden ver cada semana, en canal de pago, los partidos de la Premier League inglesa, la Bundesliga alemana y las Ligas espa?ola e italiana. Adem¨¢s, los res¨²menes de los partidos buscan siempre el lado personal, potenciando a los jugadores m¨¢s destacados. En las ruedas de prensa del Bar?a, por ejemplo, los periodistas nipones preguntan a Giuly y Deco si son amigos despu¨¦s de que ambos se enfrentaran en la final de la Champions League de la temporada pasada, cuando jugaban en el M¨®naco y el Oporto respectivamente.
El m¨¢ximo representante de este star-system en Jap¨®n es, por supuesto, Beckham. El despliegue en todo el mundo de las m¨²ltiples marcas que utilizan su imagen le han convertido en un icono.
Pero, por encima de todo este panorama, se perfila siempre un interrogante nada gratuito: ?a los japoneses les gusta el f¨²tbol?, ?lo entienden? En un primer nivel, el de esos seguidores que acuden al aeropuerto, puede que no, puede que s¨®lo sea una postura adolescente, una moda. Pero los campos se llenan de aficionados, los equipos locales cada vez son mejores y los v¨ªdeojuegos m¨¢s perfectos. Y todo suma.
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