Schr?der lamenta en Varsovia la "verg¨¹enza" nazi en el 60? aniversario del levantamiento

"Les prometo hacer todo lo posible para mantener viva la memoria de lo sucedido y transmitirla a los j¨®venes", dijo ayer el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, en un breve encuentro con cuatro veteranos de la llamada rebeli¨®n de Varsovia, el mayor levantamiento interno al que tuvo que hacer frente el Tercer Reich de Hitler. Como tambi¨¦n el viceprimer ministro brit¨¢nico, John Prescott, y el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, Schr?der asisti¨® a los actos para conmemorar la insurrecci¨®n lanzada a las cinco de la tarde del 1 de agosto de 1944.

"Hoy, este gran levantamiento tiene la oportunidad de entrar a formar parte no s¨®lo de la memoria hist¨®rica de Polonia, sino de la de toda Europa", expres¨®, por su parte, Marek Belka, el primer ministro polaco, que en repetidas ocasiones se ha quejado de que fuera de Polonia esta rebeli¨®n se suele confundir con otra, la de los jud¨ªos del gueto de Varsovia, que tuvo lugar un a?o antes, en 1943.

Los combatientes del Armia Krajova, el llamado Ej¨¦rcito Patri¨®tico dirigido por el Gobierno polaco en el exilio, llegaron a tomar el control de buena parte de la ciudad, pero despu¨¦s fueron repelidos r¨¢pidamente por los soldados alemanes. En ello tuvo mucho que ver la inactividad del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, que a finales de julio de 1944 ya estaba cerca de Varsovia y en los 63 d¨ªas que dur¨® la rebeli¨®n no apoy¨® a los insurrectos. As¨ª, los nazis pudieron masacrar a m¨¢s de 180.000 personas y cumplir al pie de la letra otra sanguinaria orden de Hitler: volar o incendiar todos los edificios que a¨²n quedaban en pie en la capital polaca.

Es esta gigantesca culpa hist¨®rica por la que ayer pidi¨® excusas Schr?der: "Nos inclinamos ante la disposici¨®n de sacrificio y el orgullo de los hombres y mujeres del Armia Krajova", dijo. "Y nos inclinamos en verg¨¹enza por los cr¨ªmenes cometidos por las tropas nazis". Desde que en 1973 Willy Brandt cayera de rodillas ante el monumento al levantamiento del gueto de Varsovia, similares palabras ya se han escuchado varias veces en Polonia. El proceso de reconciliaci¨®n entre ambos pa¨ªses lleva d¨¦cadas, y quiz¨¢ ello explique que ¨¦sta, la primera participaci¨®n de un canciller alem¨¢n en el aniversario, no suscitara protestas. Aunque con cara muy seria, uno de los veteranos con los que se encontr¨® Schr?der as¨ª lo confirm¨®: "Si su visita sirve para consolidar el entendimiento entre nuestros pueblos, bienvenido sea".

Mucho m¨¢s lejos est¨¢ la reconciliaci¨®n hist¨®rica con Rusia. La pol¨¦mica volvi¨® a aflorar despu¨¦s de que el embajador ruso en Varsovia celebrara los "sagrados frutos de la com¨²n victoria" sobre el nazismo. Sus palabras tuvieron que ser rectificadas por el presidente, Vlad¨ªmir Putin, que en un posterior mensaje se apresur¨® a aclarar que los "h¨¦roes de la resistencia polaca" hicieron "una significativa aportaci¨®n a la victoria com¨²n".

Entretanto, el tercer bando que en su d¨ªa jug¨® un papel en el fracaso de la rebeli¨®n, compuesto por los aliados occidentales EE UU y Reino Unido, evit¨® ayer todo lo que sonara a excusa s¨®lo por haber prestado un espor¨¢dico apoyo a¨¦reo a los insurrectos, entre otras razones porque Washington y Londres ya hab¨ªan dado su t¨¢cito consentimiento a que fuese la URSS la que mandase en la Polonia liberada. "No creo que traici¨®n sea la palabra indicada", afirm¨® Colin Powell en Varsovia. "Estados Unidos y sus aliados no pod¨ªan hacer mucho para apoyar la rebeli¨®n".