Demanda contra el CO2
La demanda conjunta presentada por ocho Estados de EE UU contra cinco de las mayores compa?¨ªas el¨¦ctricas por sus emisiones de di¨®xido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero, supone un cambio dr¨¢stico en los par¨¢metros de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Frente al desprecio de la Administraci¨®n de Bush por el Protocolo de Kioto y la lentitud en la puesta en marcha de las promesas industriales de reducci¨®n de emisiones, los ocho demandantes, entre ellos algunos tan poderosos como los Estados de California y Nueva York, han optado por dar cuerpo judicial a su papel de garantes del bienestar de sus ciudadanos y pasar a la acci¨®n en un campo que se consideraba demasiado incipiente para la batalla procesal. Se abre as¨ª una v¨ªa novedosa, en parte forzada por el agotamiento de la ruta pol¨ªtica en EE UU, cuyo resultado puede tener alcance enorme si los tribunales les dan la raz¨®n.
Para despejar dudas sobre el objetivo ¨²ltimo de la demanda, los fiscales encargados de su direcci¨®n se han apresurado a recordar que las administraciones no pretenden recibir una compensaci¨®n econ¨®mica, sino ¨²nicamente que las plantas afectadas (que liberan el 10% de las emisiones de CO2 del pa¨ªs) apliquen medidas correctoras. La legitimidad de esta exigencia descansa, seg¨²n los demandantes, en que las citadas emisiones suponen un da?o "para la salud, la econom¨ªa y el medio ambiente" y de que el regulador federal, contra el que pesan otras denuncias, ha sido inoperante a la hora de poner coto a este riesgo.
Este embate judicial, que intenta imitar las acciones contra las compa?¨ªas tabacaleras, despierta dudas sobre su viabilidad. Entre ellas, seg¨²n recuerdan las compa?¨ªas el¨¦ctricas acusadas, la dificultad de vincular emisiones gen¨¦ricas a da?os concretos y la propia naturaleza del di¨®xido de carbono, que dif¨ªcilmente puede ser considerado un t¨®xico cuando existe naturalmente en la atm¨®sfera y lo generamos al respirar. Este gas, como el vapor de agua y otros, genera el efecto invernadero necesario para que el planeta sea habitable. Es el fuerte aumento de la concentraci¨®n de CO2, debido principalmente a la actividad industrial, el que est¨¢ intensificando dicho efecto y provocando el peligroso calentamiento global artificial.
Ser¨¢n los tribunales, asesorados por expertos, los encargados de resolver estos problemas. Pero en un sistema legal tan flexible en el reconocimiento de da?os, los Estados demandantes saben de antemano que tienen asegurado un tiempo y una tribuna privilegiada para exponer sus argumentos. Con ello, por lo menos, conseguir¨¢n presionar contra unas emisiones sobre las que hay un consenso general para su reducci¨®n.
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