Joseph Zinker y el amor en nuestro tiempo

Durante toda la ma?ana se hab¨ªa sorprendido pensando en el cuento que su p¨¢gina de Internet le hab¨ªa contado el d¨ªa anterior. ?Ser¨ªa eso el amor? ?Una entrega tan desinteresada como para darlo todo sin ninguna recompensa que no sea el beneficio del amado? Si efectivamente era eso, ella no hab¨ªa amado nunca, y lo que es peor, quiz¨¢s nunca hab¨ªa sido amada verdaderamente. Estaba deseando regresar a casa para volver a preguntar sobre el amor.

Reci¨¦n a las siete de la tarde pudo llegar a su piso. Se sent¨® frente al ordenador y abri¨® la p¨¢gina de palabrasalacarta.com. Esta vez tipe¨® en el recuadro:

AMOR VERDADERO

... "Amor" es posiblemente una de las palabras m¨¢s usadas en los ¨²ltimos doscientos a?os. A su sombra se han justificado las atrocidades m¨¢s espantosas y se han explicado las actitudes m¨¢s solidarias. Los santos, los dictadores, los bondadosos, los asesinos, los sacerdotes y los hechiceros, los eruditos y los analfabetos, los amantes y los desamorados; todos hablan de amor y muchos de ellos ni siquiera saben de que est¨¢n hablando.

Es la sincera decisi¨®n de ocuparse en crear un espacio de libertad para la persona amada

Definir sentimientos es, de todas maneras, un gran desaf¨ªo y un reto imposible de salvar completamente; sin embargo, podemos aproximarnos, compartiendo nuestras ideas acerca de ellos.

No escribir¨¦ aqu¨ª sobre el amor de las novelas rom¨¢nticas, eterno y excluyente; ni sobre el amor de las tragedias griegas, dram¨¢tico e irresistible, sino sobre el amor de nuestros tiempos, sobre nuestro amor; un amor que no es ning¨²n sentimiento sublime, reservado para unos pocos, ni tampoco algo que se siente exclusivamente en un momento de la vida frente a una ¨²nica persona.

Un amor posible y real, que est¨¢ ¨ªntimamente emparentado con lo que cotidianamente llamamos "querer mucho" a alguien. Si definimos el querer como "el m¨¢s puro inter¨¦s por el bienestar de otra persona" podremos entender que amamos cuando sentimos que nos importa much¨ªsimo el bienestar de otro.

El amor "verdadero" es, pues, el verdadero inter¨¦s por lo que le suceda a alguien; sea ese alguien tu hijo, tu madre, tu pareja, tu vecino o el pr¨®jimo an¨®nimo y desconocido. Estoy diciendo que si alguien, por cercano que sea, no se interesa en lo que te sucede, no pregunta por tus cosas, nunca tiene espacio para escucharte, y mucho menos para tenderte una mano, deber¨¢s asumir (aunque sea doloroso) que mucho no te quiere, aunque ande dejando cartitas y haci¨¦ndote regalos todos los meses. Puede sonar doloroso y contundente, pero as¨ª es.

Por el contrario, la persona que se ocupa de ti y le importas; la que se alegra con tus logros y te acompa?a en un momento dif¨ªcil pero respeta tus tiempos y tus elecciones; la que siente inter¨¦s por lo tuyo sin querer poseerte; esa persona posiblemente te quiere aunque te grite que nunca te quiso, aunque jure y perjure que ya no te quiere m¨¢s.

Todos los fil¨®sofos, pensadores, religiosos y terapeutas de la historia han creado su propia definici¨®n acerca del amor.

De entre ellas quiero dejar aqu¨ª la que Josef Zinker propone en su libro El proceso creativo: El amor es el regocijo por la sola existencia de la persona amada.

Y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, la m¨ªa.

El amor es la sincera decisi¨®n de ocuparse en crear un espacio de libertad para la persona amada. Un espacio tan grande y no condicionado como para que ella pueda elegir lo que desee: aun cuando su decisi¨®n no me agrade, aun cuando su elecci¨®n no me incluya.