Hasta siempre

No es f¨¢cil hacer una buena fotograf¨ªa. La fotograf¨ªa es cambiante, ambigua, cruda y alegre. Es un grito de dolor, de pasi¨®n o bien de risas y llantos. Poner todos los sentidos en un instante. En la mirada, en la cabeza y en el coraz¨®n.

Cartier-Bresson nos ha dejado sin irse. Defini¨® su sencilla forma de trabajar de un modo contundente: "Mira, observa, no respires, aprieta el disparador de la c¨¢mara y sigue caminando".

Observ¨® con mirada de lince y pasos de bailarina el modo de captar un gran retrato. Nunca hizo ruido. No molestaba. Maestro, no s¨®lo nos dejaste un baile de im¨¢genes irrepetibles, un ba¨²l lleno de recuerdos. Nos ense?aste un oficio sumamente hermoso y dif¨ªcil: el de hacer periodismo gr¨¢fico.

Bresson trabaj¨® toda su vida con una Leica y un objetivo de 50 mil¨ªmetros. En su libro Photoportraits, que estudi¨¦, disfrut¨¦ y copi¨¦ con toda humildad, contempl¨¦ im¨¢genes como los retratos de Albert Camus, Giacometti o Sartre, la serie de fotograf¨ªa Alicante 1933, la maravillosa imagen del Muro de Berl¨ªn (1958), y una fotograf¨ªa que todav¨ªa pone la carne de gallina, la del campo de concentraci¨®n de Dassau (Alemania) en 1945.

Esa forma de ver y ejecutar las im¨¢genes me hizo comprarme una Leica, exactamente igual que la suya. Hoy te has ido, pero estoy seguro de que estar¨¢s como enviado especial no s¨¦ d¨®nde y de que volver¨¦ a ver nuevas y rotundas fotos tuyas est¨¦s donde est¨¦s, congelando momentos irrepetibles como siempre has hecho. Prometo que seguir¨¦ copiando tu frescura y tu forma de trabajar porque siempre ser¨¢n j¨®venes y bellas. Hasta siempre.