Muere Cartier-Bresson, el ojo del siglo XX
El padre de la fotograf¨ªa moderna, que uni¨® geometr¨ªa e intuici¨®n, fallece en Francia a los 95 a?os
A Henri Cartier-Bresson le han llamado "el ojo del siglo", inventor del "instante decisivo" o "padre de la fotograf¨ªa moderna", pero ¨¦l dec¨ªa de s¨ª mismo que s¨®lo buscaba el justo equilibrio entre las cosas. "Lo que me apasiona son las proporciones. No hay luz sin sombra, vac¨ªo sin lleno, curva sin recta". ?l, que le negaba a la foto la categor¨ªa de arte, se consideraba disc¨ªpulo o continuador de Andr¨¦ Kertesz y con su pasi¨®n por el equilibrio deja tras de s¨ª un retrato de todas las tensiones del siglo XX. Fue el primer fot¨®grafo conocido por sus iniciales, HCB, y falleci¨® el pasado lunes en la localidad provenzal de L'Isle-sur-la-Sorgue, en su casa veraniega. Ten¨ªa 95 a?os, hab¨ªa nacido un 22 de agosto de 1908 en los alrededores de Par¨ªs y retrat¨® el siglo XX.
Tras la guerra, en 1947, junto con colegas como Robert Capa, funda la Agencia Magnum
Hijo de una familia de industriales, el joven Henri no quiso heredar el negocio y desde 1923 le encontramos junto a los primeros surrealistas. En esos a?os sue?a para s¨ª un destino como pintor y estudia en el taller de Andr¨¦ Lhote, del que guardar¨¢ siempre el sentido de la composici¨®n.
En 1931 viaja a Costa de Marfil y descubre los rasgos m¨¢s duros del colonialismo. Regresa enfermo y con unas pocas fotograf¨ªas tomadas con una c¨¢mara rudimentaria. Pero ah¨ª aprende ya que "la c¨¢mara es un instrumento m¨¢s r¨¢pido que el ojo". La Leica se convierte en su compa?era inseparable. En 1934, despu¨¦s de haber expuesto sus fotos en Nueva York y Madrid, va a M¨¦xico y all¨ª trabaja junto a Manuel ?lvarez Bravo. HCB ya ha decidido que nada hay en el mundo m¨¢s detestable que las fotos de turista. "No me gusta viajar, sino vivir en pa¨ªses distintos". Para ¨¦l la foto s¨®lo tiene sentido si detr¨¢s de ella hay un ojo comprometido, que conoce la realidad que retrata. "El ojo, la cabeza y el coraz¨®n", dice, son los tres componentes imprescindibles de una buena foto. A?os m¨¢s tarde, HCB, medio en broma, medio en serio, a?adir¨¢ "y unos buenos zapatos".
Simpatizante de la izquierda, HCB viaja a Espa?a para filmar documentales sobre el funcionamiento de los hospitales republicanos. Antes, en Nueva York y junto a Paul Strand, y m¨¢s tarde en Par¨ªs, a las ¨®rdenes de Jean Renoir, ha aprendido las leyes del montaje y del manejo de la c¨¢mara de cine. "En esa ¨¦poca todos ¨¦ramos de izquierdas. En ello no hay nada de qu¨¦ avergonzarse pero tampoco de qu¨¦ vanagloriarse", dir¨¢ muchos a?os m¨¢s tarde.
La Segunda Guerra Mundial es un desastre para las tropas francesas y HCB es hecho prisionero por los alemanes en 1940. Tras dos tentativas frustradas de evasi¨®n consigue escapar en 1943 y unirse a la Resistencia. De esa ¨¦poca datan una serie de retratos de artistas y escritores -Picasso, Matisse, Claudel, Braque...-, as¨ª como sus fotos de la liberaci¨®n de Par¨ªs, en agosto de 1944. Tras la guerra, en 1947, junto a otros compa?eros, como Robert Capa, pone en marcha la Agencia Magnum, una cooperativa que permite a sus miembros trabajar con gran libertad. La proliferaci¨®n de canales televisivos pone fin a la utop¨ªa. Primer fot¨®grafo extranjero en captar la URSS del deshielo, presente en China cuando el comunismo toma el poder, autor de un impresionante reportaje sobre los funerales de Gandhi, de otro sobre la independencia de Indonesia, HCB hab¨ªa vuelto al dibujo desde 1973: "Despu¨¦s de tanto correr, llega el momento del elogio de la lentitud", dec¨ªa.
Babelia
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