Los toros, el circo y el alcalde de Donostia
Lleg¨® el verano, y de nuevo el ritual de las vacaciones multiplica el n¨²mero de animales abandonados sin escr¨²pulos por sus amos, o maltratados en las fiestas patronales, o sometidos y sacrificados para divertimento anacr¨®nico por quienes todav¨ªa no han conseguido entender que el arte s¨®lo alcanza su verdadera dimensi¨®n desde la libertad compartida.
Y otra vez, nuestra ciudad autoriza la instalaci¨®n de un circo donde se exhiben animales en condiciones indignas, publicando unas presuntas destrezas obtenidas en base a pr¨¢cticas inconfesables.
Y otra vez, nuestro alcalde reitera su compromiso con los ni?os saharauis invit¨¢ndoles a una sesi¨®n de circo. Es decir, no s¨®lo autoriza que en nuestra ciudad tambi¨¦n se celebren espect¨¢culos con animales en cautividad, sometidos y castigados, sino que lo celebra.
Definitivamente nuestro alcalde demuestra muy poca sensibilidad hacia los animales. Efectivamente, de hecho, el ¨²nico bando que recuerdo del se?or Elorza referente a ellos, es uno que hac¨ªa menci¨®n a la limpieza de suciedades de la v¨ªa p¨²blica, sin ninguna referencia, tambi¨¦n, por supuesto, a la masa viscosa, pegajosa y cruenta que deja la estela de la sangre del toro a lo largo de la arena de Illumbe en su larga e ignominiosa agon¨ªa.
Naturalmente la sensibilidad de nuestro alcalde no debe ser alterada por esa multitud festiva (de qu¨¦ fiesta), insensible e inmisericorde con el dolos animal, que aplaude con la liturgia del castigo y la muerte. Sensibilidad que a todas luces resulta diferente a la del alcalde de Barcelona, por ejemplo, que ha demostrado tener mucha m¨¢s gallard¨ªa, sentido de nuestro tiempo, y sensibilidad social, al declarar la ciudad como espacio protegido frente al maltrato animal.
Se?or Od¨®n, cuando se vuelva a reunir con el se?or Clos, en esos encuentros bilaterales que suelen celebrar, mire a ver si le es posible impregnarse de lo que a la postre resulta m¨¢s relevante en quienes ofician como gestores de la ciudad: ser sensibles ante la injusticia, el dolor o el sufrimiento de los m¨¢s desprotegidos, de los m¨¢s d¨¦biles, de los diferentes. Por supuestos, me estoy refierendo a las personas, y tambi¨¦n, a los animales.
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